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sábado, 5 de julio de 2008

Ausencia


Me levanto triste, como era de esperarse.

A las diez en punto tengo una reunión, así que además de triste estoy dormida.

Pienso que lo único que puede llegar a hacer más ameno mi día va a ser verlo nuevamente a Ramiro.

La reunión termina al mediodía.

Cuando salgo y voy hacia mi escritorio, me doy cuenta de que no está en la oficina, y que tampoco están sus cosas.

Después de dos días franco lo lógico sería que hubiera llegado temprano,pero no.

Me ubico frente a mi computadora, y cada vez que oigo el sonido del ascensor que se detiene, giro automáticamente con la esperanza de verlo bajar.En ese transcurso de tiempo bajan decenas de personas,pero no baja él.

A las dos de la tarde, cuando las chicas me invitan a comer, tengo la certeza de que algo le pasó. Todos suponen que está visitando alguna empresa, menos yo.

Bajamos al comedor, cargando nuestros Tupper, y nos sentamos a la mesa.

Cuando estoy por meterme el tenedor cargado de pollo en la boca, entra Flavia con la noticia:

- No saben lo que le pasó a Ramiro.

Por supuesto que pienso lo peor, y dejo caer el tenedor sobre mi plato.Esos cinco segundos que transcurren hasta que ella continua la frase me parecen horas.

- Le tuvieron que poner un parche en el ojo porque la nena jugando lo lastimó mal - dice

Respiro nuevamente.Ya no tengo hambre, pero simulo comer algunos bocados para no quedar en evidencia.El estómago se me cierra como un puño apretado.Pienso que quiero hablarle.Pienso que hoy no voy a verlo.Pienso que mi día acaba de convertirse en una completa mierda.

Me escapo a la escalera para llamarlo desde mi celular.Recuerdo que me queda poco crédito, así que hablo rápido:

- Hola

- ¡Hola Blonda! ¿Cómo estás? - dice Ramiro del otro lado

- ¡Vos cómo estás! -digo impaciente

- Ah, te enteraste.La gordi me metió un golpe en el ojo jugando, y no le di importancia, pero al otro día me levanté con el ojo negro adentro, y todo hinchado el párpado, así que fui a la guardia.Y ahí estoy, vendado.Así que recién mañana puedo trabajar - explica

- Ah...pero ¿Te duele? -pregunto

- Me molesta mucho ,ya tanto no duele -dice

- Bueno, entonces no venís.Yo me ocupo de lo tuyo -digo

- No, dejá, no te preocupes.Hacé tus cosas.Solo te pido si no le avisás a Gerardo que no voy - me pide

- Obvio.Quedate tranquilo.Yo me ocupo. -le respondo

- Mil gracias.Y gordi ...gracias por llamarme y por preocuparte, de verdad -dice en otro tono de voz

- Quería saber como estabas, no me tenés que agradecer.Te llamo más tarde y hablamos más tranquilos.¿Querés? -pregunto

- Dale.Llamame- contesta

- Me voy a comer.Te mando un beso -digo

- Otro grande, y gracias, en serio -dice


Cuelgo y siento ganas de llorar.Quisiera estar con él.Pienso que no voy a verlo hasta el lunes, y se me anudan las tripas.

Lo extraño, aunque me quiera hacer la idiota al respecto, lo extraño.

Soñaba con un abrazo de él que me hiciera olvidar por un momento la cara de mi mamá.

Pero no está, y ya no tengo ganas de nada.

Agarro las cosas, digo que tengo que visitar a un cliente, y me voy a la peluquería buscando que alguien me lave la cabeza por dentro, más que por fuera.

0 Blondas y algunos rubios no se callaron: