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miércoles, 31 de diciembre de 2008

Deseos



Cuando en Mayo inauguré este blog, no consideré la posibilidad de que fuera a convertirse en algo tan importante para mí.

Primero fueron relatos de mis citas y una forma de cerrar capítulos, de mandar a la ciudad del olvido a aquellos que ya no estaban en mi presente.

Después fue catarsis, pura catarsis. Un diario, un grabador instantáneo de las cosas que me pasaban, de aquello que sentía.Un espacio que me daba la posibilidad de escribir como si pensara en voz alta,pudiendo ser yo misma en cada letra, sin medirme, sin escatimar, tal cual lo hago en mi mundo real.


Hoy mi blog es como mi casa virtual, siempre abierta a los amigos que quieran pasar y decir algo, tomar café o mate, compartir un rato, dejar un consejo, contar una pena.
De este año y de este pequeño gran mundo, me quedo con los amigos que salieron de este monitor y que trascendieron el nombre de fantasía, los kilómetros de distancia que nos separan en algunos casos y hasta el silencio del anonimato de aquellos que leen y que no quieren opinar.

A todos ustedes, que estuvieron y están ahí para dar una abrazo imaginario, una palabra justa, una opinión de desacuerdo, o secar alguna lágrima, les deseo que el próximo año les regale millones de letras nuevas con las que puedan escribir el mejor capítulo de su propia historia.


Estaremos cerca, como hasta ahora.

Feliz año 2009.

¡Y que el 2008 se vaya de una vez por todas a la reputamadrequelosparió!

Los quiero.

Blonda =)




lunes, 29 de diciembre de 2008

Tiempo de balance





El balance de fin de año.


Uff.


Revolver en la harina para encontrar los caramelos.

Cavar la tierra intentando descubrir un tesoro oculto.

Abrir el baúl para rescatar eso que alguna vez guardamos.






Trescientos sesenta y cinco días más de vida.


Ocho mil setecientas sesenta horas de pie frente al destino.





Una cana más, una arruga nueva que se dibujó sobre el ceño, algunos parches sobre una herida que volvió a sangrar, un encuentro familiar, un abrazo imprescindible que llegó tarde, pero llegó.




Palabras entre amigas, silencios entre amores, fotos que viajaron a la papelera de reciclaje, rencores reseteados, recuerdos impresos en el papel de la eternidad.

Dolores atragantados, lágrimas impotentes, sonrisas renovadas, melodías nuevas, paisajes conocidos, gestos cotidianos.

Amores de los esquivos y de los correspondidos.
Amores de relleno y de los que llenan.
Amores de plástico y otros de tela.

La cama a veces tibia y a veces demasiado fría.
Días con el estómago anudado y otros lleno de mariposas.
Manos vacías o alimentando palomas.
El corazón pausado o al ritmo del rock.


Un año que se va como el tren, por la vía muerta.
Un nuevo almanaque en blanco dispuesto a ser invadido por la emoción.


Ilusiones renovadas en la tradición del brindis.
Dedos cruzados detrás de la espalda engualichando a la suerte.
Puños cerrados acaparando las promesas.
Pies descalzos en un Enero que amanezca.


Y la balanza rondando el punto medio entre aciertos y desaciertos, entre encuentros y desencuentros, entre el No y el Si, entre el pasado y lo nuevo.

Una lista enmendada varias veces,
con tachaduras y pendientes,
en cursiva, en imprenta, en negrita.
Una lista que se hace bollo de papel
para pasar al mundo del olvido.








domingo, 28 de diciembre de 2008

El carnaval de la vida


Agua y fuego, cuchillo y tenedor, hilo y aguja, sol y luna, botón y ojal, hembra y macho.

Uno, que no sería el mismo, si el otro no agregara un valor extra a su existencia.


Nacemos solos, y desde ese primer latido comenzamos a buscar a un otro.Con la ayuda de ese otro logramos levantarnos del suelo y nuestra mirada detecta un mundo que antes le parecía inalcanzable.Hay mucho más "otros", y para lograr alcanzarlos, aprendemos a caminar.Un pie al lado del otro, un golpe, otro golpe y vuelta a empezar.Hasta que andamos.
Así, lastimados y con marcas que dejaron las caídas, caminamos, buscamos, corremos para acercarnos al otro, para no estar solos.

Con la lección ya aprendida, nos lanzamos de lleno al baile, a ese gran carnaval que es la vida.
Uno, dos, uno, dos... y ahí vamos, metiéndonos de a poco en la multitud, y probándonos diferentes máscaras que no nos hagan desentonar frente al resto.

Probamos la del fracaso, pero nos fastidia; la de la rutina, pero nos aburre; la del egoísmo, pero nos aisla; la de la superación, pero nos queda grandes; la de la certeza, pero nos genera dudas.

De pronto nos damos cuenta que hace años que estamos en el baile, y que hace un tiempo ya que venimos usando la misma máscara: la de los miedos. Justo se oye en el aire la música más atrayente de todas, que nos impulsa a acercarnos a un otro que también quiere bailar. Su máscara es tan parecida a la nuestra, que creemos ver nuestro propio reflejo en esos colores, en ese gesto rígido y artificial.

Cuando termina la canción, queremos quitarnos la máscara, pero está encarnada.Se hizo piel y pulpa nuestra...y tiramos, con fuerza, hasta que nos sangran los párpados y nuestro rostro se llena de cicatrices.

No queremos exhibir nuestras marcas, el sello que dejó grabado el temor al que nos habíamos acostumbrado, y en un intento de preservar nuestra impotencia, nos colgamos de la cabeza una máscara nueva. Una careta que nos hace aparentar estar completos aunque estemos solos.

Y bailamos felices, creyéndonos el pavo real del carnaval, impenetrables y seguros.

Nuestra máscara no será original.
Habrá miles de invitados con la misma.
Todos y cada uno, en la soledad de esos ojos que observan casi ocultos, seremos capaces de recordar que lo único que anhelábamos al llegar a la pista, era bailar con otro.





Una ilusión.
Se necesita siempre una ilusión.

Por eso sigo creyendo que alguna vez se podrá encontrar la armonía en el ritmo...un, dos, un, dos, y que por más pisotones y caídas, no nos dará lo mismo bailar solos, que bailar acompañados.



Sí, es difícil...







viernes, 26 de diciembre de 2008

Con M de medida



El día en que acepté la invitación de M no pensé que hoy estaría escribiendo este post.

Mi blog siempre fue un elemento de catarsis, una forma de expresión, un espacio donde contar todas mis miserias, miedos, inseguridades, encuentros, desencuentros, ilusiones,imperfecciones y deseos, disfrazados de post con toques de ironía, o simplemente tan crudos como la realidad que me atravesaba.

Jamás lo abrí con la idea de que fuera un anzuelo para una cita, ni evalué nunca la posibilidad de tener que pasar por un tamiz mis pensamientos... pero hoy es así.


M me conoció a través del blog, sabe como pienso y siento, al menos en rasgos generales, y hasta antes de conocerme llegó a decirme vía mail (en relación a otra situación) que pasara lo que pasara no dejara de escribir en este espacio, pero la realidad es que el sábado pasado cuando lo vi me pidió varias veces que no escriba sobre él.

Ayer, dándole un toque distinto a mi Navidad, M vino a casa.

Otra vez volvió a pedirme que no cuente, que no diga, y eso intento hacer, simplemente porque M es real, existe, y este blog pertenece al mundo virtual, que aunque pueda sentir que a veces me abraza, no tiene ni calor ni sangre.

Quisiera escribir algunas cosas, pero no encuentro la forma de decir sin decir, y por eso prefiero callarme.

Éscribiré sobre la vida en general, sobre el verano y los Reyes o sobre alguna historia que escuche en la mesa de algún bar.


Debe ser extraño leerse a uno mismo en un blog y como respeto esa sensación y creo que no es muy difícil de llevar a cabo, es que opto por respetar su pedido.



Estoy segura que sabrán entender.








jueves, 25 de diciembre de 2008

Venganza navideña



Una y media de la mañana y terminó la sanata.
La verdad que la Nochebuena estuvo mejor de lo que esperaba.Justo antes de que llegara mi mamá sonó el teléfono y era mi papá llamando para decirme que me amaba, a su forma, pero que me amaba.No quise ponerme a pensar cuál sería esa manera tan suya de querer y preferí sonreír como si me hubiera ganado el loto.

Al ratito llegó mamá, que por suerte le había dado franco a las demandas, los cuestionamientos y los reproches, y pudimos disfrutar de una linda cena en la que ni siquiera se animó a preguntar por qué me tomaba dos botellas de cerveza ( y si preguntó no la escuché).







A las doce y media, después de pasar por el ritual de los fuegos artificiales, mi mamá emprendió el regreso a su casa, dejándome en compañía de mi música, de mi vino y de mi persona.

Cayeron algunos mensajes de texto mientras brindaba conmigo misma en el balcón, justo en el instante en que escuché un ruido extraño que me obligó a mirar hacia la terraza.

Ahí fue cuando lo vi al gordo desagradable, que arruinado de cansancio después de la repartija de regalos, se había sentado muy pancho a descansar.Tenía la bragueta mal cerrada, la ropa transpirada y con manchas de hollín, y la barba enredada.

Le hice un gesto con mi mano derecha mientras le gritaba:

- ¿Y loco? ¿Me trajiste algo?

Se río, y fue cuando pude ver que sostenía una botella de ginebra de la que tomó un trago antes de contestarme.

- No, che.Me dijiste que rompa la carta.¿No te acordás o estás borracha?

- Un poco y un poco - le contesté

- Si te arrepentiste escribile a los tres locos que vienen en Enero montados en camello - me contestó el muy caradura

- Esos son menos creíbles que vos, gordito

- Es lo que hay, Blonda.Mala leche, no tenés regalo este año - dijo mientras seguía tomando.

- Pensé que igual me ibas a traer algo, no sé, algo chiquito en un bolsillo...

- No.Nada para vos.

- Rajá entonces.¡Vía!¡Su ruta! Que estás apoyando tu culo en propiedad privada -le dije bastante enojada

- ¿Eh? ¿Cómo vas a echar a Papá Noel?¿Te volviste loca? - me preguntó desorientado

- Soy loca, y encima me está haciendo efecto el vino, así que andate antes de que suba a buscarte con la escoba y el Raid.

- Está bien, pero más te vale que durante el año me pidas disculpas si pretendés que te traiga algo para el 2009.

- No me hace falta, sólo te estaba poniendo a prueba para ver si eras tan copado como dicen algunos - respondí


Lentamente incorporó su desagradable figura y se montó en el trineo que había dejado en una esquina de la terraza.

Yo corrí a buscar el costurero, saqué un pedazo de elástico, y con el corcho de la botella improvisé una gomera.
Cuando los renos levantaron vuelo justito sobre mi balcón, apunté y disparé, con tanta destreza que le pegué al gordo justo en medio de la espalda.Escuché un grito amanerado, seguido de un insulto en finlandés, y una enorme carcajada...la mía.


Jingle bells, jingle bells...qué linda mi venganza navideña.

Sigo brindando y bailando en mi balcón.

Chin chin y ¡salud!




martes, 23 de diciembre de 2008

Buena Noche


Llegaron las Fiestas nomás.

Yo anduve queriendo hacerme la gila desde hoy a la mañana en que vi que el almanaque acusaba un 23 de diciembre, pero toda la gente se ocupó de recordármelo. Los carteles de los negocios del barrio avisando el horario de atención para el 24, el grupo de mujeres manoteando chucherías de los puestos ambulantes de Florida, el regalito que me hizo mi jefa decorado con un muérdago, la infinita cantidad de mails con renos, nieve (en verano, qué oportuno), arbolitos bailarines con deseos colgando de las ramas y la típica frase de cierre: Lo mejor para vos.

Lo mejor para mí.

Cada vez que creí tener lo mejor, resultó que no lo era.
Cada vez que acaricié lo bueno, se fue por la alcantarilla.
Cada vez que supuse que estaba cerca de llegar a la meta, alguien me pasó por el costado a toda velocidad y me adjudicó el segundo lugar.

Así que ya no pido lo mejor para mí. Sólo pido algo real.

Papá Noel no existe, pero existe un Dios o algo parecido, que estoy segura que algún día se acordará de aquellos que damos siempre más de lo que pedimos.Que tal vez en algún momento se encargará de compensar las penas que venimos acumulando en un cajita, que remendará todos los agujeros de nuestro corazón, que llenará de semillas de jacarandá todos los vacíos del alma.


Mi Nochebuena será igual que cualquier noche, sin mis tíos que a último momento cambiaron de plan, y con mi mamá. Esperaré que sean las doce y cuarto para que ella se vaya como cada año y abriré una botella de vino en mi balcón, en patas y bombacha rosa.Brindaré conmigo hasta emborracharme, alzando la copa por lo que se fue solo, por lo que pude echar antes de que fuera tarde y por lo que viene, que estoy segura que será mejor.



Por eso, a vos te digo, gordito de barba artificial y renos de peluche, si te llegó mi carta, rompela y tirala.No necesito que me traigas nada porque con lo que tengo estoy bien, y quedate tranquilo que si algo me falta me las voy a rebuscar para conseguirlo.


Y a ustedes, amigos virtuales, anónimos y no tanto, afectos a través del monitor, nada más que agradecerles por estar y darle sentido a lo que escribo.
En lugar de desearles una Feliz Nochebuena me permito pedir que tengan una Buena Noche, que se prolongue aún entrada la mañana y así hasta el infinito.

Sean felices, o al menos inténtenlo.

Blonda.













domingo, 21 de diciembre de 2008

Mi mundo virtual




Muchas cosas le debo a este blog... cosas que no dejan de sorprenderme.
El día que lo empecé fue sólo un intento de canalizar mi vocación de escribir en un medio que, con suerte, me devolviera el comentario de alguien que anduviera en la blogósfera leyéndome, y que justificara de alguna forma, cada una de las palabras que yo pudiera escribir en este espacio.

Con el tiempo,se fueron sumando comentarios y paralelamente empezaban a llegar mails a mi casilla.Algunos me pedían consejos como si esta Blonda fuera el gurú del amor...¡Justo a mí que no tengo ni la menor idea de cómo hacer para que me salga bien!, otros opinaban de manera extensa sobre algo que yo había contado en alguna entrada, otros saludaban y otros sólo intentaban arrimar el hocico tentados por la fantasía de que de este lado se ocultaba una rubia soltera intentando conocer a alguien.


Esta semana,en medio de esos mails,apareció uno nuevo.
Ahí estaba M, quién sabe detrás de qué monitor, escribiéndome con quién sabe qué intención.
M la jugó de callado y sigiloso como pocos fue tanteando el terreno.Primero fueron mails breves que decían poco, después vino el reconocer que una amiga lo había casi obligado a escribirme motivada por la idea de que teníamos bastante en común.Poco a poco fue generando intrigas, ansiedades, expectativa hasta convertirse en necesaria la llegada de ese mail.

M me escribió toda la semana, y sumando sus palabras pude entender cuáles eran esos puntos en común.Él también estaba solo hace algunos años y arrastraba ese cansancio que produce el encontrar siempre gente de relleno para esos huecos que se producen en el corazón y en la cama.
M también había dicho basta a los encuentros casuales que nos dejan la sensación de no haber sumado nada una vez que la luz del día convierte a la carroza en calabaza.

Así que las charlas por chat con M tenían la particularidad de dejarme con la sensación de que hablábamos el mismo idioma y si a eso le sumábamos que como lee mi blog hace un tiempo conoce mis miedos, mi forma de pensar y mi ansiedad tenía la particularidad de hacerme las cosas más fáciles.
M sumaba porotitos como en un partido de truco, como si tuviera la certeza de que todas las manos iba a ligar el ancho de espada.El golpe letal lo dio el viernes, cuando a mi regreso a casa después de todo el día de ausencia, me esperaban dos mails de él dónde decía que por culpa de su ansiedad había chequeado cientos de veces el correo desde su celular para ver si yo le había respondido. Para mí, M entendía como era el juego, y eso me relajaba y me dibujaba una sonrisa.

Finalmente, el sábado, después de algunas llamadas telefónicas dónde fluían las palabras como si nos conociéramos de toda la vida, arreglamos un encuentro.

A las once de la noche me pasó a buscar por mi casa y nos fuimos a cenar a Big Mama.Hablamos, mucho.Nos reímos también.Me contó de esto, de aquello y de más allá.Nos terminamos el vino cuando ya estaban cerrando y ahí la pregunta que indefectiblemente todos nos hacemos cuando la cosa parece llegar a su fin: ¿Y ahora?

Ese "y ahora" se convirtió en la certeza de que la noche no había terminado, cuando dijo: ¿Adónde vamos?
Rumbeamos para otro lugar dónde seguimos tomando, hablando y riéndonos y después, inquietos como pocos, nos fuimos al bar de mi amiga Punk donde M se tomó cuatro Fernet (sí, cuatro).Producto del alcohol supongo, empezó a mostrarse un poco más cariñoso lo que terminó sacándonos del bar, para manejar nuevamente sin rumbo por la noche, y para robarme un beso en la espera de un semáforo que no se ponía verde.

Después, el río, con el sol comiéndonos la razón hasta convertirnos en dos adolescentes buscando el cuerpo del otro sin que importaran los relojes, ni la mañana, ni el saber, quizás, que ese momento podía parecerse mucho a eso de lo que renegábamos, a ser sólo una pincelada de algo bueno que va perdiendo el color de lo espontáneo cuando se cruza con lo racional, con lo aprendido, con lo almacenado en nuestras cabezas.

Dejé el miedo al mañana de lado, lo tiré por la ventanilla, y me permití el encuentro entre cuatro paredes que se prolongó hasta el mediodía de este domingo lluvioso.

Después, un almuerzo fugaz en un Automac, con la lluvia deslizándose por el parabrisas del auto y la despedida en la puerta de mi casa.

M alejándose en su auto, y yo quedándome acá, sin saber cómo fue qué pasó, pero sin arrepentirme de nada.





Dedicado a M, que lo cantó tantas veces en la noche que todavía me parece escucharlo.

jueves, 18 de diciembre de 2008

El precio de vivir (en dólares)



Arranqué el día con el llamado de mamá, y no es que particularmente los llamados cuando recién me levanto me pongan de mal humor, pero esta clase de llamados, sí.Resulta que a mi tía Loreta (que no es tía, sino que yo tengo una colección de tías y tíos postizos que fueron quienes se ocuparon de mi en la infancia), bueno, eso decía, que a mi tía Loreta y a mi tío Carlos les están remodelando la casa, y mi mamá no tuvo mejor idea que decirles, con esa vocación de alma samaritana que tiene, que se sumen al festejo (?) navideño.¿Dónde?¡En mi casa!Así que si había un motivo para detestar la Nochebuena¡Ahora tengo dos más!Mi tía Loreta seguramente rezará antes, durante y al finalizar la cena, me preguntará 400 veces por qué no tengo novio, y me recordará medio millón de veces que tengo treinta y cinco años, yo sonreiré la primera vez, la segunda miraré al suelo, la tercera me llenaré la boca con un pedazo de pan dulce y las 396 restantes me arrepentiré de haber aceptado que viniera...Mi tío hablará de economía y de Racing, y a las doce dirá: Felisa me muero, y se corregirá solo diciendo que se confundió de fecha (claro que en Año Nuevo hará el mismo chiste pero para entonces su casa estará arreglada y yo no tendré que escucharlo).

Así, mascullando bronca por mi "sí fácil", salí corriendo a una entrevista en una empresa.Tomé colectivo (colgada), subte(sentada, gracias a Dios y la alineación de los planetas), caminé 6 cuadras y toqué timbre cargada como una mula o un vendedor ambulante.La muy desfachatada, que ya me había dejado colgada una vez,me respondió por el portero eléctrico que estaba en una reunión, si no podía volver en ...¡una horita y media!Presa se los nervios que la gota de transpiración que me recorría la columna vertebral me provocaba, le dije que visitarla una tercera vez ya no era negocio para mí, y que si quería hacer beneficencia estaría trabajando a destajo para Cáritas o Unicef.Dicho eso , seguí caminando hacia la entrada del subte, donde me tocó viajar apretujada hasta la estación catedral.De ahí, otras 7 cuadras por Perú, sorteando dos manifestaciones que defendían el producto nacional, hasta llegar al 411 donde tenía mi segunda entrevista del día.La altura no existía, el portón gris que había anotado en mi agenda, tampoco.Lo llamo desde mi celular al cliente, y le digo que me indique entre qué calles está su empresa.Me dice que entre Alsina y Agustin Alvarez...¿¿Agustín Alvarez en San Telmo?? " Perdón Señor Esnaola: ¿Estamos hablando de Capital,del centro porteño ?" " ¡¡No,querida,en Villa Martelli!!" " Ah, disculpeme, pero nunca me lo aclaró, yo estoy parada en el 411 de Perú pero en la Capital, así que vamos a tener que combinar para otro día..lo saludo atentamente, y posdata: hubiera estado bueno que me avisara así no andaba yirando por la ciudad como un ekeko.Finalmente, caminé nueve cuadras más hasta llegar a la oficina, donde se había roto el aire acondicionado, pero no el aparatrejo general , sino la boca que da sobre mi escritorio que como está pegado a la ventana, cuando el aire no funciona se convierte en un invernadero, donde yo vengo a oficiar de potus y comienzo a disecarme.Transpirando como testigo falso, me quedé hasta las ocho de la noche sentada en mi escritorio terminando mi trabajo, y de vez en cuando tratando de recordar cuántos espejos habré roto en mi vida,cuántos saleros habré derramado o con cuántos gatos negros me habré cruzado.

El regreso, por suerte, fue mucho mejor, y escuchando mi música a todo volumen "me acordé que me había olvidado de torturarme con mis miedos y que podía reconocer que a pesar de mi día difícil, hoy estaba mucho mejor que ayer.

El precio de vivir es éste, pero quién sabe, si me arriesgo, si me animo, reciba finalmente mi corona de laureles.

Y si no,algún premio consuelo...pero al menos habré salido en la foto.



















jajaja, me río porque en el video cuando dice " eso está mal" acabo de descubrir que la foto es la de un tamal.Sí, a veces caigo un rato después...

De miedos y otros demonios





Esto no se hizo para mí.
Esto de creer en que un otro puede sentir a la par, quedará para las películas de amor.
Mi maldita neurosis no me permite disfrutar, ni esperar, ni entregarme al juego de la conquista.
No puedo, no me sale, me cuesta demasiado esfuerzo.

Emocionarme nuevamente frente a alguien me hace sentir indefensa, desprotegida, desnuda en medio de un baldío a medianoche, con los ojos vendados y el resto de los sentidos en pausa.
La posibilidad de que alguien comparta la idea de atracción, de empatía, de afecto, me convierte automáticamente en una fugitiva, o lo que es peor, en mi peor enemiga.

No soporto la espera ni la intriga, y para no tener que tolerarlo, desconecto el celular, cierro el Msn, y si puedo me mudo y cambio de nombre.

A medida que pasan las horas, la euforia se convierte en un murciélago, dispuesto a vampirizar mi alegría, mi fe, mi expectativa.

Todo lo lindo que había en mi interior se transforma en miedo, y es un miedo inmenso, que tiene los ojos de aquél que me dejó el corazón lleno de dudas, la nariz del que mintió, la sonrisa del que fue y vino de mi vida hasta el cansancio,los gestos de aquél que prometió y no cumplió.

Ese miedo se sienta a desayunar a mi lado cada mañana, viaja en el mismo tren que me transporta a la rutina cotidiana, come de mi mismo plato y se duerme abrazando mis mismos sueños.
Ese pánico hace que en lugar de intentar ser la protagonista de la historia me ubique en la platea, en medio del público, para no salir a escena.

Estoy aterrada, paralizada, llena de inseguridades, encerrándome en mi caparazón sin ventanas.

Aposté tantas veces a que todo saliera bien, y tantas veces me salió mal, que prefiero escapar a tiempo, antes que la desilusión me vuelva a alcanzar.

Malditos miedos y pequeños demonios, que me dejan con las manos vacías sin poderlo intentar.

martes, 16 de diciembre de 2008

Un cielo para mi






Un amor imperfecto, con estrías y hombros caídos,
a cara lavada y descalzo, eso quiero.
Que me pinte una sonrisa en acuarela,
y me haga trenzas en el pelo.
Que arranque las espinas que los últimos rosales dejaron olvidados en mis talones,
y que convierta en terrones de azúcar las piedras que aún conservo en los bolsillos de mi alma.
Que haga salir un conejo de mi pecho que coma de mis manos pequeñas flores amarillas.
Que me suba a la calesita de la esquina
y que en cada giro se mareen todos los fantasmas.
Pediré otra vuelta, y otra, colgada de tus brazos que me acercan tanto a las estrellas.


Haré un gualicho de canela y sal,
de colibríes y lápices de colores,
para que te quedes en mi cama hasta el amanecer
y veas como las mariposas se cuelan por la ventana
antes de acomodarse en mis zapatos azules.


Un amor imperfecto,
que en la caricia final detenga el tiempo,
que me haga sentir en un abrazo que otra vez estoy en casa y a salvo de mis miedos.
Y que contemplemos de a dos todo ese cielo que parece estar tan cerca.




lunes, 15 de diciembre de 2008

Como en casa




Muy de vez en cuando, las horas pasan sin que nos demos cuenta.

A veces, sólo a veces, el encuentro nos regala la comodidad de sentirnos igual que si camináramos descalzos sobre el pasto húmedo o la sensación de saltar como niños sobre el colchón, intentando alcanzar el techo, que se parece tanto al cielo...


Muy rara vez, condensamos las estrellas en un abrazo y nos tragamos de golpe todas las mariposas.


A veces, estar con alguien es tan simple y tan maravilloso como estar en casa.







domingo, 14 de diciembre de 2008

Siempre hay un pero





El viernes cuando Ramiro me preguntó si iba a la reunión de fin de año le dije que no sabía, cuando me pidió que fuera para emborracharnos juntos, le contesté que aún no había decidido si ir o no y hasta las diez de la noche de hoy estaba convencida de que era mejor plan quedarme en casa pero... finalmente fui.

Antes de salir me juré volver a las dos de la mañana para no terminar durmiendo todo el domingo como una morsa pero... volví a las 6.30 hs.

Mientras estaba en camino a la reunión, me prometí que no iba a tomar ni una gota de alcohol pero... terminé tomando cerveza, champagne con melón, fernet y tanta caipirinha como una oriunda de Río de Janeiro.

Juré, y perjuré que no iba a acercarme a Ramiro en toda la noche pero ...no contabilicé que podía acercarse él.

Dije que no iba a bailar mucho porque ya no estoy para hacerme la quinceañera pero... finalmente me pasé toda la noche moviendo el cuerpito como el conejo de Duracell.

Me repetí una y otra vez: " Ojo que Ramiro está muy borracho", pero... parece que de pronto me quedé sorda y no escuché más a mi vocecita interior.

Dije que no iba a bailar con él pero ...a la hora andábamos haciendo piruetas como los bailarines de Sábados Tropicales.

La primera vez que me abrazó le dije NO, la segunda no dije nada, pero...a la tercera le dije: Te extrañé.

En el primer beso en la mejilla le dije "suficiente", en el segundo "basta", en el tercero " no empecemos otra vez"pero... cuando me lo dio en la boca no pude decir nada más.


Por suerte, la poca consciencia que me quedaba me hizo recordar que Ramiro no es ni lo que busco ni lo que espero, así que cuando volvió a abrazarme por la espalda le dije NO, y esa vez fue en serio y no hubo peros.



Iba a pegarme con el látigo por tanta falta de voluntad y tanta contradicción...pero es domingo y encima llueve, así que con eso tengo suficiente castigo.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Carta al gordito navideño




Querido Papá Noel:


Ante todo te aclaro que esto de "querido" es una mera formalidad, no vayas a pensar que de pronto volví a ser una ferviente fanática de tu persona, no, no, sólo que pienso que si te digo gordito con pinta de borracho y embaucador de niños inocentes estoy segura que de puro jodido no me vas a traer nada.
Te escribo con anticipación como para que tengas tiempo de organizarte. Es que con esto de la escasez de combustible, el paro de subtes y la falta de monedas para viajar, tengo miedo que se te complique llegar hasta Coghlan y esta vez no acepto disculpas ni tolero llegadas tarde.
No me vengas ahora con que venís en un trineo tirado por renos, porque la verdad que no te lo creo, y más vale que te pongas una musculosa y un par de ojotas, porque si te vestís con el equipito rojo manga larga, las botas y el gorro te va a dar un golpe de calor que te manda derechito a la cama de algún hospital, con tan mala suerte que seguro encontrás a los médicos brindando y te dejan tirado en la guardia por un buen rato.

Sé que hace mucho que no te escribo, pero la verdad es que el tema de la Nochebuena me da urticaria y no de esas que se van con Caladryl ni antihistamínicos.Es un caso de alergia severa que se da en algunos humanos que dejaron de creer en esos personajes a los que jamás les vimos la cara y que tampoco tienen demasiadas ganas de preparar vittel thoné, ensalada rusa,lechón ni de partirse un diente mordisqueando turrón.

Voy a ir al grano, gordito, porque debés tener miles de cartas, mails, y mensajes de texto para leer.Acá viene mi lista de regalos que espero que me traigas:


* Un River campeón del torneo clausura, apertura y de la Libertadores, como para compensar la amargura que me da ver a mi equipo en lo último de la tabla.

* Un aumento de sueldo, pero que no sean chirolas, sino que sea proporcional a la inflación.No, a la del INDEC no, a la de la calle, gordín.

* Más tiempo libre para ver a mis amigos.

* Muchas noches de lluvia que me sorprendan en mi casa y mirando películas, pero por favor que no caigan en día domingo porque me deprimen.

* Muchos lunes no laborables.

* Sobrinos, de sangre y del corazón, que quieran quedarse en mi casa para dormir abrazados.

* Salud, y en su defecto, muchas muestras gratis de medicamentos.No te olvides del Alplax por favor.

* Un crema cicatrizante para esas viejas heridas que cada tanto vuelven a molestar.

* Un hilo para remendar mi corazón , pero que sea invisible a los ojos de un nuevo amor.

* Tardes de café con mis hermanos, poniéndonos al día, riendo o llorando pero de alegría.

* Asados de domingo hechos por papá, y de postre un perdón grande que nos deje respirar sin ese dejo de angustia.

* Un amor para estrenar en el 2009, con corazón de azúcar, ojos que no mientan, brazos como tentáculos, piernas que caminen a la par de las mías, besos de esos que no se olvidan y una mente dispuesta a soñar.


Como no tengo chimenea, no sé por dónde vas a entrar,así que cuando estés llegando, pegame un llamadito al celular así bajo a abrirte.Ahora que lo pienso, las líneas se suelen congestionar para esa fecha, así que tal vez no te puedas comunicar...en ese caso chiflame desde la puerta que te tiro la llave.

No tomes vodka antes de salir a la ruta, ni tampoco le des de tomar a los renos esos que decís que tenés.Más vale tomate un taxi y que te lo pague la empresa.

Un abrazo,

Blonda.









Como Andi anduvo consultando quién cantaba la versión de Creep que suena en "Socias", acá va el video de The Pretenders, con letra y todo.Suban el volumen.







jueves, 11 de diciembre de 2008

El lado difícil del amor

Ayer mientras veía Socias, pensaba lo difícil que es el amor.

Nos pasamos pidiéndole al Hada Madrina que nos mande por encomienda al príncipe azul o verde o a lunares, le prometemos a San Antonio que si "EL" aparece no vamos a quejarnos durante un mes ni a mentirle a nadie que nos pregunte ¿me queda bien?

Desde que tuvimos la primera Barbie que sabíamos que si ella no tenía a Ken de nada le servía ser rubia y esbelta ni tener un fantástico auto color rosa.
Cada vez que nos leyeron Blancanieves o La Cenicienta supimos que el climax del cuento venía cuando aparecía el protagonista masculino y no nos dejábamos engañar por el relleno de brujas y castillos.Lo importante era el beso salvador, el zapatito en manos de ese gentil caballero.

En la adolescencia descubrimos que la agenda no era para anotar las fechas en que había que rendir geografía, sino los días en que "lo habíamos visto", "nos había llamado", " nos había besado", y para eso comprábamos autoadhesivos de corazones y caritas sonrientes que nos recordaban lo importante del año.

Cuando las amigas se empezaron a casar, confirmamos que así como la primera intención de la fiesta era brindar por la unión de esa nueva pareja, había una segunda intención que era casar a las solteras. Una torta donde la que saca el anillo es la que posa con la novia, como si el sólo hecho de agarrar la sortija le obsequiara automáticamente un novio a quien llevar al altar.Un ramo volando por el aire, solteras arrojándose al suelo, pisoteando a otras en la feroz tarea de alzarse con el trofeo.

El marketing cotidiano que nos muestra,desde chicas, desde siempre, que lo que cuenta es el amor.Y cuántas veces habremos pensado lo mismo: domingos de películas y mate en la cama con el deseo de estar con alguien que nos mime mientras llueve, sábados de verano y luna llena en los que un paseo por cualquier lugar con un amor que nos lleve de la mano hubiera sido el mejor plan, notas escritas al pasar en una servilleta escribiendo un te quiero a un ser imaginario que andaría por ahí, sin saber de nuestra esperanzada existencia.

Pero anoche, cuando la veía a Dolores (Nancy Duplá) atravesando una crisis y una posterior separación con Mariano, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón destrozado, me puse a pensar en ese lado difícil que tiene el estar en pareja.Ese lado del que no hablan los hermanos Grimm ni las abuelas que intentan casarte.Ese lado lleno de esfuerzo, de desafío constante, de entrega, de construir día a día una red muy fuerte que sostenga las piezas para que no se desmorone lo construido.

Arriesgar al conocer a alguien, jugar las cartas sin saber qué naipes oculta en el otro, entregarnos a lo desconocido sin miedo a no poder salir ilesos, encontrarnos con la posibilidad de una nueva cicatriz justo sobre aquella que recién cicatrizaba.

Cincuenta por ciento de posibilidades de que salga bien y otro cincuenta que nos devuelva al mismo punto de partida, pero con menos fuerzas que cuando salimos al encuentro.

¿Será nomás que el amor se trata de eso, de más desencuentros que encuentros que culminarán algún día dejándonos las manos por fin llenas, y el corazón ensanchado de alegría?

Mientras tanto, parece que el camino es una suerte de ensayo y error, dónde muchas veces nos encontramos leyendo la lista de miles de buenas razones para NO enamorarnos.
Por suerte, parece que las razones para hacerlo, siguen siendo más tentadoras.









Les dejo de yapa el video del tema que sonaba anoche en Socias.















martes, 9 de diciembre de 2008

Olor a felicidad




No es que me haya propuesto hacer una revisión de fin de año sobre los logros y pendientes, pero creo que la fecha ayudó a que mentalmente repasara lo que fue este 2008.

Por inercia más que por razonamiento, lo primero que vino a mi mente fue lo malo: un trabajo que llegó a hartarme sin retorno, una situación económica más que apretada que sólo me provocó recortes en aquellas cosas prescindibles pero que a su vez me resultaban placenteras (cenas afuera, taller literario, shopping), relaciones que intentaban llenar el vacío de ese gran amor que aún no llega, noches solitarias y domingos invernales para el olvido.


Detrás de ese rápido repaso,había algo mucho más positivo y que no estaba viendo: lo que lo malo provocó en mí.Podría haberme detenido a lamentarme en cada esquina de este año, pero si bien a veces me paralicé, creo que fue para tomar el corrector y rediseñar el camino.

El desánimo que me produjo mi trabajo hizo aflorar mi verdadera vocación y me impulsó a dedicarle tiempo a ese placer que estaba adormecido, la falta de plata me hizo buscar alternativas y poner a prueba mi ingenio tratando de sobrevivir en más de una oportunidad, la toma de consciencia de que las relaciones pasajeras eran sólo parches que no me acercaban al amor en mayúsculas me hizo descartarlas, sintiendo que era más honesta conmigo si no trataba de convencerme de que eso me llenaba.De alguna forma salí a buscar respuestas, tratando de amigarme con el pasado, y acepté ver a mi viejo, y decidí poner el cuerpo y la mente frente a todo lo que ese encuentro me generaba.Me reencontré con amigas de la infancia, y pienso generar un encuentro de hermanos, como corresponde, como nos merecemos.

Por supuesto, que no descarto de mis planes el amor, pero eso no es algo que dependa sólo de mí, más allá de que sí me corresponde hacerme cargo de los miedos con los que cargo, para que cuando aparezca no termine alejándolo por culpa de mi neurosis.

Lo cierto es que hace unos días que me siento como alguien que pudo descubrir la clave para estar bien, a pesar de todo.Era tan simple como focalizar en lo bueno que uno pudo ir consiguiendo, sin pegarse con el látigo por los errores cometidos o el tiempo perdido y con ganas de ir por más.

Una intuición se agiganta en mi interior y cobra cada vez más fuerza, cómo si una vocecita quisiera avisarme que me prepare, que lo que se huele en el aire no es olor a tierra mojada, sino una felicidad que se acerca, dispuesta a devorarme.

Ojalá no me falle el instinto.
















Cuando la realidad supera a la ficción.


El sábado fui a ver "Sentencia de muerte".
La elegí porque me gusta el genéro policial y de suspenso, y porque hacía bastante que no veía a Kevin Bacon en la pantalla grande.
La película cuenta la historia de un matrimonio feliz, con dos hijos varones, que de pronto se enfrenta al horror cuando Hume (Kevin Bacon) y su hijo mayor se detienen en una estación de servicio al regreso de un partido de hockey.Mientras Hume carga combustible, su hijo ingresa al drugstore a comprar una gaseosa y es sorprendido por una banda de delicuentes que sin dudar mata al vendedor de varios tiros para luego acuchillarlo a él. Inmediatamente los delincuentes escapan y Hume sale tras ellos, alcanzando a uno con quien forcejea, logrando distinguir su rostro antes de que de un golpe quede tendido y el delincuente huya.
Luego de reconocerlo en una rueda de sospechosos, el abogado le comenta que como él es el único testigo, la condena máxima que pueden llegar a darle al sospechoso es de 3 a 4 años de prisión.Como si eso fuera poco, le cuenta que el homicidio no se produjo en un intento de robo sino que se trataba de un rito de iniciación al delito, donde el recién ingresado debe probar que puede matar a sangre fría, por pura diversión.
Al momento del juicio, Hume decide cambiar su versión y dudar de la culpabilidad del sospechoso para que de esa forma lo dejen en libertad y el pueda hacer justicia por mano propia.

De ahí en adelante, la película muestra la transformación que sufre el personaje de Bacon, cuando la ira, la impotencia y el dolor ante la muerte de un hijo lo van alejando cada vez más del hombre pacífico que era y lo acercan cada vez más a la figura de un vengador dispuesto a todo.

Si bien la película no es demasiado buena, la violencia que desparrama en sus imágenes me acompaña hasta ahora, y por desgracia, me obliga a un paralelismo con una noticia de este fin de semana, que no se produjo en un estudio de Hollywood, sino que ocurrió en la provincia de Buenos Aires:


"Un matrimonio de ancianos fue asesinado a balazos dentro su casa de la localidad bonaerense de Zárate. Los investigadores manejan varias hipótesis, inclusive la del intento de robo, a pesar de que en la casa de las víctimas no faltaba nada. Por el caso fue detenido un sospechoso de 18 años.
...Cuando el hijo de la pareja fue ayer de visita, halló a sus padres muertos y avisó a la Policía. De acuerdo con los médicos forenses, las víctimas habían sido asesinadas a balazos poco antes de ser encontrados sus cuerpos.
...En la precaria vivienda del matrimonio asesinado, los detectives policiales descubrieron que no había desorden, ni faltantes de elementos de valor. También comprobaron que los accesos a la casa no habían sido forzados. De acuerdo a la cantidad de balazos, la trayectoria de los mismos y a la manera en que se encontraron los cuerpos, los peritos creen que los disparos fueron efectuados desde una de las ventanas de la casa."

Recién, viendo el noticiero, escuché que al referirse a la nota, el periodista confirmaba que el asesinato se había efectuado por pura diversión, y que por eso había disparado desde la ventana, como si fuera un juego.


No pude evitar pensar lo poco que vale la vida, ni dejar de lado esa pregunta que inevitablemente muchos nos hacemos: ¿Cómo fue que llegamos a esto?
Todavía recuerdo mi infancia, jugando en la vereda, yendo al almacén sin que nadie pensara que alguien podía secuestrarme en el camino, abriendo la puerta sin preguntar "quien es", durmiendo con las ventanas abiertas aunque estuviéramos en una planta baja.

Pasaron poco más de veinte años de eso, y hoy el mundo no es el mismo.


Puedo justificar al ladrón de gallinas que roba porque no tiene qué comer, pero no puedo evitar pensar en que a los hijos de puta qué deciden quién vive y quién no, que dejan desarmada a una familia para siempre, que disparan sin consciencia, a esos sólo quisiera que los colgaran de las bolas , a pleno sol, hasta disecarse.

En un país de leyes blandas y justicia lenta, la realidad supera ampliamente la ficción.

Lo peor de todo, es que al revés de las películas, esta realidad parece no tener fin.

lunes, 8 de diciembre de 2008

La última cena


Desde chica soñé con tener una familia multitudinaria, supongo que desde el día en que entendí lo que significaba ser hija única, como para rebelarme y llevar la contra.Lo cierto es que más de una vez fantaseé con la idea de que mi mamá se enamorara de nuevo y la vida me regalara muchos hermanos. Me deleitaba con películas en las que se veía una mesa larga llena de parientes reunidos a la hora del almuerzo y envidiaba a mis amigas que tenían muchos hermanos.

A medida que fui creciendo me fui acostumbrando a mi realidad mientras que se agigantaba la idea de que la vida me daría revancha y que yo podría tener mi propia familia, con tres hijos por lo menos.

Por esas cosas del destino, el día en que después de 22 años de ausencia reapareció mi papá en escena, me enteré que tenía 3 hermanos, y por un momento sentí que el sueño se había cumplido.
Conocerlos fue como ganar el premio máximo, la suma de todos los premios.Compartimos todo de golpe, nos pusimos al tanto de nuestra historia, descubrimos gustos, personalidades, secretos y nos regalamos tiempo, un tiempo que intentaba compensar el desencuentro de tantos años.
Tres años duró el idilio y la ilusión de las Navidades con hermanos para abrazar.Cuando volví a distanciarme con mi papá, automáticamente dejamos de vernos entre nosotros, y esa afinidad de hermanos quedó como una fotografía a medio revelar en el cajón de mis recuerdos.


El mes pasado me enteré que mi hermano Beto va a ser papá por primera vez, y ayer mientras caminaba escuchando mi Mp3 me sorprendió la noticia de que mi hermano Juanchi espera su segundo hijo.Sentí ganas de bailar de la alegría, en plena calle y a la vista de todos, pero esa alegría dio paso a la nostalgia, que se me arrinconó en las pestañas para que la tenga a la vista día y noche.

Mi hermano Juanchi fue aquél al que más le di y , paradójicamente, el que más me traicionó. Existen esas ambiguas relaciones de amor- odio, y esta es una de ellas, o al menos lo era.Creo que el odio surge como un mecanismo de defensa frente a ese sentimiento que no cesa y que nos daña, y viene a intentar transformar ese amor en algo igual de fuerte pero que nos permite seguir, sin estar aferrados a ese afecto que no es recíproco.


Es ahí donde pienso que ese rencor estuvo tapando el inmenso amor que siento por él y ya no quiero andar tapando heridas con curitas que se van al primer lavado.
Ya pasaron 7 años de la última vez que vi a mis hermanos, y el tiempo pasó tan rápido que asusta.
Tal vez nunca tenga mis propios hijos, pero la vida me está regalando sobrinos que por algunas diferencias entre nosotros, no estoy pudiendo conocer...



Sin que nadie nos obligue, con Juanchi solíamos ir a cenar todos los fines de semana, como buenos hermanos.Lo hacíamos por elección, porque nos disfrutábamos, porque un lazo fuerte nos impulsaba a pasar tiempo juntos.Sé que hay una charla pendiente y merecida para ambos que no quiero dilatar, así que estoy juntando fuerza y coraje para llamarlo e invitarlo a cenar.



A mis treinta y cinco ya no quiero acumular rencores, sólo quiero sumar encuentros y agregar felices momentos, que serán lo único que me regale una sonrisa en el último minuto de vida.

Antes de terminar el año quiero poder tachar otra de esas tantas cosas esenciales que continúa en mi lista de pendientes y quién sabe mi recompensa sea una mesa larga y esa familia multitudinaria que siempre soñé.


¿Y ustedes que quisieran tachar de la lista de pendientes?

jueves, 4 de diciembre de 2008

Maldito diciembre.Puta Navidad




Diciembre potencia mi violencia, sepan entender.
Soy como un hamster querible al estilo Remy (protagonista de Ratatouille), que apenas nota que empieza el último mes del año se convierte en murciélago.


En la reunión de hoy del trabajo, para la que me hicieron madrugar más de lo habitual, el primer tema que abordó mi jefe fue...la fiesta de fin de año.Este año, por la reverenda crisis que heredamos, la empresa no hace fiesta y tampoco creo que haya presupuesto ni para que nos envien un turrón "arranca dientes" y una sidra berreta. Así que mi jefe y su elite, organizaron una fiestita para el jueves 18. Sí, jueves, para que el viernes vayamos todos borrachos a la oficina o pidamos médico desde el mismo boliche. Esto no sería nada, sino que además organizaron una fiesta más íntima, para cada región, y una fiesta del piso (que incluye a otro sector).
A esto se suma la cena con las amigas del alma dividas en subgrupos: Ex compañeras de otro trabajo, colegio, facultad e infancia.Sólo ruego que no decidan improvisar alguna reunión mis vecinos y que si lo hacen, se olviden de invitarme.
Así la agenda empieza a llenarse, y el bolsillo a vaciarse lentamente y de pronto, el detalle que falta: Florida decorada con muérdagos.

Se ve que no alcanza con ver desde noviembre el inmenso árbol en medio de los shoppings, las lucecitas intermitentes en los negocios chinos a 20 pesos y la góndola llena de pan dulce, ahora también tengo que recordar que se acercan las fiestas cada vez que me bajo del subte.

Lo peor está por llegar.A partir del 20 todo empieza a ser un caos y hay que descartar de la rutina la visita a lugares como jugueterías, avenidas comerciales y supermercados.
Igual, como ya el mango no alcanza para andar haciendo regalos, el máximo esfuerzo que me voy a tomar este año es mandar hermosísimos mails, repletos de buenos augurios y de muñecos de nieve con cara de felices.

Este 25 de diciembre no voy a salir al balcón a mirar como el barrio gasta sus ahorros en pirotecnia, ni voy a esperar durante dos horas que pase un taxi por la esquina de casa, ni voy a rogar que llegue el mensaje que no llegó durante el resto del año, ni que mi mesa navideña sea multitudinaria.

Nadie me va a obligar a que vuelva a adorar La Fiestas como cuando creía en el Papá Noel barbudo y bonachón que se metía por la chimenea y se llenaba de hollín sólo para dejarme un regalo.
No voy a convertirme en una persona extrafeliz que se deleita con la idea de comer como un cerdo y perder la consciencia embriagada con sidra de medio pelo.Tampoco voy a ser la ilusa que piensa que si pide tres deseos al brindar se vuelven realidad por obra y gracia de los renos.
Lo que no pasó en el año no va a pasar en un día.

Esta Navidad no me agarran, a mí no.






miércoles, 3 de diciembre de 2008

Hay días así...por suerte son pocos.


Me acosté tarde y con dolor de estómago.Me levanté a las 3 de la mañana con el mismo dolor, tal vez por el mallo pogro , no, por el pollo magro que comí, no, eso no puede haber sido, pero qué más da, buscapina, glup, glup.De nuevo a la cucha...ay, qué lindo dormirme a las 4 y que el despertador suene a las tres horas.¡No!¡No sonó!¡El malparido no sonó!Y me baño en cinco minutos y rajo, porque llego tarde y zas, se me va justo el colectivo, la gran siete, nada me sale derechito parece y encima otra vez el dolor de estómago, y ahora no puedo volver a tomar otra buscapina, ma sí, si total de algo hay que morir diría mi nona (que en paz descanse), uh, el bondi está lleno...¿No podés apoyar tu maletín en otro lado que no sea mi costilla? gracias che, de verdad, que buena onda la tuya, ¿Un poquito más atrás? ¿Adónde querés que nos movamos, eh? ¿Por qué no me dejás manejar a mí y vos te ponés en mi lugar, entre el oficinista de maletín y la china con olor a ajo? Suerte que ya me bajo, que si no, te juro que te lo digo, no me conocés en un mal día.¡Parada chofer, que no anda el timbre! ¿Y eso que vibra qué es? ¡Mierda, mi celular!Dónde lo puse, dónde...¿Hola? Ah, Ben, qué hacés tanto tiempo...¡¡Parada chofer!!, no, a vos no, es que estoy en el colectivo, si, si, en lindo momento me venís a llamar, dale, mejor, te mando un mensaje después, beso, permiso que bajoooo....
Uf, al fin, bueno, no llego tan tarde, ¿El señor Villalba está? gracias, lo espero acá... ¿Pero este hombre dónde se metió? Ay, debe ser ese que viene ahí: ¿Villalba?, qué tal, Blonda,mucho gusto, ¿Me trajo fotocopia del Dni?¿Cómo que no? no le puedo dejar su producto sin el documento , si, ya sé, yo le creo que es usted,soy confiada, pero no puedo, es mi trabajo, ¿vio? vengo mañana, no se preocupe, son cosas que pasan (que a gente como a usted le pasan), hasta luego. Reverendo nabo que me hizo salir sin desayunar y con el pelo enmarañado y hasta quizás dejé una luz prendida, si ni tiempo de despertarme tuve.Subte, bueno, al menos hay asiento,voy a poder escuchar un poco de música tranquila, y me cachoendiez que me olvidé de cargar el Mp3, no lo puedo creer, uf, uf, que aburrido, achís, achís...ah, no, lo único que me falta, un resfrío en noviembre,por ahí es alergia, si, a esta rutina de oficinista en decadencia, mejor pensar que me gano el loto y que este fin de semana me voy para las Islas Caimán a abrir una cuenta en Euros, y que de ahí le pego derechito a Grecia y bailo Zorba el griego y rompo platos frente al Mediterráneo con otros griegos que quieren hacer catarsis junto conmigo, y después me tomo un crucero, y otro avión, y otro, y me recorro el mundo más rápido que Julio Verne y puta che, Florida, pero no la Florida de Miami, la Florida de esta "faquin" Buenos Aires,me tengo que bajar, bienvenida al mundo delos Kirchner, lleno de estatuas vivientes y vendedores ambulantes que pregonan mercadería como si estuviéramos en 1810 ¡Hay mazamorra caliente, para quemarse los dientes! Y salió el sol, y yo con las botas altas , maldito pronóstico despronosticador, pero ya llego a la oficina, y ahí listo, me hago unos mates, y descanso un rato.Hola, buen día, ¿Quién me llama? Bueno, ya voy...Me dijeron que querías verme, ¿Qué pasó?¿Cómo que vengo mal con los números? El país viene mal con los números, la gente está achicando gastos, o acaso no leés los diarios, bueno, me pongo las pilas y veo si le rezo al Gauchito Gil y a la Desatanudos, porque yo milagros no hago y menos por la plata que me pagás.Mejor, en vez de mate, un tecito, y ya me sacaste las ganas de laburar, mejor me lo tomo en casa y se va todo al carajo, que nadie me va a hacer un monolito por quedarme resfriada y con dolor de estómago calentando la silla en esta oficina de cuarta, pero primero mejor chequeo los mails, y sí, ya que estoy los respondo, y de paso me fijo si puedo vender algo, que se vienen las vacaciones, a ver si puedo hacer un mango como para irme al menos un fin de semana a mojar las patas a Miramar,y....¿Qué hora es? No, pero yo estoy loca,¿ Las ocho ya? ¿Y quién me paga las horas extras, eh, eh? Uh, mensaje de Ben, claro, si me colgué y nunca lo llamé, perdoname que no te escribí, es que tuve un día de locos, send, enviar, ¿Cómo que no tengo más crédito? ¿Ya me lo gasté?...Y ...te mandaré un mail cuando llegue, querido.Hola qué tal vecina, cansada, si, es largo el día, ¿Tercer piso, no? ¡Albino,Albino!¡Se trabó el ascensor! ¡Estamos entre el segundo y el terceroooo!Rápido que tengo claustrofobia, Albinoooo, qué nervios, no, no me hable vecina, que no estoy de humor, mejor crucemos los dedos para que nos saque, por si acaso en mi billetera tengo el carnet de la prepaga, y si, por si tarda y se nos acaba el aire, que se yo, ay, gracias Albino, me estaba descomponiendo. Ring, ring, ah, hola ma, no, acabo de entrar, te llamo mañana, o pasado o cuando vuelva a ser yo misma, porque siento que en este martes atravesado me despersonalicé por ahí, entre el asfalto y la alfombra, si, un alplax y a la cama, chau ma.



lunes, 1 de diciembre de 2008

Superblonda generadora de encuentros



Después de unas vacaciones sin aviso de Superblonda, ayer por la mañana volvió a hacer su aparición.Parece que anduvo olfateando que yo andaba en proceso de cambio y se ofreció gentilmente a darme una mano.
Así que este fin de semana me impulsó a tener dos encuentros que venía postergando.

El primero fue con dos compañeras del colegio, que hacía mucho tiempo que no veía.
Por esas maravillas que logra la internet, las ubiqué a través del facebook, y sin perder más tiempo que los diez años que nos habían distanciado y que ya eran suficientes, nos juntamos el sábado por la noche. Por suerte, también pude hacer partícipe a mi amiga Sami, también del colegio, que murió de alegría con el notición del reencuentro.
Con una de ellas, me había unido una gran amistad, entrañable, de esas que se supone que son para siempre.Un día, de pronto y por esos caprichos de la vida, nos peleamos por algo que sin duda ahora ya no me interesa recordar qué fue. Diez años atrás, mi cerebro funcionaba de otra manera, y el de ella seguramente también.Hoy, parada en esta vereda en la que me es más fácil distinguir la importancia de los afectos, nada que pueda haberme dicho en esa época merece ser tan importante como para sepultar ese inmenso afecto que nos unía.
Seis horas de charla sirvieron para ponernos un poco al tanto del crecimiento y los golpes que nos dimos en la distancia, y que sin duda servirán para intentar reencontrarnos desde otro lugar más maduro.


El segundo encuentro planificado por Superblonda fue con mi papá.Desde esa vez que había accedido a verlo nunca más había sentido la suficiente fuerza como para volver a enfrentar el momento de tenerlo cerca.
Pero Superblonda discó el teléfono y yo le dije: Papá, el domingo voy a almorzar a tu casa. Y así fue.
Habiendo dormido apenas 4 horas, me tomé dos colectivos y viajé casi dos horas atravesando la ciudad para ir a verlo.
Por primera vez en mi vida pude tirarme en la cama con él a ver una peli hasta quedarnos dormidos.Pudimos despertarnos después y mirar fútbol tomando mate, y escaparme con su novia actual a comprar cosas ricas para merendar.Más tarde, miramos fotos de un tiempo de su vida que yo no había podido compartir ,y hasta escuché a mi hermano por el parlante del handie cuando lo llamó a mi papá para ver como estaba.
Me quedé hasta que se hizo de noche, y me fui.

Con mi papá,todo lo que a simple vista parece maravilloso en el momento, tiene la particularidad de ponerme mal después.
Cada cosa que dice se me guarda en algún lugar del cerebro, en crudo, sin procesar, y cuando me alejo un poco empieza a atravesar el filtro para dejar aparecer el dolor, la verdad, esa que no se va nunca.
Puedo perdonarlo, puedo entenderlo, pero siento que todo es siempre a medias.Sigue latente el reclamo por los 30 años privados de su presencia, y un dejo de envidia por mis hermanos que lo tuvieron cada día.
No poder volver el tiempo atrás me llena de impotencia, me hace creer en la injusticia, me genera bronca y resignación.Sé que la herida puede estar emparchada, remendada, pero que siempre, siempre va a estar ahí.


En el rompecabezas que intento armar, mi papá y el pasado son piezas fundamentales.
Sé que es doloroso, pero a la vez es fundamental.Sé que también es reiterativo y desgastante, porque me exige abrir y cerrar miles de veces la misma puerta, y hacer girar la rueda una y otra vez hasta marearme.
Pero de a poco voy marcando el trazo del dibujo que tengo en mi mente y sé, que lentamente, podré empezar a colorearlo.