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viernes, 30 de enero de 2009

Cuestión de alergia

De madrugada y a los apurones, paso a dejarles algo en el blog de Paula la Malvada, que escribí a su pedido antes de escaparme de vacaciones.

Pueden leerlo acá.


El próximo lunes ya estaré en la ciudad dispuesta a contarles las novedades ...

Buen fin de semana para todos.

viernes, 23 de enero de 2009

Ausente con aviso


En medio de la espera porque el maldito teléfono suene para ofrecerme un posible trabajo, mi amiga G me ofreció compartir unos días con ella en su departamento de Mar del Plata.

Considerando que en caso de que se presente la posibilidad de una entrevista sólo voy a estar a 400 kms y un micro de distancia que me traiga nuevamente, no dude demasiado en decir que sí.

Así que en un par de horas estaré en "La Felíz" , peleando por encontrar un hueco de arena donde tirar mi lona, esquivando niños y vendedores ambulantes y tratando de aprovechar al máximo, porque si todo sale bien y consigo un nuevo trabajo pronto, este momento será indispensable para recargar energías que duren el resto del año.

Por suerte G no es la típica "amiga boliche" y comparte los mismos gustos: pelis, teatro, leer, charlar, tomar cafecito en "La Bristol" y caminar con el atardecer y el ruido del mar de fondo.

Así que para eso me preparo, para hacer borrón y cuenta nueva, para mezclar las cartas una vez más y cruzar los dedos detrás de la espalda pidiendo que esta vez me toque el as , en lugar del cuatro de copas.


Me ausento con aviso, aunque seguramente me conecte desde allá para seguir escribiendo y compartiendo alguna foto de un amanecer, de esos amaneceres que tienen como protagonista al mismo sol de la ciudad, pero que sin embargo se ven y se sienten tan diferentes.


Disfruten, diviértanse, quieran, abracen, empaláguense con dulce de leche, bailen solos en el living, tomen una copa de vino, jueguen a "piedra, papel o tijera", llamen a un amigo que tienen olvidado, escriban lo que sienten en una servilleta de papel, digan perdón y te extraño, miren la luna y aprovechen cada minuto, que ya se termina Enero, y cuando nos queremos acordar, estamos otra vez colocando la estrella en el árbol de Navidad.


Hasta prontito.
=)

jueves, 22 de enero de 2009

Manual de amor - parte 2 "El abandono"




En el último episodio de la película, el protagonista fue abandonado por su mujer después de 9 años de casados.
El CD que él escucha, que no es más que el "Manual de amor" que le da el título a la película, dice lo siguiente:

" A cierta edad las penas de amor pueden ser devastadoras"

Y recomienda evitar algunas situaciones, a modo de ejercicio para estar mejor:

1- Jamás insistir en reconquistar el objeto de amor.

2- Evitar la tentación de mails y Sms

3- Nunca llorar ante amigos. Mantener la dignidad.


Después viene la parte en que el protagonista me hizo pensar, cuando reflexiona sobre el olvido, palabra cruel, si las hay.

"¿Cómo se hace para dejar de amar a una persona? No tengo fuerza de voluntad, no soy de los que tiran el atado de cigarrillos y ya dejan de fumar..."

Es cierto, no hay manual que sirva que para el olvido.Creo que el olvido es simplemente imposible.Uno podrá recordar con menor intensidad, pero jamás olvidar.Salvo que nos borraran la memoria como en una película de ciencia ficción, aquello que está almacenado en nuestro cerebro y en nuestro corazón, que quedó registrado como una fotografía indeleble, podrá tornarse amarillenta con el paso del tiempo, pero seguirá estando en el archivo.

No creo que haya proceso más triste y más complicado a la vez que el de intentar ese olvido que no llega nunca.El tiempo parece consumirse tan lentamente que asusta, y se mezcla con la ansiedad de descubrirnos por fin una mañana sintiendo que volvemos a ser nosotros mismos, sin el fantasma de ese otro que ya no está.

Una pequeña muerte que necesita su duelo.Esa persona que amábamos ya no comparte nuestra vida, y ese extirpar de la escena cotidiana al ser querido es el que duele, el que se lleva la voluntad de mirar hacia adelante, como si se hubieran robado a la palabra futuro de todos los diccionarios, y la hubieran reemplazado por un vacío abúlico, por el sin sentido de las horas.

Las venas y arterias del amor, que por lo mismo que laten en el enamoramiento, pueden condenarnos mañana al olvido.
A ese olvido que tarda demasiado en llegar y que se lleva tanto en el intento.

Manual de amor- Primera parte


Justo cuando venía hablando de las conjeturas se me ocurre alquilar la película Manual de amor.
Yo había visto la segunda parte (sí, arranqué al revés sin darme cuenta), que si bien me había gustado bastante no se compara con esta "joyita" que vi ayer.


La película se divide en cuatro instancias del amor: El enamoramiento, la crisis, el engaño y el abandono, contadas a través de distintas parejas que en un punto se relacionan entre sí.

Hay dos historias que me atraparon (además de hacerme reír muchísimo en algunos pasajes), la primera fue la de Tomasso, un tipo joven, traumatizado porque su última novia lo engañaba con un ex novio, desocupado y en la búsqueda tanto de trabajo como de un amor, que se topa de casualidad con Giulia y que partir de ese amor a primera vista, comienza a perseguirla.Ella lo máximo que hace es darle su teléfono, pero sólo ante su insistencia, como para sacárselo de encima.


Es muy bueno ver el personaje del amigo de Tomasso, que mirando a cámara cuenta que desde que su amigo está enamorado no escucha nada que él pueda decirle,que se ha convertido en un perfecto idiota que habla todo el día de Giulia.Es él quien le aconseja que la llame en forma anónima o restringida a esa Giulia que no lo está atendiendo por teléfono.Así es como Tomasso logra por fin hablar con ella, después de haber conjeturado los motivos por los cuales ella no atiende.Una vez que corta, con una negativa a verse colgando de su oído, seguirá justificando la actitud de ella, para no asumir el desinterés rotundo que ella le manifiesta.

Lo bueno de esta justificación es que le da a Tomasso un motivo para seguir intentando, y así es como se esconde en la puerta de la casa de ella hasta verla llegar en moto con otro hombre, al que besa al momento de despedirse.
Es ahí, cuando el susodicho se aleja, que él decide llamarla nuevamente, y es cuando confirma que ella miente, ya que le dice que está en la cama a punto de dormir.Ahí hace su aparición triunfal, bajando del auto, y demostrándole que no es ningún tonto , que ha podido descubrir su mentira.

Por supuesto, ella le hace una escena, bastante cierta, de que él no es nadie para venir a reclamar nada, y mucho menos para seguir persiguiéndola.Las palabras de él no se hacen esperar:

-Deberías tratar mejor a tus admiradores.Si fueras gorda y bajita morirías por salir conmigo, pero como no lo sos, ya pudiste decirme varias veces que yo no te gusto, aún sin conocerme. Si ese que besaste recién era tu ex, eres igual a todas, que si se sienten sola y abandonadas prefieren volver al pasado, que seguir adelante.


Esas palabras tienen tal impacto sobre Giulia, que finalmente accede a una salida con él, y... por supuesto se enamoran.

Son imperdibles los pensamientos que tienen ambos en medio de la cita, y como nos muestran que muchas veces pensamos algo pero actuamos completamente distinto a nuestro pensamiento, sobre todo en la etapa de la conquista.


Creo que es una película que debe verse con lápiz y papel en mano, ya que está llena de palabras que pueden servirnos en algún momento, y sobre todo, porque nos muestra la visión de ambos sexos en cada situación.
Digamos, que ese "querer ser mosca" para escuchar lo que piensa el otro, que seguramente habremos padecido en algún momento, está solucionado en dos horas de película.Claro que no todas las relaciones ni situaciones son el reflejo exacto de nuestras vidas, pero es una buena opción para entender un poquito más sobre la diferencia entre los sexos.

Para más tarde dejo las reflexiones que me dejó la última historia que habla del abandono, mientras que recomiendo otras tres películas que también vi ayer (fue maratónico lo mío).

* Milk : Es la historia de Harvey Milk, activista gay que fue el pimero en obtener un cargo público en Estados Unidos.Dirigida por Gus Van Sant y protagonizada por Sean Penn.
Pensé que iba a ser un poco aburrida, pero me sorprendí descubriendo una película buenísima, interpretada y dirigida a la altura de las circunstancias.


* Revolutionary Road: Protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, quienes encarnan a un matrimonio frustrado, atrapado en la rutina de la década del 50. Él, con un trabajo aburrido y sin sentido, y ella, un ama de casa insatisfecha, intentarán cambiar sus destinos con todo lo que eso implica. Está dirigida por Sam Mendes, el mismo de Belleza Americana, que vuelve a tocar el tema de la mediocridad y el sueño americano.Me encantó.


* La Duquesa:Con Keira Knightley y Ralph Fiennes, es la historia de la Duquesa de Devonshire, Georgiana Spencer, una mujer ingeniosa, activa, directa, que debió pagar un alto precio por ser distinta y apostar a lo que su corazón le indicaba.

Preparen pañuelos...para las tres.

martes, 20 de enero de 2009

Supuestos y conjeturas




Después de una charla con mi amiga Jenny, a quien le dedico este post, me surgió la idea de escribir sobre este tema.

Hay una manía, casi un tic, que tenemos algunas mujeres y que no sé si abarca también a algunos hombres, que es la de suponer.
Cuando recién empezamos un vínculo con alguien, y se sucede un inesperado silencio, una desaparición repentina de la otra parte, comenzamos como Penélope a tejer, pero en este caso, conjeturas.

Armamos una red de suposiciones, de ideas que nos vienen a la cabeza, de justificativos para esa ausencia.

Ante un teléfono que no suena nos encontramos pensando que no tiene crédito, que no encontró disponible ningún teléfono de línea que funcione, que estuvo tapado de trabajo, que tal vez se enfermó o tuvo que viajar inesperadamente.
También intentamos disfrazar lo obvio, con cosas más rebuscadas como que se paralizó por el miedo que le daba empezar una nueva relación, que está tratando de borrar de su mente el pasado para poder jugarse de lleno a lo nuevo, que es normal necesitar tiempo (aunque se trate de un mes completo).


Lo cierto es que cuando hay ganas, cuando hay deseo y voluntad, llamar es casi un acto involuntario, aparecer para decir "quiero verte" es la cosa más lógica del mundo, y nada es tan difícil.

Un silencio, no es sólo un silencio.Muchas veces ese mutismo del otro es una clara señal de que no somos lo que esperaba, que por más que haya planeado un próximo fin de semana con nosotras, que nos haya quebrado las costillas en un abrazo eterno y que se le haya escapado decir que hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien con alguien,eso puede desaparecer con la luz del nuevo día, y junto con el café con leche de la mañana siguiente.


Y es ahí cuando diseñamos un sinfín de palabras que ellos tendrán para decirnos la próxima vez que hablemos, cuando en realidad, lo más probable es que esa charla no llegue, y que si llega, no nos deje nada en claro....si no dijo lo que motivó su ausencia en el momento de ausentarse, lo más probable es que tampoco considere necesario decirlo después.

Simplemente somos distintos.
Mientras nosotros rellenamos el crucigrama con todas las posibles razones que no le permiten volver a vernos, y nos sentamos junto al teléfono a esperar un llamado que no llega, ellos se levantan, van a trabajar, vuelven, cenan con amigos, juegan con la playstation...

Me pregunto si no sería más sano darnos cuenta que las palabras no tienen el peso suficiente como para perdurar y establecer el cimiento para una relación si no están acompañadas de hechos, de gestos concretos.

De una vez por todas deberíamos entender que ese tiempo que empleamos en suponer, calcular, conjeturar, es un tiempo que no vuelve y que podíamos haber aprovechado en algo mucho más productivo.
Quién sabe, en el mismo instante en que nos dispongamos a pensar en otra cosa, sea el segundo exacto en que él reaparezca.

lunes, 19 de enero de 2009

La "otra"


En cuántas películas nos habremos compadecido por "la otra", por esa que espera a que Él se decida, y que deje de augurar una separación con su novia/mujer que no llega nunca para poder finalmente verlos juntos.

No solamente en Hollywood la espera de la "otra" tiene a veces un final feliz.
Mi amiga Lola estuvo muchos años esperando que su actual marido se decidiera a separarse de esa mujer que sólo lo hacía sentirse un infeliz, con quien ya no compartían ni la cama, ni la educación de los hijos, ni las ganas.
Hoy ella puede disfrutar de ese amor, porque tuvo la paciencia y la cordura necesaria para soportar todo lo que hubo en el medio: Sábados sola, domingos aún más sola, cumpleaños sin que él apareciera porque no había podido escaparse, escenas de la mujer ante la sospecha de la relación que mantenían a sus espaldas,y una larga, larguísima espera hasta que él se decidiera.

Cada vez que los veo juntos, me pregunto lo mismo: ¿Qué hubiera pasado si ella no hubiera esperado como lo hizo, y cuál hubiera sido el final si a pesar de la espera de ella, él nunca tomaba la decisión de dar ese paso que lo desatara de su actual relación?

Tal vez ella andaría lamentándose un tiempo, castigando a aquél que siguiera en la lista, prometiendo no poner más los ojos en alguien comprometido, pero finalmente seguiría andando.

Él, se arrepentiría cada vez que recordara lo perdido, cada vez que tomara consciencia de que su vida podía haber cambiado si hubiera movido una sola ficha de lugar, si hubiera tenido la valentía de enfrentarse a sí mismo, a su deseo y hubiera aceptado que no está bien resignarse ante lo que uno tiene si eso no es lo suficiente.

Pero él pudo, él quiso e hizo.No se sentó a contemplar su infortunio, ni a conformarse con lo que tenía.Sintió que el amor estaba en otra parte y se jugó a tiempo, sabiendo que su felicidad dependía de tomar una decisión, de enfrentar a alguien sin querer hacerlo, de decir "hasta acá llegué".


Tal vez si esto les hubiera pasado ahora, el desenlace hubiera sido otro, pero como esto ocurrió hace ya varios años, tuvieron suerte.

Hoy, en que nos cuesta asumir que queremos estar con alguien, en que nos da temor dar un paso hacia una tercera o cuarta cita que nos confirme de cierta manera que tenemos un interés por la otra persona, en que se nos hace imposible no poner trabas que compliquen aquello que debería ser sencillo, no me imagino cómo hubiera hecho él para jugarse, teniendo tanto de qué agarrarse para justificar sus tiempos.

Lo que creo, es que más allá de la época en que ocurra, la infidelidad que se transforma en relación clandestina y que deja de ser algo esporádico , es síntoma de que algo anda mal en el lugar en el que estamos, y que lejos de ser un escape, es una clara señal de que intentamos rellenar un espacio que la otra persona está dejando vacío.
Si es así, nada más honesto con uno mismo que reconocer lo que se esconde detrás de esa relación paralela, y asumir que es tiempo de jugarse al cambio, que hipotecar horas al lado de alguien que no nos completa es limitarnos las caricias, privarnos de un poco de cielo y acostumbrarnos a que la mitad es todo lo que nos merecemos.

Este post está dedicado a aquellos que no se animan a vivir el amor por miedo a patear el tablero.
Y son muchos.

domingo, 18 de enero de 2009

De amor y desencuentros




En lo que va del año ya perdí la cuenta de las veces en que escuché la misma frase:

- No me llamó más.


Amores que parecían nacer en pleno verano, a la sombra de un jacarandá florecido, en la orilla de un mar con bandera azul o en un atardecer con los pies llenos de arena.
Amores que habían muerto antes de nacer, desde el "nos vemos" que nunca se cumplió, desde el abrazo que quedó a medio dar y de los besos que se alojaron en la garganta sin saber adónde ir.

El eterno desencuentro que se repite una y otra vez y que es como un estigma de estas épocas.
Los hombres parecen estar anestesiados o haber ingerido un antídoto para los flechazos de Cupido. Digo los hombres, porque todas las quejas que escucho pertenecen a mujeres que esperan la reaparición de "ese" que prometió y no cumplió, que dijo te llamo y jamás llamó.

Relaciones que parecen sorprendernos, pero que antes de que le podamos sentir el perfume a nuevo, se terminan.Todo pasa tan pronto que no alcanzamos a entender cuál fue el error, si es que lo hubo.Una palabra que no se dijo, un suspiro que debía haberse callado, una caricia que debía guardarse para después, un después que nunca llegó.

Todo pasa a ser silencio.No hay llamado, ni hay subtítulos para la ausencia repentina que nos deja una hilera de puntos suspensivos tatuados en la frente.Una nueva marca aparece, como un tilde, que nos adormece por un tiempo y nos obliga a descreer ante una nueva posibilidad.

Quiero entender qué es lo que pasa, encontrar una explicación racional al fenómeno del desencuentro, pero cada vez que lo pienso me quedo con el vacío que genera la falta de respuestas.

No hay lógica aplicable para el amor, pero debería haber al menos una aproximación a la causa que genera tantas soledades individuales.
Si todos quieren dejar de estar solos, ¿Por qué es tan difícil entonces el encuentro?

Si nos enseñaron que uno más uno es igual a dos, entonces ¿Por qué el resultado nos da cero cuando se trata de amor?

No quiero perder la esperanza, pero cada vez me convenzo más de lo difícil que es construir algo de a dos.
Sumar pasados, experiencias, mañas, miedos y corazones partidos por relaciones pasadas no es tarea sencilla, pero el hecho de saber que el resultado puede ser la cura de esas viejas heridas y que puede mostrarnos un futuro de domingos con un amor para abrazar, bien debería valer el intento.

No sé qué es lo que pretendemos, o si el punto es que ya dejamos de pretender, pero de verdad no entiendo cómo dejamos transcurrir las horas abrazados a nosotros mismos cuando sería mucho más lindo sentir de cerca el latido de un posible nuevo amor.

Desencuentro.Una de las palabras más tristes del diccionario.Un encuentro fallido que es mucho más que eso.Un estar a destiempo, a contramano.Dos calles paralelas que jamás se juntan.Agua y aceite, luces y sombras.Alfa y Omega.Dos vidas intentando algo que no les sale, que no pueden, que no dejan que ocurra.



Ninguna frase define mejor la soledad que la de Borges: Estoy solo y no hay nadie en el espejo.

Aferrados a nuestra pequeña soledad de una única copa de vino, sin nadie en ese espejo y con media cama vacía, seguimos andando como si nada, por esa ruta que pasa junto a miles de soledades tan parecidas a la nuestra.

viernes, 16 de enero de 2009

Viento y libertad


Ayer me tomé un recreo en medio del ocio crónico para ir al cine.
Fui a ver "La Duda", una película que recomiendo más allá de la historia en sí, por las tremendas actuaciones de Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman.
En una parte de la película, se hace referencia a la vida como un viento que nos sopla por la espalda, que nos mueve hacia algún lado.Realmente me encantó el concepto, sobre todo para explicar aquellas cosas que a veces no entendemos en una primera mirada.

Muchas veces caminamos en la misma dirección, como autómatas, anestesiados, hipnotizados por la puta rutina que nos conduce en un sólo sentido, sin cuestionarnos ni siquiera el ritmo de nuestro paso.
No somos capaces ni de detenernos a mirar el paisaje, ni a un otro que pasa a nuestro lado, y mucho menos perdemos tiempo en pensar si el sentido que le damos a nuestra vida es el correcto.

Así, de pronto teníamos veinte y hoy, sin saber cómo, hace rato que cruzamos la barrera de los treinta.Entre medio, quién sabe si fuimos realmente conscientes de las decisiones que tomábamos, de la forma que íbamos dándole a nuestras horas, a nuestro destino.

Hoy me pregunto cómo fue que llegué hasta acá, regalando mis horas mientras hacía cosas que no me gratificaban, perdiendo tiempo en relaciones que habían muerto desde el primer Hola, ocupando lugares sin ganas, callando un No, mintiendo un Si, juntando fuerzas cuando sólo quería sentarme a llorar en un rincón o ahogando una carcajada porque no era oportuna.

Condicionada por el debe, por el miedo a cortar las cuerdas y a sentir el vacío que sigue a la libertad.

Hoy no hay ataduras, como si estrenara una vida nueva, como si pudiera moldear la arcilla y darle forma a mi antojo.Sé que no es fácil, y que en la tarea de dibujar y colorear un nuevo proyecto de vida, voy a tener altibajos como los de estos días, en que paso de la inmensa felicidad a la triste congoja, de querer encerrarme en silencio, a poner música a todo volumen y elegir ropa para salir.

Ese viento que venía soplando en forma de brisa se convirtió de pronto en un huracán.Todo se movió sin aviso y me di cuenta que no tenía nada para rescatar ante la emergencia más que a mi persona.

Me tengo a mí, a esta nueva yo.

Y a mi libertad.

miércoles, 14 de enero de 2009

Vuelta de página



Ya estoy de regreso en la ciudad. En la hamaca quedó la Blonda reflexiva y a mi casa me traje una que está en pausa, detenida ante la incertidumbre.

Ayer tuve que firmar el papeleo en Recursos Humanos: un contrato de mutuo acuerdo en la desvinculación ( ¿mutuo?) . Juro que al momento de poner mi nombre al pie sentí que el escribano, un señor que me duplicaba en años, me miraba con pena, como si ya hubiera visto demasiadas cabezas rodar frente a sus ojos.

Había pensado en salir de ahí y pasar por la oficina a despedirme de mis compañeros, pero no pude.No tuve ganas de poner la espalda para que me la palmeen, ni las mejillas para recibir besos falsos de los que tuvieron que ver en la decisión que me deja integrando la lista de desocupados de este país.

Sé que es tiempo de dar vuelta la página, de aspirar un aire renovado, pero todavía tengo impregnadas de tinta las yemas de los dedos.
Para arrancar de nuevo necesito hacerlo con una fuerza de la que hoy carezco.Mover contactos, devorar los clasificados, asistir a entrevistas que no terminan siendo lo buenas que parecían, requieren que tenga la cabeza fresca, y es lo que intento.

Necesito un tiempo, pero del que no se mide en horas.Un momento conmigo, para acomodar las ideas, para poner cada cosa en su casillero, como si quedarme sin trabajo me obligara a mirar varios aspectos de mi vida.


Necesito silencio.
No me sirve escuchar que me pregunten qué pienso hacer ni como voy a pagar mis gastos los meses que siguen.Algo inventaré, algo surgirá, y si no surge me iré. Irme no significa huir como una cobarde, con los brazos colgando sin ganas al costado del cuerpo y el paso lento al andar, sino buscar otros horizontes.España con amigas o Costa Rica con familia se barajan entre mis opciones. Es una decisión que no me gustaría tomar obligada, pero así y todo sigue siendo una opción.

Pido perdón por mi ausencia en los blogs amigos, en el Msn y hasta por no atender el teléfono. Es que ando sin ganas y me permito estar así.

Sólo de una pausa para tomar impulso uno puede pegar el gran salto.

domingo, 11 de enero de 2009

Futuro incierto




Demasiado vino, más sol y mucho tiempo libre suelen tener efectos colaterales en la mente de una reciente desempleada.

Descubrí que no puedo relajarme del todo, sobre todo ante la pregunta de "¿qué pensás hacer?" que me deja con un signo de pregunta en la punta de los dedos y que casi casi me obliga a enterrar la cabeza en la reposera para no tener que inventar una respuesta inteligente que en realidad me es imposible dar.

Hay otros momentos en que me descubro pensando en "matar el tiempo" aceptando invitaciones de tipos como Norman o Ben. Ahí es cuando siento un poco de miedo: miedo de creerme una mujer superada que va a poder manejar las situaciones cuando en realidad no lo soy tanto. Miedo de volver a la seguidilla de encuentros que rellenan el rato pero que terminan en la soledad de una taza de café al amanecer, con la mitad de la cama vacía y el perfume de alguno aún flotando entre las paredes de mi habitación. Miedo de perder mi norte y de ni siquiera poder saber dónde quedó mi sur.

Existen otros momentos, como el de ahora, en que me pongo a pensar que es domingo y en que creo por un instante que mañana voy a tener que subirme a un subte atestado de gente para llegar a la oficina a horario. El instante peor es el que sigue, en que descubro que eso ya no existe.

Por suerte, la angustia se disipa con un buen baño, una copa de vino en la hamaca paraguaya y una luna redonda como cómplice de una nueva noche en la que sé que detrás de un puto fracaso se esconde la posibilidad de un éxito,detrás de una despedida, la chance de un nuevo encuentro, y de espaldas al cierre de una etapa se encuentra esperando, sentada en cuclillas, una nueva oportunidad.


Un pasado que se fue perdiendo entre las hojas de un calendario amarillento.
Un presente ansioso e inquieto, que revuelve las neuronas en busca de una buena idea.
Un futuro incierto, con un cigarrillo encendido y una excusa en la mano, de pie en alguna esquina, esperando cruzarme por casualidad para poder avisarme que ya me alcanzó.

sábado, 10 de enero de 2009

Desde la hamaca paraguaya




Cuando este post se publique, gracias a las nuevas funciones de blogger que permiten programar el posteo, yo estaré tirada en la hamaca paraguaya junto a mi amiga Lola disfrutando de ser una desocupada más de la República Argentina.


Son pocos días ya el martes estaré de regreso para terminar el papeleo de mi desvinculación (que palabra tan fea).


Así como la vida nos juega alguna que otra mala pasada, también tiende a equilibrar la balanza, y de vez en cuando nos compensa con algo bueno.

Ayer, cuando llegué de la oficina con el notición recién pintado sobre la frente, me encontré con varios mails en la casilla del blog.

Todos eran de lectores desconocidos, de esos anónimos que se ocultan detrás del monitor y que sólo son un número entre las visitas del día porque no se animan a comentar.

De pronto, me encontré leyendo palabras sueltas que me cambiaban el día, que le daban mucho más sentido a lo que me había pasado, y sobre todo, que servían para confirmarme el rumbo que quiero darle a mi vida.

A ellos, que se tomaron la molestia de escribirme, de alentarme, de agradecerme por haber dicho algo en algún momento que les sirvió para tomar alguna decisión o para juntar fuerzas o para salir de la cama en un domingo gris, que me agradecen por escribir, que es lo que más amo en este mundo, a ellos van mis gracias.


Y a ustedes, porque al leer sus comentarios me dieron ganas de abrazarlos a todos, de que tomemos un Nesquik como en la infancia, mientras les digo que ésto de virtual no tiene nada.

El mundo blogger superó todas mis expectativas y no para de sorprenderme.Me regala amigos todo el tiempo, palabras de aliento, consejos, confianza, generosidad.Es una máquina de hacerme sonreír, de decirme cosas lindas, de sentirme acompañada aún de madrugada o en un domingo.

Así que este post es sólo para decirles que sus historias, sus nombres de fantasía, sus maneras de decir y sus caritas imaginarias forman parte de mi vida, y que eso me hace feliz.


Gracias, totales.



(Sí, estoy sensible)

jueves, 8 de enero de 2009

Empezar otra vez





Llegué corriendo a la oficina porque era el día de la reunión anual, y mi reloj acusaba que estaba llegando tarde.
Me ubiqué en la única silla disponible, ante la mirada de todos los que ya estaban presentes, y de mi jefe, que se encontraba pronunciando el mismo discurso de siempre.
Me tragué una hora cuarenta de palabras al vacío, de proyectos para el 2009, de pavadas que se repiten con el pasar de los años.

A la salida, le dije a mi jefe que necesitaba hablar con él por un negocio que había conseguido, y que sin duda iba a coronarme de laureles. Nos sentamos en su oficina, a puertas cerradas, y cuando iba a comenzar a exponer mi último gran negocio, me interrumpió.

- Necesito decirte algo - dijo

Así que puse pausa en lo que venía diciendo, cerré mi carpeta y me dispuse a escucharlo.

Después de las dos primeras palabras no pude escuchar nada más.

Creo que dijo algo de la crisis, de ajustes, de reformas, de reingeniería en los recursos humanos y la reputísimamadrequelosremilparió.

El punto, dicho de cualquier manera, es que me echaron, me desvincularon, prescindieron de mis servicios y se cagaron en los tres años y medio en que fui a trabajar al sur con 5 grados bajo cero, en los sábados en que pedí permiso para adelantar trabajo en la oficina, en todos los premios que gané en buena ley, en las infinitas horas extras ad honorem que le regalé a la empresa.

De pronto, hizo un silencio y me preguntó qué pensaba.

Secándome las lágrimas le dije lo que pienso, que es lo mismo que sigo pensando ahora:

- Si esto es lo que se puso en el camino es lo que deberé tratar de capitalizar.Cada vez que la vida me puso a prueba pude ver que detrás de lo que parecía imposible había una nueva oportunidad, y que finalmente terminaba agradeciendo que aquello que parecía tan malo me hubiera ocurrido.


No dijo nada más, y yo me levanté de esa silla, cargando el negocio que iba a coronarme de laureles entre mis manos, y salí de la oficina.



A un día de empezar mis vacaciones, a ocho días de empezar el año, a nueve años de terminar de pagar mi crédito hipotecario , mi vida dio un giro inesperado.

Desde el momento del brindis de ese 31 de diciembre que sólo tengo intuiciones que se confirman a cada rato, ésta era una, pero también existe esa que me dice que el 2009 es EL AÑO.
Si debió empezar así es simplemente porque muchas veces nos dormimos en el colchón de la incomodidad que genera el conformismo y no nos animamos a patear el tablero y salir en busca de aquello que nos llene el alma, y no sólo las horas.

Hoy la vida decidió por mí. Tomó el volante y lo giró hacia la derecha para sacarme del camino.
Es la primera vez que paso por esta situación, pero he pasado otras: Pasé muertes de seres que hubiera querido tener para siempre a mi lado, pasé la espera de un padre que no se dignaba a volver y que tardó 22 años en juntar fuerzas para hacerlo, pasé momentos de gloria y momentos de fracaso, pérdidas, conquistas, amor y desamor...y siempre remé para llegar hasta la orilla. Ésta será una nueva oportunidad de demostrarme que puedo.


Podría haberme sentado hecha un lamento con forma de mujer, pero esta vez la fe que tengo no me lo permite.
Ya no quería hacer lo que hacía, pero me costaba entregarme al desafío de buscar lo que me gusta.

Ahora ya no hay riesgo.
Ahora es tiempo de decidir qué quiero para mi vida, para esta vida que es nada más que una.

Ahora es tiempo de nacer de nuevo.

...y empezar otra vez.






Uno entre mil


Hoy venía en el subte pensando, o mejor dicho, repensando algo que me parece bastante curioso.

Digamos que la población del mundo ronda cifras incalculables.Sería tan difícil de imaginar a toda esa gente como de hacernos a la idea de cuánto es realmente cien billones de dólares.

Pero se supone que entre toda esa masa humana se encuentran aquellos que tienen, tuvieron o tendrán alguna relación con nosotros.

Ese simple razonamiento, me lleva a pensar en la bendita góndola del supermercado, con cientos de productos para comprar, pero de los que sólo elegimos algunos, por calidad, por precio, por moda, por gusto, por recomendación.

Pienso en la biblioteca y los millones de libros que no podríamos leer ni aunque tuviéramos una vida extra para dedicarla exclusivamente a la lectura.

Se me ocurre imaginar la cantidad de ciudades en el mundo que jamás podremos visitar.


De toda la población, sólo elegimos a algunos para que formen parte de nuestro historial, para que nos acompañen en una parte del camino.
Por supuesto, que esto es notorio cuando se trata de elegir a alguien del sexo opuesto con quien intentar compartir un encuentro.
Entre tanta posibilidad latente, uno selecciona, tamiza, filtra y elige: uno entre mil.

Sería imposible abarcar en una mano todas las gotas de lluvia, contar una por una las estrellas, enumerar cada peca, parase en cada baldosa, estar despierto cada segundo, arrancar todos los pétalos de todas las flores.

Así de imposible parece la tarea de elegir, y a su vez resignarse a lo que implica esa elección. Resignarse, porque al momento de decir : "Esto sí, esto no", se corre una suerte de recorte del resto de las posibilidades.Uno confía en el instinto básico, del corazón, que señala que es "ese y no el otro", aunque el tiempo después venga a contarnos, mientras levanta el dedito acusador, que al final no era éste, sino aquél, al que le negamos el teléfono, al que colgamos en la primera cita, al que no quisimos que nos presentaran, al que no volvimos a atender.

Un mundo de posibilidades, tentadoras algunas, de las que uno debe tomar una porción, como en la mesa de dulces o como en el tenedor libre porque si probáramos absolutamente todo, además de ser imposible, terminaríamos perdiendo el gusto, la capacidad de distinguir y saborear.

Ese ser único que pasa el filtro de nuestra percepción, y que nos hace seleccionarlo entre tantos otros, termina logrando que toda esa humanidad se convierta simplemente en el marco, en el contexto, en un montón de gente sin rostro donde sobresale sólo aquél que nosotros elegimos.


El encuentro entre dos personas pasaría a ser algo así como un gran elogio.
Esa suerte de ser UNO, entre mil...



miércoles, 7 de enero de 2009

Media de cal, varias de arena




Últimamente vengo acertando todas mis intuiciones, así que estoy pensando seriamente en dedicarme a escribir horóscopos personalizados =)

El domingo pasado, mientras tomaba mi habitual cafecito al sol y leía revistas, me vino a la mente "el enano" y tuve la certeza de que sería padre.
Ni bien llegué a mi casa, me logueé en Facebook y ahí estaba la confirmación, en ese muro que deberían haberle puesto "de los lamentos" se leían cosas como: Felicidades "papito", " ojalá te salga bostero", etc, etc.

Por supuesto, que además de sentir un poquito de escalofríos por mi vaticinio, sentí una tremenda bronca.Son esos momentos en que uno maldice por no haber tenido la suerte de que la historia se diera al revés y que al instante siguiente se transforma en "el que ríe último, ríe mejor". Pero no hay caso, que la única persona con la que uno proyectó una familia, esté en pleno proceso de armado con otra, bien vale una angustia de domingo...


Ayer, mientras chequeaba hotmail, descubro que había un mail de Richard, donde me preguntaba si no le había contestado el mail anterior porque no lo había leído o porque no quería saber nada de él.
Hubiera sido bueno poder decirle que no me interesaba saber nada sobre su persona, pero lo cierto es que no lo había leído. Así que busqué en la bandeja de entrada y descubrí un breve mail del 1ro de enero dónde me deseaba un feliz 2009.Siempre tan expresivo.
Como no soy ni un poquito mala, ni aunque me esfuerce, le contesté deseándole lo mismo para él.
Tal vez, con suerte, hasta la próxima navidad no vuelva a escribirme.


Norman continúa al acecho.Ahora lo hace a través de mails que me manda desde la oficina, seguramente en esos ratos en que en lugar de pegarse la cabeza contra la máquina de café agobiado por el aburrimiento, decide entretenerse molestándome a mí.
Lo bueno es que a los golpes vengo aprendiendo que por más que lo intenten no van a venderme un buzón así de fácil.Llegado el caso, primero chequearía que estuviera pintado de rojo a la perfección, que la ranura donde se depositan las cartas estuviera centrada, y que adentro no viviera el mago Cacarulo.Recién ahí, tal vez lo compraría.


Por último, aprovechando los encantos de Facebook, decidí buscar a mi amigo Germán.
Germancito es de esos amigos que hace desde los 19 años que no veo, y de quién estuve totalmente enamorada en la época de "La City", a la que íbamos todos los domingos sin importar que a la mañana siguiente anduviéramos dormidas en la hora de catequesis.

Con Germán nos habíamos hecho amigos de tanto compartir la pista en la zona cercana al parlante.Después de un año en que la amistad se prolongara también a la semana y que incluyera visitas a nuestras respectivas casas, y pasadas a buscar por la compañía de seguros en la que él trabajaba , un 20 de julio, día del amigo, caí en "La City" con un chocolate y una tarjeta llena de ositos que decía al frente:

" Sos mi amigo y te quiero, pero necesito pedirte un favor..."

Y al abrirla:

" Que dejes de ser mi amigo y seamos algo más."


Si bien era la primera vez que yo tomaba la iniciativa con alguien que me interesaba, ya se perfilaba mi manera de ser siempre directa y sin vueltas...

Me acuerdo que yo temblaba mientras él la leía, y que cuando la cerró, me miró y me dijo:

"Probemos"

Y me dio un beso largo, de pie junto a la barra.


El amor duró unos meses, y después de un tiempo que sucedió a la ruptura en el que no nos hablamos, nos volvimos a encontrar enarbolando la bandera de la paz para convertirnos nuevamente en los grandes amigos que habíamos sido.

El tiempo, mutilador de relaciones, se ocupó de alejarnos por varios años, hasta que ayer lo encontré por el Facebook.

Compartimos varios mensajes donde no paramos de recordar el pasado y de festejar este nuevo encuentro.

Por supuesto que no todo fue alegría: Germán está conviviendo con alguien.

¿ O acaso pensaban que la historia iba a terminar como en los cuentos?

martes, 6 de enero de 2009

Soledad ¿Divino Tesoro? Parte 2




Una de las claves para convivir con la soledad, es dejar de temerle.

Permitirnos el espacio para estar con nosotros mismos, de vivir solitariamente un tiempo, donde lleguemos a comprender que el otro no es responsable de nuestra felicidad, ni de nuestras carencias, para que el día que podamos encontrarnos con ese alguien dispuesto a caminar a la par, entendamos que existe una parte de su ser que es inaccesible, que es su lugar de "soledad" que sólo a él le pertenece.

Pero ese tiempo para interactuar con nosotros no debe extremar las medidas de reclusión, ya que el exceso nos conduce a una huida eterna y de esa forma estaremos alimentando esa soledad que era utilizada con un buen propósito para convertirla en el aislamiento que conduce a la nostalgia continua.

Para bien o para mal, la soledad nos modifica.
Algunos podemos inclinar la balanza hacia el propio conocimiento, otros, hacia la desazón y la amargura.

La soledad como elección, no significa un alejamiento completo de los otros, basado en un concepto narcisista, sino que se resume en la idea de rechazo a la promiscuidad de vínculos sin sentido y al no dejarse vampirizar por relaciones endebles que alteren esa paz alcanzada en el período de soledad.

La auténtica capacidad de estar solos, cuando es genuina, no hace más que acercarnos a un otro de una manera mucho más comprometida.
Digamos que quien se ve fastidiado por su soledad, tratará de encontrar cualquier vínculo, contaminado o no, sin importar diferenciarlo, con tal de lograr una compañía que lo rescate de la isla.
En cambio, alguien que ha podido aprovechar ese tiempo solitario para llegar al fondo de su propio descubrimiento, estará más capacitado para lograr la comunión en el vínculo con el otro, y no desperdiciará sus energías en el flechazo pasajero.

Después de un sano período de soledad, lo que nos moviliza a abandonar la isla es el real placer de estar juntos en una relación desinteresada, dónde lo único que se busca es aumentar la felicidad, en lugar de negarla.



Por último, sabiendo que a este mundo llegamos tan solos como nos vamos, nada mejor que exprimir el tiempo de soltería para conocernos al máximo, y después dedicarnos al maravilloso encanto de compartir con alguien mucho más que un atardecer.



Los dejo con una frase del gran Julio Cortázar:

"Siempre fuiste mi espejo.Quiero decir que para verme tenía que mirarte."




Fuente: Las nuevas soledades - Marie- France Hirigoyen (editorial Paidós)

lunes, 5 de enero de 2009

Soledad ¿Divino tesoro? - Primera parte



Ayer me encontré de casualidad con una nota muy extensa en una revista, que hablaba de la Nueva Soledad.
Por supuesto, que ante ese título, no me quedó otra que leerla de punta a punta, y en base a lo que retuvo mi memoria, armar este post en dos partes.


La soledad no es originaria de nuestros tiempos, claro que no, pero nuestra generación es la clara representación de su auge. Somos la generación de los que se fueron a "vivir solos", de los que hicimos elevar el índice de divorcios, de los que por uno u otro motivo estamos más solteros que en pareja.

La sociedad ha contribuido de manera notable a crear una paradoja en lo que a la soledad se refiere.Por un lado, predica la autonomía y la independencia en todos sus aspectos, pregonando como un valor supremo el individualismo y el consumo, y por otro nos obliga a alcanzar la felicidad, que difícilmente sea plena en la más absoluta soledad.

Ante esa ambigüedad, surgen períodos centrados meramente en los encuentros sexuales, pasajeros, banales, intentos fugaces de encontrar una compañía que dure algo más que una noche, relaciones a distancia, amores interrumpidos, con idas y vueltas para regresar,nuevamente, a la más absoluta soledad.


No es casual que las páginas de encuentros de Internet tengan tantas visitas en estos tiempos. Ahí, en ese gran bar virtual, nos sentimos uno más en medio de esa multitud de soledades sin rostro, pero tampoco nos conforma descubrir que no podemos diferenciarnos, que podemos pasar a ser un "úsese y tírese" una vez logrado el fin que no es otro más que constatar que hay un alma sola en algún lado del mundo que viene a confirmarnos que no somos los únicos que cenamos frente a una silla vacía.


Si bien existen diferentes maneras de estar solo, incluyendo la más penosa de todas que es estar solo aún estando acompañado, es bastante normal que aquél que goza de una relación estable catalogue a los solitarios como incapaces de adaptarse a un otro, de corazón insensible, egoístas, desafortunados y hasta patológicos.


Claro está que estarían deteniéndose a pensar sólo en el lado negativo de la soledad, pero que existe un lado positivo, que es aquél que permite el encuentro con uno mismo, el crear , el desarrollar una rica vida espiritual, el de manejar los propios tiempos, el de lograr la paz interior.


No es lo mismo la soledad que el aislamiento.

El aislamiento parte de una necesidad de apartarse, de un vacío interior que surge de la frustración que genera el no estar acompañado, que se interpreta como rechazo, y que generalmente es la consecuencia de experiencias pasadas.

Para salir de ese aislamiento, algunos buscan escapar a toda costa de esa soledad con ellos mismos, y terminan persiguiendo una ilusión, ya que difícilmente un otro pueda hacer algo más que acompañar esa soledad que se aferra en el interior de cada uno.

En esa búsqueda se termina encontrando sexo casual que diluye la magia en el preciso momento en que el otro comienza a vestirse.Ahí es cuando se toma consciencia de que la silla sigue tan vacía como estaba antes.


Se termina persiguiendo la idea de un vínculo, no importa cómo, pero que a su vez no genere demasiado apego, ya que ésto podría volver a generar un nuevo fracaso que nos recluiría nuevamente en el aislamiento y que volvería a engrosar nuestra armadura, por lo cual, esos vínculos deben estar rotulados en el frente como "pasajeros", donde al primer síntoma de interés uno pueda, fácilmente,desengancharse...

(continuará)


sábado, 3 de enero de 2009

Hombres y mujeres.El difícil arte de entenderse.











Este último tiempo me sirvió para ponerme a pensar en esas tremendas diferencias que existen entre ambos sexos, y que en algún punto son las causas de la incomunicación, o de la falta de entendimiento de un sexo hacia otro.






Ayer, hablando con Norman (sí, con el mamarracho enterrado pero que parece haber resucitado y gozar de buena salud), llegamos a la conclusión de que lo "nuestro" ---> lo que nunca sucedió entre nosotros, fue culpa de nuestra incomunicación.






Cuando yo decía " una tarotista me dijo que íbamos a estar juntos", en lugar de tomarlo como una anécdota divertida de una mina impulsiva y boquiabierta como yo que no sabe compartir a medias, lo tomó como que la tarotista me había dicho que él sería el padre de mis hijos, que debía abandonar su castillo de cristal y trasladar todas sus cosas a mi humilde morada para compartir la eternidad conmigo.






Cuando yo decía " qué lindo es enamorarse", él pensaba que me refería a él, a que me desangraba de amor, a que si teníamos una historia significaba reservar un salón y un turno en el registro civil.






Cuando yo decía " me encanta estar con vos", él pensaba que si algún día él dejara de estar en mi vida yo correría la misma suerte que Alfonsina Storni, o en su defecto, me cortaría las venas con un palito de helado.








Por supuesto, que en lugar de confirmar que sus teorías no eran ciertas, o indagar sobre la verdad de sus conjeturas, prefirió aislarse, llamarse al silencio por unos cuantos meses, para regresar ahora y confesar que moría de ganas de intentar algo conmigo pero que por miedo a que el día de mañana él no pudiera sostener una relación y que en ese caso yo quedara con el corazón partido, prefirió guardarse las ganas y quedarse con la duda, con ese "no pudo ser".










No es el primero que me dice que por miedo a lastimarme prefiere dejar todo como está, como si esa pausa doliera menos que un intento fallido, como si el quedarse a mitad de camino fuera más tolerable que el tener que regresar con la cabeza gacha y el ánimo un poco arrugado pero con el recuerdo de lo poco o mucho que fue y la tranquilidad de al menos haberlo intentado.










Creo que nosotras, espiraladas en pensamientos y reflexiones, soltamos al aire más de una vez eso que murmura nuestro corazón, sin poner un filtro, sin que medie lo racional.Somos impulso y emoción, y ellos, que son lineales y prácticos, se quedan con lo que escuchan sin poder descifrar el jeroglífico que encierra nuestra frase.










Ante el miedo de lo desconocido, ante el pánico que les genera no saber como afrontar la culpa que les cause partir en pedazos el corazón de una mujer "enamorada", prefieren dar media vuelta, pasito al costado, decirle lo que piensan a la almohada, pero jamás a nosotras.










Nosotras, sólo recibiremos una respuesta del tipo " no sé que me pasa", "no estoy preparado para esto", " vos no te mereces algo así", "necesito espacio" y miles de frases hechas que conocemos de memoria y que salen de la boca de aquél que aparentaba tener las mismas ganas que nosotras.





Así andamos entonces, nosotras de una vereda, ellos de la otra, buscando un traductor que arregle el asunto, alguien que subtitule al español lo que nosotras decimos y lo que ellos quieren decir y no les sale, para ver si de una puta vez encontramos la forma de acercarnos, entendernos y arriesgarnos por un amor, pequeño o gigante, que siempre, siempre, valdrá la pena.



viernes, 2 de enero de 2009

Mea Culpa


Estuve dándole vueltas al asunto.Lo puse del derecho y del revés, lo torcí, me paré sobre una silla para mirarlo desde arriba, pedí prestados unos lentes con aumento para verlo mejor, lo palpé, lo sacudí , hasta que creí entender.

Algo está claro.
Y sólo por ésto voy a pedir perdón:

Yo vivo febrero en enero, hablo desde el corazón y no desde la razón, apuro el paso cuando el otro recién empieza a andar.
Creo que el otro ya vino y no que está apenas llegando, fotografío encuentros que aún no se dieron y me descalzo cuando aún no debería bajarme de los tacos.

Perdida en ese estreno de emociones, me distraigo y no percibo si a la charla le faltó una sonrisa, si hubo un abrazo menos que lo habitual, si un beso rodó al vacío en lugar de instalarse en mi boca.Me desdibujo perdida en la ilusión de ese rato de felicidad que quién sabe, por arte del destino y un toque de suerte, dure mucho más que un instante.
Me llevo puesta los espacios, las comas, los punto y seguido.Me zambullo en los abrazos, en el olor de la piel, en esa porción de ternura y me pierdo.

Pero no puedo pedir perdón por mi intensidad.
No quiero.
Si el que está a mi lado se aleja porque respiro entusiasmo que siga su rumbo a una tierra de vientos contaminados y descomprometidos.

La emoción está ahí, para vivir cada historia como si fuera la última.Dure un segundo, una primavera,o la vida entera, porque para mí no hay otra forma de vivirla que no sea esa, y porque de otra forma no merecería ser recordada.


Rezo tres Ave María.
Plancho mi autoestima.
Destejo conjeturas sin sentido.
Remiendo la que era en diciembre y salgo otra vez al ruedo, con un nombre más grabado en la palma de la mano y con un olvido más hecho papel picado.

jueves, 1 de enero de 2009

Pasajeros en tránsito


Primer post del año, y como tal, vuelve a las fuentes,a mis andanzas, a mi vida tal cual es, sin camuflar palabras, sin disfrazar sensaciones.


El 2008 se acaba de ir, y ando estrenando estas horas nuevas con la cabeza como una procesadora que intenta sacar conclusiones sobre el difícil oficio de vivir, sobre la ardua tarea de alcanzar momentos felices.

Este momento es uno.Un momento de felicidad conmigo.Podría tener más motivos para sonreír pero sin embargo estoy segura que el espíritu de este 2009 me está preparando un container de alegría para los próximos días.Esa esperanza me alcanza.

El viejo año me dejó una sensación extraña, justo sobre el final.Digamos que fue algo ambiguo en su despedida.

Para que se entienda, tengo que contar algo que aún no había dicho.A "Alguien" no se lo había tragado la tierra sino que yo lo hice desaparecer después de una charla en la que le dije que estábamos en diferente sintonía, que conmigo la histeriqueada no iba, que hasta ahí llegaba.
Había puesto fin a la espera, cansada, fastidiada.

El efecto de fin de año hizo que "Alguien" apareciera hoy y en medio de los deseos lógicos de felicidad y buen 2009 dijera algo como : Escribirnos y conocerte fue una de las mejores cosas de este 2008 que se va.
Parece que a veces la distancia, el foco que se desvía hacia otro lado, puede servir para que uno aprecie aquello que cuando lo tenía delante de sus ojos le nublaba la vista.
Sé que no es para mí, pero es una persona más que valiosa, así que permanecerá en el lugar de los amigos, o de esos afectos importantes que no se pueden rotular.

La otra cara del final de año, fue la cara de lo incierto.
M se convirtió en silencio y lo poco que dijo me hizo pensar una vez más en lo difícil que es el encuentro.

Es extraño, sí.Yo no lo busqué y él salió de este mundo virtual.De este pequeño pedazo de mí que le permitió conocerme en lo más profundo.Digamos que tenía un panorama bastante concreto de quién yo era y además aseguraba compartir casi todas mis reflexiones y muchas de mis ideas.
Lo cierto es que por algún motivo que aún no descubro, ese sábado de diversión interminable y esa navidad en casa parecen haber sucedido mucho tiempo atrás y hoy entran al mundo de lo inexplicable.
Creo lo que siempre creí, que somos bichos raros, que buscamos pero no sabemos bien qué ni como lo queremos.Que si viene envuelto en papel verde lo queremos colorado, si es redondo lo queremos cuadrado, y si se parece a lo que queremos no tenemos mejor idea que salir disparados en sentido opuesto. Claro, si huir es tan fácil.

M es una persona divertidísima, que encierra un buen corazón como el de todo aquél que tiene una veta artística.Es sensible, porque si no jamás podría haber leído el blog de una mujer que dice desde lo más hondo, pero... no tuvo la posibilidad de hablar, de decir.Justo a mí, que lo que más valoro en esta vida son las cosas simples y directas, sin rodeos, sin caretas. Nada mejor que saber, nada mejor que ser justo y equitativo con un otro que no puede hacer magia por entender lo que habita en otra cabeza.

Es triste pensar que somos descartables.Cuánto más sano sería decir en lugar de callar.Decir : sos valiosa, pero no puedo, seamos amigos, veamos, estemos, no nos perdamos de vista.
Yo no quisiera perderlo de vista.No es mi estilo.No puedo pensar en la gente que elijo como meros adornos, como piezas sin sentido.Me resisto a creer que si no hay amor no hay nada.Si hay puntos de encuentro, motivos para reír, cosas para decir, hay mucho, y no puede quemarse de un momento a otro y convertirse en cenizas que vuelan al País de Nunca Jamás.

Si no, vale recordar mi teoría de la mesita de luz que hoy sufre modificaciones y se transforma en el título del post: Pasajeros en tránsito.

Un gran aeropuerto que nos conduce hacia miles de destinos.Cientos de pasajeros con un boleto en la mano.Muchas relaciones que dejan marca, otras que mueren sin nacer, otra que pudieron haber sido si no existieran los miedos, si dejáramos de jugar al "qué bien estoy solo".
Pasajeros que llegan a mi aeropuerto y permanecen el tiempo que dura la conexión hacia su próximo vuelo.Algunos se quedan apenas un rato, una primavera, otros un almanaque completo o un par de cumpleaños.Todos, en algún momento escucharon por el altoparlante el anuncio de que su vuelo estaba por salir, y abordaron un avión con destino a otra ciudad.

Pasajeros en tránsito, que entran y salen del aeropuerto de mi vida, con el pasaporte visado y el sello del intento.

Alguna vez habrá un Tom Hanks que quiera dejar sus valijas en La Terminal, y romper el pasaje.Que ya no quiera volar, sino quedarse.
Esa es mi esperanza para este 2009 , o para el otro año, o para alguna vez.
Eso es lo que me dibuja una sonrisa en estas primeras horas de este año nuevo que aún gatea.




"Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas"
Nada tan oportuno como este tema.
Nadie mejor que Sabina para decirlo y cantarlo.




Otra tarde como las demás sin amores rotos de casualidad
otro jueves de esos que no se dejan besar.
No eran las esquirlas del rencor,eran telarañas en el corazón
una flor con lagañas
un desamor sin amor.
Hoy que no me encuentro la nariz.
Hoy que no me sale ni dormir
no le pongas miel a la verdad,que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lastima por los rincones de esta tarde en coma 2.
Otro jueves como los demás, demasiado martes,demasiado igual.
Ni te declaro la guerra ni tu me firmas la paz.

Y el planeta baila su gangrena,y otra vez volvieron a embarrar la fiesta los idiotas en celo y las sopranos con tos.
Y hoy me quedo mudo para oír lo que nunca te supe decir.
No perfumes tanto la verdad que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe abrocharse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lastima por los rincones.
De esta tarde en FA menor.

Y hoy que no me encuentro la nariz,
hoy que no me sale ni dormir,
no le pongas miel a la verdad
que si ando muerto es de tanto resucitar.


Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que regala lastima por los rincones de esta resaca sin vos.