Recent Posts

miércoles, 27 de mayo de 2009

Lo que ellas quieren ( y lo que ellos pueden dar )



Mi día empezó mal.

Salir de urgencia para la clínica con mi mamá no es algo a lo que esté acostumbrada.

El diagnóstico de ella al momento: parálisis facial, que continúa mañana con más estudios y más visitas a especialistas y que mientras tanto permanece en reposo.

Mi diagnóstico: Preocupación extrema, y una sensación de soledad aguda, pero de esa soledad que no tiene que ver con la pareja, ni con los amigos. Soledad "de árbol genealógico", de ausencia de familia.



Así andaba yo, con ese agujerito en el pecho, tratando de llenarlo con café con leche y el final de un libro de Capote, mientras se me corría el rimmel de tanto llorar y trataba de no manchar las páginas del libro.

Necesitaba mimos en cantidades industriales y un abrazo tamaño extra large. La música de Yann Tiersen. Una manta patchwork con cuadrados multicolores.
Un jacarandá donde poder recostarme a no pensar en nada...


Pero en lugar de eso me conecté.
Y ahí estaba mi Americanito, conteniéndome, haciéndome sentir menos sola, aún a la distancia.

Pero la paz y la contención duraron apenas unas horas. En un abrir y cerrar de ojos, el príncipe que me pintaba un arcoiris en cada mejilla, se convertía en un sapo cazador de moscas.

En su facebook acababa de aparecer una nueva foto en la que abrazaba (cual pulpo que no comió en una semana) a una amiga que no tenía el aspecto de ser una chica "de su casa", enfundada en un vestido negro que dejaba media humanidad artificial al descubierto.Para ser más gráfica, algo así como una postulante a Chica Playboy que sólo llegó a eso, a postulante.


Por supuesto que me molestó, y se lo hice saber.



Y acá aparecieron las tres reglas de oro de los hombres:

Regla Nro. 1: Hacerse los desentendidos.

Ante mi reclamo, lo primero que apareció de su parte fue el típico: ¿Pero qué hice ahora? ¿Me hablás en serio?
Claro, como si una fuera a perder tiempo, después de un día del real carajo, en molestarse por cualquier pavada.
Obvio que hablo en serio, y claro que me molesta que en lugar de poner a Kitty con un globo que diga I miss you , o una foto de Obama sonriendo en las elecciones, elijas subir la foto de esa amiga anónima justo hoy.
Sí, me jode, merecontrarompelaspelotas que no entiendas que te acabo de decir que me siento como el mismísimo culo, sola como un honguito huérfano.
Que te de lo mismo que te haya dicho recién que mi mamá parece un monstruo, que está irreconocible, que me asusta verla así, que me siento culpable porque soy una pelotuda culpógena que carga todo en una sola mochila sobre el mismo hombro.
Y me decís que no entendés...



Regla Nro. 2: Tratarnos de locas.

Y sí, la fácil. La loca es una, la que no entiende que ellos sólo querían subir una foto decorativa para recordar a esa entrañable amiguita que ahora vive alimentando a chicos en Somalía.
La intolerante es una que no entiende por qué no guardan esas fotos en el fondo del placard como nosotras guardamos todas las nuestras, junto a las cartitas, las entradas al cine y el peine de los telos a los que fuimos con nuestros novios.
La temperamental es una que dice lo que le pasa cuando siente que le están tirando sal en el cortecito que se acaba de hacer en el dedo meñique, que expresa las cosas tal cual son: Che, me jode.Che, esto no era ne-ce-sa-rio.
Locas, sí, locas, pero un poquitito más ubicadas.



Regla Nro. 3: Hacerse los ofendidos.

Primero no nos entienden, después nos dicen que estamos locas, y por último se enojan.
Así de simple.
¿Pará que ponerse a analizar si lo que una pedía era que al menos hoy esa foto permaneciera oculta debajo debajo de esa alfombra donde se junta toda esa mugrecita que no queremos ver?

¿Pará qué ponerse a pensar que si esa foto había estado meses en el arcón de los recuerdos cibernéticos, bien podía pasarse otra temporada a la sombra?

¿Qué sentido tiene analizar si detrás de todo no hay un justo reclamo?

¿Qué tal la palabra perdón? (Real Academia, por favor devuélvanla al diccionario)

¿Y la frase me equivoqué?

Por supuesto que todos sabemos a esta altura que hay diferencias abismales entre hombres y mujeres a la hora de interpretar algunas cuestiones, pero me pregunto si necesariamente tiene que haberlas cuando hay una parte que dice " Hoy estoy mal y necesito mimos".

Creo que inevitablemente, al sumar mi "estar mal", con "el amor que la otra persona dice sentir por mí", el resultado debería ser" sentirme mejor".

Si ese no es el resultado, hay algo que falla en la ecuación.


(Y por supuesto, la suma no incluye fotos de amigas con escotes extremos.)





Post dedicado a mi amiga Capaman =)



domingo, 24 de mayo de 2009

Eternos fantasmas


No tengo el hábito de levantar los mensajes del contestador de mi casa.

Para mí, el que necesita ubicarme con urgencia me llama al celular, así que lo más probable es que se acumulen durante cuatro o cinco días hasta que recuerdo chequearlos.

Ayer, presa del aburrimiento que me causa la gripe, decidí perder el tiempo en eso, y maldije mi idea apenas escuché el primer mensaje en mi contestador.

Era de la actual mujer de mi papá, diciéndome que tenía ganas de verme para contarme las novedades de la familia (?)

Después de nueve meses de embarazo, los bebes suelen nacer, así que lo más probable es que mi hermano finalmente se hubiera convertido en padre, lo que me convierte por segunda vez en una Tía Fantasma, de otro sobrino al que probablemente no conoceré.

Inevitablemente (lo que significa que fue contra mi total voluntad), lloré.

Lloré por ese sobrino, por mis hermanos, y otra vez por ese padre que tengo y no.

La última vez que hablé con él fue cuando me quedé sin trabajo.
No fue capaz de volver a llamar en todo este tiempo.

Después de veintidós años de ausencia, cuando vino buscando mi perdón pensando que un diagnóstico poco alentador se lo llevaría para el otro lado, mucha gente me advirtió que podría volver a desaparecer.
Casi instintivamente, me jugué por aprovechar mi oportunidad de estar otra vez con él, de conocer a esos cuasi hermanos que tenían mis mismos ojos, y me di el gusto de sentarme en una larga mesa navideña como siempre lo había soñado.

Pero al tiempo se volvió ir, para regresar casi seis años después, gracias a su actual mujer que se ocupó de buscarme.

Y otra vez el perdón, no instintivo, sino meditado:"Es tu papá, habrá aprendido".
Pero no.
No aprendió.
Hay gente que jamás aprende.
Hay gente para la que la palabra HIJO no figura delante de la palabra olvido.

Y hay gente , como yo, que suele dar segundas, terceras, e infinitas oportunidades.

Pero hay algo elemental en todo esto, y a lo que le doy vuelta y vuelta en una eterna calesita. Por más oportunidades que yo le de, y por más desapariciones y regresos de su parte, lo que yo quiero no lo voy a tener nunca.

Yo quisiera poder rebobinar el tiempo, que alguien me devolviera esos años que lo llevaron a convertirse a mi papá en un señor canoso , y a mi en una mujer de treinta y cinco.
Que él me dijera qué acontecimiento tan importante le sucedió en su vida como para no acordarse de su "princesita".
Que alguien me dijera como estos años pasaron tan rápido.
Que me explicaran como se hace para perdonar en serio, sin que la herida quede siempre un poco abierta, sangrando por el costado y goteando sobre el piso recién encerado.
Que me dieran un antídoto para estos llamados que siempre, pero siempre me cambian el humor, me dejan el alma un poco gris y los ojos empañados.
Que me regalaran la receta para dejar el pasado donde debería estar y volverme impermeable a sus promesas, sus gestos de padre arrepentido y la garantía de que se puede compensar lo incompensable.

Por eso, necesito entender que nada podrá enderezar el árbol que nació torcido, y que lo cierto es que estaría mucho mejor asumiendo mi realidad, que idealizando aquella vida de familia que no me tocó en el reparto inicial.

Después de todo, lo que tenía que decirle ya se lo dije, así que por mi parte, no hay nada pendiente.

Por la de él, la deuda es infinita.













jueves, 21 de mayo de 2009

Simplemente no te quiere


Definitivamente se produjo un cambio en mí en el último tiempo.

No sé cuándo fue exactamente, pero ahí está, avisándome que no me parezco casi en nada a la anterior.
Cuando digo “la anterior” me refiero a la que empezó a escribir este blog envuelta en una seguidilla de relaciones frustradas, con los lagrimales oxidados de tanto llorar y sin pegar una en materia de amor.
La que eligió el título del blog más bien viéndolo como una maldición de la que no podía escapar, y que hoy volvería a elegirlo pero como una manifestación de un estado en el que me encuentro extrañamente a gusto. Para poder estar bien, no basta sólo con quejarse.Uno también debe procurarse estar mejor, y parece que eso fue lo que hice en este tiempo.


¿Y a qué viene esto? A que los otros días vi la película "Simplemente no te quiere", que si bien no es para el Oscar, es para la libretita que uno guarda al lado de la cama, o mejor, en la cartera, disponible las 24 horas del día.

Para los que no la vieron, es una suerte de conexión entre distintas historias que van abordando diferentes aspectos de las relaciones hombre/mujer. Los noviazgos largos que no llegan al matrimonio, la soltera de más de 30 que busca desesperadamente un novio, los casados, los amantes, el soltero empedernido que se las sabe todas porque nunca se enamoró,etc.


El trasfondo de la película, no es otro que meter el dedo en la llaga, en eso que todos sabemos, y que todos aconsejamos a esa amiga que llora por un tipo que le partió el corazón, pero que cuando nos toca, pocos podemos ver.

Podemos darle vuelta al asunto mil veces, pero siempre llegamos al mismo resultado.
El amor no es matemático, es cierto, y si bien no se puede generalizar, hay ciertas reglas que no deberían cuestionarse.

En la primera escena de la película, un nene y una nena están jugando en una plaza. El nene, sin motivo aparente, insulta y empuja a la nena. Ella, con lágrimas en los ojos, se acerca a su mamá buscando consuelo, pero lo que encuentra es una justificación para ese nene: “Él te hace eso porque vos le gustás, esa es su forma de demostrártelo”. Y ahí queda sentada la idea con la que fuimos creciendo. Una confusión de base, que le imprimió ese dramatismo que solemos buscar las mujeres en las relaciones.

¿Por qué si estamos bien solas debemos llamar a ese ex que sabemos que al verlo dejará pedazos de nuestro corazón diseminados por el piso, que tardaremos meses en volver a juntar?
¿Por qué por un minuto de cielo nos autocondenamos a vivir un año en el infierno?
¿Por qué queremos hacer encajar lo que no encaja, pegar lo que ya está roto, zurcir lo que ya fue remendado?

Por ese toque de dramatismo, que parece ser esencial.
Esa bendita necesidad de que el otro cambie, de que el otro diga lo que no dijo hasta el momento, ni en diez años, ni en ocho meses, y que tal vez no diga nunca.
Me pregunto si el amor, el verdadero, el que perdura, el que crea, comparte, respeta, tolera y confía, no debería fluir de una manera mucho menos perjudicial para la salud.

Si uno tiene hambre come.
Si uno quiere fumar y no tiene cigarrillos, sale al kiosco a comprar aunque llueva.
Si uno quiere llamar, llama.
No es tan difícil, o al menos, no debería serlo.

El que quiere llamar…llama.
El que quiere decir…dice.
El que quiere volver a vernos…dice “quiero volver a verte”.
El que tiene interés…lo demuestra.

Basta de usar justificativos como:

. No tuvo tiempo
. Está tapado de trabajo
. Recién pasó una semana
. Tal vez no tiene crédito

Si pudo comer, ir al baño y fumarse un pucho, pudo mandar un mensaje o un mail o agarrar el teléfono.



Dejémonos de conformarnos con medias tintas, medias frases, medias palabras, medias relaciones…que de todas las mitades emparchadas, nunca podrá salir un entero que valga la pena.

Mi nueva frase de cabecera es: “Si no estás dispuesto a morir de amor, ni te molestes. No me conformo con menos”

Para menos, ya tuve durante bastante tiempo.
Para más, me tengo a mí.
Si es para mejor, entonces que venga…

Por supuesto, que uno puede flaquear.
Por eso lo escribo, para tenerlo siempre a mano, en caso de emergencia.




miércoles, 20 de mayo de 2009

Los ganadores

Antes de dar los nombres de los ganadores quiero agradecer:

1- A todos los que participaron por el sólo hecho de escribir.
2- A todos los que votaron, que fueron muchísimos más de los que hubiera imaginado, con casi doscientos votos en total.
3- A los que mandaron mails agradeciendo la propuesta, pidiendo que haya más concursos y elogiando la calidad de los cuentos participantes.


Gracias a todos, de verdad, por sumarse a la propuesta.

Y quiero aclarar:
1- Que la votación estuvo peleada hasta el final.
2-Que todos los cuentos recibieron bastantes votos aunque no fueran los suficientes para estar en el podio.
3- Que los ganadores pueden llevarse la imagen del concurso y subirla a su blog (porque el premio no creo que les guste demasiado)


Ahora sí, ruido de platillos, el ingreso del escribano al recinto, y....los ganadores son:

Primer Premio para Besos en la plaza con 20 votos

En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca en esta página al dar las tres de la tarde muere.
Allí vivía Walter MacLean, un fanático de la lectura. Podía pasar horas sin dormir, sin comer, por encontrarse ensimismado en su pasión . Es así que también por momentos olvidaba cuestiones esenciales como, por ejemplo, el dinero.Esa tarde, Walter iba a estrenar un nuevo libro, que había solicitado por Correo. Estaba ansioso por disfrutarlo. Miró el moderno reloj de péndulo del living, y suspiró: Eran las tres en punto. Maldijo haber nacido en ese condenado pueblo con sus estúpidas y sobrenaturales reglas... Sus ansias iban a tener que esperar un poco más.
Decidió entonces, hacer tiempo jugando algunos solitarios.Luego de unas cuantas partidas, se sirvió un vaso de su mejor scotch. Se acomodó en su sillón favorito, bebió un pequeño sorbo, tomó el libro entre sus manos, y comenzó a devorarlo con los ojos.Unas pocas páginas después, se encontró con la hoja en blanco, que lo miraba, desafiante. Sonriente, sabiéndose a salvo, miró el reloj para reírse de él y de su maldito pueblo.
El reloj marcaba las tres.En ese momento la mucama entró al living.Observó al viejo Walter con desdén, y dijo:"Ve lo que pasa, MacLean, por negarme el dinero para las baterías..."

Su premio:

Un Viaje de siete días a Las Toninas para dos personas, con todos los gastos pagos.
Incluye traslado en bus super confort , hotel con vista a las estrellas y media pensión.
Para ser utilizado en época invernal, únicamente.
El hotel cuenta con dos frazadas por pasajero, servicio médico ambulatorio y transfer in/out hacia el hospital más cercano.
¡Qué lo disfrutes!

<
El Segundo Premio es para Flori con 18 votos


En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca en esta página al dar las tres de la tarde muere...
Se rieron cuando leyeron la advertencia en la primera hoja del libro que compraron en su primer día de vacaciones. Se rieron como ríen los enamorados, cuando se encuentran cómplices entre la multitud. Con los ojos, con los labios, con el cuerpo.Se encerraron en su habitación alquilada durante toda la tarde. Saltearon el almuerzo para seguir amándose, e hicieron caso omiso a la lluvia que caía sobre las piedras del jardín escocés.El libro de poemas yacía sobre la mesa de luz. Él lo sostuvo en el aire, en un momento, y comenzó a leer. Un poema a la vez. Al azar. Ella reía en cada pausa, en cada verso, en cada instante que enrollaba sus brazos alrededor del torso desnudo de su amor.Sólo las campanadas del enorme reloj de la sala de estar se sintieron en el aire. Tres repiqueteos, y una página en blanco. Una página asesina que sentenciaba el fin de las vacaciones. El fin de la risa. El fin del amor.
Su premio:

Un paseo en Catamaran por el Tigre,para ella y una acompañante.
Incluye una hermosa canasta con vianda para la jornada, repelente para mosquitos en aerosol, y una lona para poder descansar debajo de un árbol a degustar mate con bizcochitos (que no se incluyen en el premio).
Además, un obsequio extra, porque estoy derrochona: una orden de compra por veinte pesos para gastar en el puerto de frutos.
El voucher podrá ser utilizado en época invernal y no es apto para fines de semana.
¡Qué te diviertas y saques muchas fotos!


El Tercer Premio es para
Caperucita con 17 votos


En un pueblo de Escocia venden libros con una pagina en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca en esta pagina al dar las tres de la tarde muere..........Así comenzaba la leyenda que mi abuelo noche tras noche me contaba para intentar dormirme...el pobre nunca se dio cuenta de que aquello me hacia sentir mas miedo que sueño.La duda de que esa leyenda fuera cierta se fue incrementando con los años y decidí viajar a ese pueblo en Escocia.Estando allí, me llené de coraje y valentía, entre en la librería, compré un libro y busqué esa pagina en blanco...Y la encontré..., pero no morí, no, la pagina en blanco estaba repleta de escritos de otros tantos que como yo siguieron la pista de esa leyenda y así como ya lo hicieran otros, cogí mi pluma y escribí "Abuelo, de nuevo te equivocaste!!!, al terminar de escribir reconocí en la parte inferior derecha una caligrafía familiar y una frase que decía "Querida nieta, sabia que vendrías, un beso, tu abuelo"....Nunca antes nadie me avivo tanto la curiosidad, yo, prometo hacer lo mismo con mis nietos.
Su premio:

Un día de camping en los bosques de Ezeiza.
Incluye carpa que deberá ser devuelta en óptimas condiciones,linterna y un juego de palitos para hacer una fogata.
Los fines de semana dicen que hay mucha gente , así que espero que uses el regalo para fomentar nuevas amistades.
¡Qué lo pases bomba!


Quiero mencionar a los que quedaron en cuarto y quinto lugar que son Elphaba y Any respectivamente, con sus cuentos números 9 y 15.

De verdad, mis felicitaciones a los ganadores, y a los que no alcanzaron a estar en el podio pero que al menos lo intentaron.

Les cuento que en breve se viene otro concurso, pero esta vez, con premios de verdad.

Gracias, y espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.

jueves, 14 de mayo de 2009

Se larga el concurso...




Pensé que no muchos se iban a animar a inventarle un final al microrelato del gran Julio Cortázar, pero para mi asombro, fueron más de veinte los que llegaron.


Gracias a los que se hicieron un tiempo entre los libros de la facultad, el trabajo,o las horas de sueño sólo para ponerse a escribir.

Ahora sólo resta saber quienes son los ganadores.Habrá primero, segundo y tercer puesto.

No se pierdan de leerlos porque son geniales. =)

Si bien la regla decía 200 palabras, tuve tolerancia en un excedente de hasta diez palabras más porque no quería ponerme quisquillosa.

La votación será vía mail solteriaanunciada@gmail.com, y podrán votar a tres cuentos distintos, no importa el orden. La votación termina el día martes 19 y el miércoles estaré anunciando los ganadores.Pueden promocionarse, pero no pueden publicar el cuento hasta que no esté cerrada la votación.Nada de trampitas ...


Acá les dejo el comienzo del cuento, que se llama Página asesina.¡A votar!


"En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca en esta página al dar las tres de la tarde muere". Julio Cortázar.




Cuento Número 1




Ella lo sabía, por eso lo compró. Se encaminó al parque con el libro bajo el brazo, estaba decidida, aún faltaban 15 minutos por lo que se apresuró para sentarse en las gradas, a la entrada. Suspiró... Su vida empezó a pasar como una película frente a sus ojos. No salían lágrimas, ya las había gastado todas. No había remordimientos, ya no sentía nada. 10 minutos...Vió los últimos niños correr tras el balón. El vendedor de globos en la esquina. Los abuelos con los nietos comiendo helados, hasta que una voz familiar la distrago."¿Eres tú?"Volvió a ver a todos lados y nada.
"¿Hey?"Su corazón palpitaba casi queriéndose salir de su cuerpo. "Te amo..."
"¿Qué dijiste?"- preguntó al creer que no había escuchado bien.
"¡Te amo!"- lo dijo con esa sonrisa encantadora que siempte la encantaba.
Se iba a levantar cuando vió sin querer el reloj...En eso el libro cayó rodando por las gradas...






Cuento número 2



La escuchaba distante, hablaron por un rato mas pero él no podía dejar de pensar que era una despedida, ella le pedía mas tiempo.

- Tiempo para qué pensó él, que podía hacer el tiempo sino hacer la espera mas dolorosa-
Se despidieron con la promesa de volver a verse en un mes…

Enojado, colgó el teléfono con tanta fuerza que el libro que estaba leyendo y había dejado en la mesita de luz cayó boca abajo sobre la alfombra. El mismo libro que ella le había traído de vuelta de su viaje por Escocia, era gracioso pensó, no había llegado a terminar de leerlo y sentía que todo había terminado con ella.

Lo levantó del suelo, por la caída había quedado abierto mucho más adelante de donde lo había marcado, le llamo la atención que la página impar estaba vacía de los dos lados, parecía un error de impresión.

Anotó en la hoja vacía la fecha y la hora, eran las 15:00hs. del segundo domingo de noviembre de 2002 y una fría corriente de aire recorrió la habitación mientras cerraba el libro.

En ese mismo instante golpearon la puerta, alguien lo venía a buscar…




Cuento número 3



Así comenzaba la leyenda que mi abuelo noche tras noche me contaba para intentar dormirme...el pobre nunca se dio cuenta de que aquello me hacía sentir más miedo que sueño.La duda de que esa leyenda fuera cierta se fue incrementando con los años y decidí viajar a ese pueblo en Escocia.
Estando allí, me llené de coraje y valentía, entre en la librería, compré un libro y busqué esa página en blanco...Y la encontré..., pero no morí, no, la pagina en blanco estaba repleta de escritos de otros tantos que como yo siguieron la pista de esa leyenda y así como ya lo hicieran otros, cogí mi pluma y escribí "Abuelo, de nuevo te equivocaste!!!, al terminar de escribir reconocí en la parte inferior derecha una caligrafía familiar y una frase que decía "Querida nieta, sabia que vendrías, un beso, tu abuelo"....Nunca antes nadie me avivo tanto la curiosidad, yo, prometo hacer lo mismo con mis nietos.






Cuento número 4




Cuentan que un joven, se dispuso a terminar con este misterio y poner fin a tantas muertes. Fue así que una tarde fría de invierno entro a la librería, solo tenía consigo una pluma y un tintero. Sin meditarlo demasiado tomó un ejemplar de “La guerra y la Paz” de una de las estanterías y comenzó con su lectura.

Se lo veía tranquilo, relajado y sumergido en la historia, como si no le importara que la hora estuviera cerca. Justo cuando se oía la primera campanada de la iglesia que sentenciaba las tres de la tarde, el joven dio vuelta la página.

Por un instante la blancura se apoderó de él, se sintió hipnotizado, sintió que sus ojos se cerraban y el aliento lo abandonaba.

El segundo campanazo lo sacó de aquel trance, rápidamente hundió la pluma en la tinta y comenzó a escribir y a escribir. Al principio las palabras se borraban y la blancura infinita se apoderaba de la hoja, pero lentamente el libro cedió de sus intenciones infames y se rindió ante la hermosa lírica del joven. Fue así que la hora mortal pasó, el joven vivió y el libro, aunque incompleto, ya no deseaba matar más.



Cuento número 5



A. quería ese libro, era EL jugador. Probó todo: Desde el Poker hasta juegos chinos de mil años de antigüedad. Amaba el riesgo. La Ruleta Rusa no era suficiente, nadie tenía sangre fría y suerte como él. Cuando supo del libro contrató a J. Experto bibliófilo, maestro en el arte de comprar por peniques lo que valía mucho más.
Mediante sobornos y deducción, llegó al pueblo en cuestión. Hurgó en las librerías. Desechó las ediciones conocidas, se centró en las raras y, por un cuidadoso proceso, redujo los candidatos a tres. Con su habitual olfato comercial aprovechó para adquirir, casi regalados, algunos libros más. Volvió donde A. y completó su misión. El excitado jugador contempló su compra y puso a prueba su fortuna. Cada día leía entre las dos y las cuatro…


Los días pasaron, A. llegó a las últimas páginas del último ejemplar.
Bañado en sudor frío, dio vuelta la página por última vez. Miró…
No estaba en blanco. Perplejo, no terminó el libro, los revisó a todos nuevamente en busca de la página fatal. Nada… nada en absoluto, imposible.
A la misma hora, un librero moría, a su lado una edición del “Fausto” con una página fallada.



Cuento número 6



En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere...pero si lo hace a las tres de la mañana, en ese preciso instante adquiere la capacidad de ver en el corazón de los demás, de leer en sus ojos adónde van sus sentimientos, y es ahí cuando comienza su agonía, cuando descubre que a veces es mejor no saber qué habita en el fondo del alma de quiénes hemos amado, pues la cara oculta de la luna, está oculta por una sencilla razón, la vida es más linda cuando mañana te queda algo por descubrir.



Cuento número 7


Tal pueblo se encontraba en la zona costera de Glasgow, era un lugar alegre y verde, lleno de innumerables distracciones que lograban atraer a los turistas del mundo. Podían encontrarse desde circos coloridos, restaurantes exóticos, hasta librerías en donde se hallaban libros con distintos tópicos como: política, historia y además algo de brujería. Aquellos libros eran vendidos a diario por los múltiples visitantes que iban al pequeño pueblo, lo que la mayoría de turistas no sabían, era que muchos de los volúmenes que integraban la temática de brujería, contenían en su interior cierta página en blanco, que al ver justo a las tres de la tarde, el lector sufría una escalofriante muerte.
Los pueblerinos jamás comentaban esa peculiaridad de dichos libros, preferían callar antes de recordar aquella mañana gris del día jueves, cuando el pequeño Tom, asombrado por el cuero y los adornos brillantes que traían los distintos volúmenes de hechicería, se atrevió a jugar con cierto ejemplar de aquellos libros; sin saberlo y guiado por su inocencia, fue condenado por la coincidencia de la hora, justo cuando quería dibujar una casita en alguna de las páginas blancas encontradas en el interior del libro, lo que el no sabía era que sus cortos nueve años, llegarían a su fin justo el día 3 de noviembre a las 15 horas del año 1886…



Cuento número 8


En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere un pajarito, por eso green peace prohibió que se vendan libros en escocia para salvar a todos los pajaritos, pero eso trajo también la falta de imaginación cuando la gente dejo de vender libros, entonces algunos más moderados llegaron a una solución, que en vez de prohibir la venta de libros, deben prohibir la lectura de libros de tres a cuatro de la tarde, entonces ahora los escoceses que viven en ese pueblito están adoptando un poco de la cultura latinoamericana y duermen la siesta a esa hora para no leer más libros y que los pajaritos sigan viviendo, el problema ahora está que los pajaritos cantan tanto que no los dejan dormir.
La moraleja, nos dice entonces que para cada problema hay una solución y cada solución trae un problema.




Cuento número 9



Del alma del lector que tiene esa desgracia simplemente brota un frío que le congela el corazón. No tiene explicación alguna este fenómeno, ni razón aparente para ofrecer libros con tales características. Una página en blanco antes del final representa la interrupción de una historia y de ninguna forma puede reanudarse sin cambiar por completo.
Pero he aquí el secreto: si el lector es capaz de escribir en esa página la parte perdida de la historia, habrase apropiado de ella, para convertirla en la suya propia. Por tanto, podrá contarla a su manera y decidir el final. Quién ha descubierto ese secreto se salvará de una muerte segura, pero con una sola condición: deberá dejar en ese libro renovado una hoja en blanco, destinada al siguiente lector.
Heme aquí escribiendo la página que salvará mi vida y que afectará la de aquel que se atreva a leer este libro. Ten cuidado, estimado lector de no toparte con una página en blanco al dar las tres de la tarde si no eres capaz de llenarla con tus propias palabras. Este libro no podrá ser nunca terminado tal y como es, pues la lectura que le des ya lo ha transformado.



Cuento número 10



Las dos veces que estuve en ese pueblo compré doce libros en un último intento desesperado por olvidarla. Leía bajo un roble, sentado en sus raíces y cobijado por su ramaje. Abracé la idea de morir en ese lugar, con un libro en las manos. Me pareció que su recuerdo merecía un homenaje en tierras lejanas y pletóricas de historias de coraje y sacrificio. La primera vez, los doce libros se terminaron antes de que pudiera siquiera encontrar esa página huérfana de palabras. La segunda vez me aseguré que tuvieran esas malditas páginas asesinas espiando en la librería el contenido de los volúmenes. Estos libros pasaron sin ni siquiera haber sentido un pequeño dolor de cabeza.
Al volver a casa, abandonado por la misma Muerte, la encontré esperándome en la puerta.
- ¿Por qué me ignoraste? - pregunté
- No te ignoré, te di tiempo para que conocieras el verdadero motivo de tu muerte.
- Pero…
- Lo lamento, son las tres de la tarde.



Cuento número 11


Un domingo frío de invierno Pascal no pudo vencer la tentación de releer
aquel libro. Serían las doce. Sabía que su enfermedad era incurable. ¡Que
mas daba antes que después cuando se sabe un final cierto…!.
La historia era de las que enganchaban, hablaba de rincones maravillosos,
de luces en paraísos perdidos, de noches de pasión sin límite y de paseos
al amanecer. Del amor y el desamor, de príncipes encantados de si mismos
y princesas que se sentían amadas como nunca.
De repente llegó a la página en blanco. Miró su reloj. Eran las dos y
media. Sin esperar un solo instante empezó a escribir, con letra menuda.
Lo hizo de sus sentimientos, de sus deseos, de ella. Casi sin darse
cuenta… se quedó dormido encima de las últimas letras escritas….
“La amaré eternamente…por siempre” ponía…
Como sin querer dieron las tres. Y Pascal sumido en los recuerdos de su
amada…murió.

…murió… sí…pero de amor.



Cuento número 12



Un encuentro súbito, Ruth con un libro bajo el brazo. El libro cae al suelo, se abre en medio de una página en blanco. Las doce en el reloj. Paolo recoge el libro, ve la página en blanco y ella mira su reloj de pulsera, horrorizada. Aliviada, se enfrenta a unos ojos verdes que la admiran. Toman juntos un café en la antigua estación.
Ruth habla a Paolo de todo menos del libro, y él lo mira con insistencia. Ella cae en la trampa de sus ojos y sólo puede empezar a leerlo. El contenido del libro no importa, sólo el ritmo de sus palabras, y Paolo se enamora sin oponer ninguna resistencia. Pero ella sabe la verdad, aunque no puede confesarla: compró el libro para morir a las tres de la tarde.
Ruth recita, Paolo mira a Ruth y ésta lee pendiente del reloj. Se acerca la página en blanco, una página menos, la vida se acaba. Dan las tres, la página llega, las luces se apagan y unos labios sellan su boca.
Las luces se encienden, Ruth está sola y el libro ha volado. Agradecida, vuelve a casa, a recomenzar su vida.



Cuento número 13



En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere de amor.
Después de escuchar esa noticia en la radio, nos sentamos uno frente al otro, mirándonos en silencio, apenas con un mate pasando de mano en mano. Dos días estuvimos así, sin dormir, buscando en lo más profundo de nuestros corazones aquello que nos había unido hace ya más de treinta años. Finalmente, ella, que siempre fue la más decidida, se levantó y fue hacia la habitación. La seguí. En el mismo bolso verde que usamos en nuestra luna de miel colocó dos sacos de abrigo, su peine de carey y mis lentes. Yo busqué, en el primer cajón de la cómoda, nuestros pasaportes.
En dos horas aterrizaremos en Edimburgo. Pediremos a algún taxista que nos lleve a la librería más cercana. Cada uno elegirá un libro, cualquier libro. Nos sentaremos a leer en una plaza soleada. En algún momento nos miraremos, sonreiremos, entrelazaremos una vez más nuestras manos, como hacíamos antes.
Serán, en ese momento, exactamente, las tres menos cinco de la tarde.



Cuento número 14


En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere... y no es casualidad.
Es la terrible venganza de una bruja, cuyo hijo único se quitó la vida un viernes santo, a las tres de la tarde. Este joven escribió la historia novelada de su amor no correspondido y su madre encontró el manuscrito junto al cadáver.
Enfurecida por el dolor, intercaló a las hojas ya escritas una en blanco para que quienes la vieran a las tres de la tarde pusieran en blanco su propio futuro y murieran.
Luego dejó el manuscrito en la puerta de la niña que su hijo amaba, buscando causar en esa familia el mismo dolor que sentía. Pero quiso la adversidad que un tercero encontrara el manuscrito y lo publicara, respetando la curiosa hoja en blanco que dividía el relato.
Todavía quedan unos cuantos ejemplares de esa edición y se venden como incunables, porque nunca volvió a publicarse aquella historia.
Si vas a Escocia, estimado lector, no compres libros antiguos. Y si en algo valoras tu vida, nunca te pongas a leer una novela de amor antes de tomar el té de las cinco.



Cuento número 15



-No me diga que usted cree en esas pavadas!! – dije sonriéndome
-Si que creo, yo estuve en ese pueblo, compré varios libros en lo del viejo Mathew ... y los tengo aquí mismo, quiere verlos?
-Claro, a ver – los examiné - pero ... son libros comunes, viejos, no tienen nada de raro, en este por ejemplo … ni siquiera encuentro una página en blanco ... – comenté con desilusión.
-Mi estimada amiga, para encontrar la página en blanco tendría usted que esperar a las tres de la tarde; yo nunca me he animado, quizás si usted quisiera intentarlo conmigo ... que dice? Se anima?
-Pero Blake!!! yo a esta altura me animo a cualquier cosa, ya no tengo nada que perder.
-Entonces la espero mañana a las dos y media, tomaremos un té y buscaremos la página en blanco a las tres en punto.

Ayer un inconveniente de último momento me impidió llegar a la hora de nuestra cita. A las tres y diez me encontré con la policía en la puerta de la casa de Blake. No quise verlo, me dijeron que tenía una mueca de horror y un viejo libro entre las manos.



Cuento número 16


"En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere...", contaba su abuela a Annie McLean, mientras juntas tomaban el té en su departamento.

Annie se miró en el espejo y observó a una linda joven; su cabello pelirrojo caía desordenado sobre su cara y cubría a medias las pecas que la caracterizaban. “Es un buen día para leer”, pensó, y caminó hacia la plaza.

Llevaba varias horas leyendo cuando se sintió observada. Un joven rubio, apenas mayor, la miraba divertido. Se sentó a su lado y al conversar los minutos se hicieron horas; sin pensarlo ni planearlo, se encontraron ahí cada día desde aquella tarde, de esa forma ella se enteró que su nombre era Walter Scott, y que con él compartiría el resto de su vida.
Annie había olvidado la terrible advertencia escuchada hacía tantos años de boca de su abuela, y leía sin importar día, hora o lugar de adquisición de su lectura. Él, que también conocía la historia, la cuidaba en secreto y procuraba regresar a casa a las tres menos quince, pero aquel día se retrasó. Asustado, llamó a Annie, pero no obtuvo respuesta; la encontró recostada en el diván, como dormida, pero sobre su pecho aún tenía un libro abierto… en una página vacía.


Cuento número 17



La mujer tomó el libro en sus manos, y mientras escuchaba la increible historia que narraba el vendedor, lo dejó caer en su cartera; su marido, del brazo, complacia sus gustos sin prestar atencion, mientras su mente volaba y se encontraba, en la fria Buenos Aires, junto a su verdadero amor.
Dias mas tarde la mujer puso el libro dentro de un sobre, y con trazos firmes y letras grandes, escribió el nombre de ella.
Y ella, enamorada recibió el sobre como una bendicion de su amado, y llamada por su ansia y su amor, se lanzó a una lectura que rapidamente capturó su atención, encontró sin embargo, una página curiosamente en blanco, y confundida trató de imaginarla, lo intentó mientras los dias pasaban, leyendo el libro varias veces, acortando asi las distancias con el reencuentro.
El regresó una mañana y al no encontrar respuesta forzó una puerta, halló a su amada recostada, con una sonrisa, el se acercó a ella y al pasar miró el reloj, que se habia detenido justo a las tres, como todos los demás relojes de la casa, sobre su cuerpo descansaba un viejo libro escocés, abierto en una página, curiosamente en blanco


Cuento número 18


En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere, automáticamente, su capacidad de asombro. De repente la vida se convierte en un permanente pasar de situación en situación. En el mejor de los casos los agobian el cansancio y el aburrimiento. En el peor, pasan meses completos incapaces de sentir maravilla o susto.
Se conoce sólo un caso de muerte. Hubo, en la historia de los libros, las páginas en blanco y las tres de la tarde, una sola persona capaz de resignarse a una vida monocorde sin chistar. El resto de los afectados (que no son mucho pero han sido varios) estallaron, en algún momento, la coraza que los rodeaba.

Todos los recuperados retomaron sus sobresaltos cuando fueron capaces de asombrarse por su impasibilidad. No hubo llanto de queridos, alejamiento de amantes o nacimiento de hijos que quebrara el encanto. Dicen que, al volver, se les revela el gran secreto de la vida. Dicen que, para obtener ese conocimiento, hay que resignar por un rato la capacidad de asombro. Dicen… que no vale la pena.



Cuento número 19



Se rieron cuando leyeron la advertencia en la primera hoja del libro que compraron en su primer día de vacaciones. Se rieron como ríen los enamorados, cuando se encuentran cómplices entre la multitud. Con los ojos, con los labios, con el cuerpo.

Se encerraron en su habitación alquilada durante toda la tarde. Saltearon el almuerzo para seguir amándose, e hicieron caso omiso a la lluvia que caía sobre las piedras del jardín escocés.

El libro de poemas yacía sobre la mesa de luz. Él lo sostuvo en el aire, en un momento, y comenzó a leer. Un poema a la vez. Al azar. Ella reía en cada pausa, en cada verso, en cada instante que enrollaba sus brazos alrededor del torso desnudo de su amor.

Sólo las campanadas del enorme reloj de la sala de estar se sintieron en el aire. Tres repiqueteos, y una página en blanco. Una página asesina que sentenciaba el fin de las vacaciones. El fin de la risa. El fin del amor.



Cuento número 20


Allí vivía Walter MacLean, un fanático de la lectura. Podía pasar horas sin dormir, sin comer, por encontrarse ensimismado en su pasión . Es así que también por momentos olvidaba cuestiones esenciales como, por ejemplo, el dinero.

Esa tarde, Walter iba a estrenar un nuevo libro, que había solicitado por Correo. Estaba ansioso por disfrutarlo. Miró el moderno reloj de péndulo del living, y suspiró: Eran las tres en punto. Maldijo haber nacido en ese condenado pueblo con sus estúpidas y sobrenaturales reglas... Sus ansias iban a tener que esperar un poco más. Decidió entonces, hacer tiempo jugando algunos solitarios.

Luego de unas cuantas partidas, se sirvió un vaso de su mejor scotch. Se acomodó en su sillón favorito, bebió un pequeño sorbo, tomó el libro entre sus manos, y comenzó a devorarlo con los ojos.

Unas pocas páginas después, se encontró con la hoja en blanco, que lo miraba, desafiante. Sonriente, sabiéndose a salvo, miró el reloj para reírse de él y de su maldito pueblo.

El reloj marcaba las tres.

En ese momento la mucama entró al living. Observó al viejo Walter con desdén, y dijo:

"Ve lo que pasa, MacLean, por negarme el dinero para las baterías..."



Cuento número 21



Muy a su pesar, un ademán oscuro maniobraba incoerciblemente en cada edición, y penetraba los libros recién salidos del horno, incrustándoles las inmaculadas hojas malditas.
El azar retozaba en la hora mediana de la tarde, aprisionando a la vez blancura, ojo, y vida, perversamente. El sentenciado caía, sin siquiera sentir lo apacible de la ida.
Él descubrió rastros, ató aquél suceso con el Qué casualidad, indagó con las familias de las víctimas que ahora devenían noticia mundial.
Siguiendo un animismo respetuoso por la cábala y su pasión por el misticismo -viejas malacrianzas de adolescencia- escudriñó si el infortunio correspondía a la ubicación de la hoja desnuda y mortal dentro del texto. Constató que ninguna disposición lógica entre las páginas del libro homicida sugería serie alguna, ningún orden razonable que analizar.
Desdeñando esta oportunidad concedida a sus recientes obsesiones sobre tan extrañas muertes, barajó con deleite la más inconfesable: ¿Cómo sería…? ¿… si compruebo que no es la letra, como se ha oído, sino el vacío, lo que mata?
Un té, un reloj y un libro sobre el que descansaba el rostro sonriente de un pobre escritor, fue la escena que relanzó nuevas pesquisas. El oficial recogió del suelo una hoja en blanco y anotó los hechos.




Cuento número 22



Imagínense que ninguno de los chicos que recibieron la caja de libros en el Chaco sorteaba esa problemática. El embalaje de la caja se deshizo en sus manos ansiosas que esperaban la pronta aventura de “viajar con la imaginación”.
Eran las 14:50 hs. cuando daban punto de partida al Taller de lectura.
Los chicos ojearon los libros, saltando de página en página, buscando imágenes o dibujos que mostraran algo del maravilloso mundo soñado. La muerte les rozaba los ásperos dedos, habituados al trabajo; los ojos de los alumnos se fijaron sobre las mortales páginas perdidas. Letra por letra el envenenamiento comenzó a desarrollarse.
Ya las 14:59 hs., sonó la cálida voz docente:

-Van a ser las tres! Cierren los libros que hacemos la oración y siguen.

Despertando de un profundo estado de hipnosis los chicos pronunciaron la oración a Jesús Misericordioso que diariamente rezaban a las tres, hora de su muerte, esta vez con el especial propósito de agradecer los libros.

-Esta oración me tiene cansado, yo pensé que con esto de los libros hoy safábamos.- refunfuñó el mayor de la clase, que con el paso del tiempo leyó religiosamente cada uno de los libros que tuvo la pequeña biblioteca.

Cuento número 23



Desde el momento en que Sean me contó la historia vivo atemorizada. Me contó que existen los libros... pero no me dijo los títulos los autores.
Como soy muy amante de la lectura, muy enamorada de mi vida y por sobre todas las cosas muy, pero muy, miedosa, desde ese día leo tomando infinitas precauciones.
Tengo establecidos estrictos horarios de lectura, que respeto rigurosamente.

Leo de 13 a 14:55 (prefiero leer en vez de dormir la siesta) siempre con el temor de que el reloj esté atrasado y sean las 15... y yo no me haya enterado... y justo la próxima página sea la página en blanco.
Hasta ahora nunca me sucedió.
Lo que noto es que estoy perdiendo rápidamente el placer de la lectura.

Me estoy volviendo un poco paranoica, porque, además, me entran terribles dudas:
¿Las 15? ¿de qué país?
¿Qué huso horario que rige el destino mortal?
¿Cómo saber que el libro que estoy leyendo ¡Que para mi horror es en inglés! no lo compró algún viajero en algún pueblo de Escocia?
La página en blanco que encontré a las 14:10 ¿Será la única?

¡Mejor prendo la tele!

Cuento número 24

- Te amo.


Fue mas un susurro entre los matorrales que una declaración que, con el corazón brotando de los labios entrecerrados, se atrevía José. Antes la vio por primera vez en la biblioteca, y atraído por esa imagen angelical le siguió de cerca. Bastaron un par de dias para que el joven amara a la criatura, y José era astuto, y buen mozo, de modo que noto el rubor que teñia las mejillas de su amada y eso le lleno de fuerza… urdió un plan. Y asi, la bella en su leccion encontraba palabras tiernas. Al terminar el día ella cuidadosamente arrancaba del texto la pagina de sus ardores.

Como suele suceder en estos casos José aquel día esperó agazapado, para entregarle una pagina mas, atreviendo la declaración que inicia nuestra historia y pidiendo cita a las 3 de la tarde, ausentes sus protectores.

Pero fueron descubiertos. El padre de la doncella, ciego de furia levanto la mano contra la joven justo cuando lanzaba las miradas mas tiernas a José, el cual, al ver la imagen de su virginal amante golpeada brutalmente, se lanzó al furibundo aristócrata, y recibió de este un plomazo en el corazón.

Por eso dicen que en un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca en esta página al dar las tres de la tarde muere.

sábado, 9 de mayo de 2009

Aniversario y concurso









Cuando tenía 7 años, pasaba la mayor parte de mi tiempo en casa de mis abuelos.


Ante el reciente divorcio y la consecuente ausencia de mi papá en todos los aspectos, incluído el económico, a mi mamá no le quedaba alternativa que trabajar todo el día mientras mis abuelos me cuidaban.



Por ese entonces tenía una amiga, Karina,que vivía en la casa de al lado,y con quien me crié.

Ella tenía dos hermanas, con las que podía jugar cuando quería, pero yo no, yo estaba pendiente de que ella tuviera ganas de jugar comigo y tenía siempre mis muñecas listas por si aparecía por la puerta que daba al jardín.



Había días en que ella venía, y las trenzas se me llenaban de mariposas y en mi cara se dibujaba una enorme sonrisa.

Traía mi caja de Barbies y el estuche con ropa para cambiarlas, y las esparcía por el piso, en el espacio que quedaba entre los pies de Karina y los míos.

Mi abuela nos preparaba una taza de Nesquik y un plato de vainillas, mientras nosotras decidíamos quién sería la buena, la mala, la maestra o la mamá.



Y ahí empezábamos a cambiarles el peinado, y a adornarlas con collares y a ubicarlas en la escena.


Era en ese momento en que Karina se ponía de pie, y con las manos en la cintura me decía:



- Me voy.



Yo la miraba sin entender cómo podía irse en lo mejor del juego, y de reojo observaba todo el despliegue de juguetes desparramados por el piso del living.



Ella abría la puerta, y comenzaba a caminar por el jardín, hasta el portón de rejas negras.Era ahí dónde yo siempre la alcanzaba, después de una corrida, y con los ojos llenos de lágrimas le pedía que se quede.


Le imploraba, le rogaba que se quede.



Y ella volvía, sólo un rato, como quien me daba el gusto.



Un día mi abuela, cansada de presenciar la humillación de una nena de apenas 7 años, me sentó sobre su falda y me dijo:



- La próxima vez que Karina te diga que se va, vos no le pidas que se quede.Decile "bueno, chau" y seguí jugando.Vas a ver que vuelve sola.




Así fue como cuando Karina repitió la escena, yo me quedé sentada, sin decirle nada, siguiendo el consejo de mi abuela.


Esos minutos que pasaron entre el "me voy" de Karina, y la imagen de ella regresando para volver a jugar, se me hicieron eternos y me llenaron de miedo...un miedo que tenía que ver con esa sensación de abandono que había inaugurado mi papá y que me acompañó siempre.



Esa ausencia, marcó mi vida en varios sentidos y en los más importantes.Muchas veces logré ser fuerte y conteniendo el aliento y ocultando el temor a volverme prescindible para alguien, pude poner pausa a una relación o alejarme de alguien que no estaba dispuesto a caminar a mi ritmo.



Otras veces no pude, y fue en uno de esos intentos fallidos, en que decidí abrir este blog, un año atrás.



Muchas cosas cambiaron desde entonces.Muchísimas.



Aprendí a que no me pese mi propia compañía, y a que los domingos sean una buena excusa para no hacer nada, o hacer todo, sin necesidad de llorar.


Descubrí que la clave no está en el otro, sino en uno, y que cuánto más nos empecinamos en estar con alguien, más solos estamos.


Entendí que pareja no es sinónimo de felicidad, ni que sexo es sinónimo de placer, que el amor tiene muchas variantes, y que detrás de una relación que termina hay un aprendizaje que nos permite ser más exitosos en la que viene.


Me di cuenta que para ganar algo, es necesario perder primero un poco, y que no se puede criticar a la rutina sentada sobre ella.



Pude dar un paso bien grande que me trajo hasta este lugar de hoy, en el que no extraño ni añoro a ninguno de los que creí que me partían el corazón tiempo atrás, y en el que sólo pienso en el amor que merodea, con olor a nuevo y mil palabras por decir.



Seguramente tengo el alma llena de esquirlas, y el corazón remendado con hilos de colores, pero ya no lo miro cada noche al acostarme, ni me lamento los días de lluvia.



Por eso, decidí que el blog sufriera la misma metamorfosis que yo,y además, festejarlo con un concurso.






Hasta el próximo jueves 14 de mayo tienen tiempo de enviarme por mail a solteriaanunciada@gmail.com el final de este cuento:



"En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere..."



Reglas:



1- No pueden exceder las 200 palabras.


2- Se puede mandar sólo un cuento por persona.


3-Pueden participar tengan o no blog.


4- Una vez cerrada la recepción de cuentos, los publicaré en el blog sin decir el autor, y no se podrá publicitar diciendo cuál es el texto de cada uno.


5-Se recibirán los votos una vez publicados, también vía mail.


6-Habrá premios para el primero,segundo y tercer lugar.







Gracias a todos por estar este año compartiendo cada una de mis palabras y gracias a aquellos que hicieron posible que la amistad atravesara el monitor.




( Y gracias a Flor que me ayudó a idear el concurso)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Cosas para hacer antes de morir



"Nunca te drogaste.Ahora te apetece probar todas las drogas del mundo, pero todas las drogas del mundo no van a cambiar la sensación de que tu vida ha sido un sueño y que sólo ahora estás despertando"


Así empieza " Mi vida sin mi", una película de Isabel Coixet, la misma directora de "La Elegida" y de "La vida secreta de las palabras" que ya recomendé alguna vez.

La película cuenta la historia de Ann, de sólo 23 años, que vive en un remolque, con su marido y sus dos hijas.Su vida es gris, monótona, con un empleo nocturno que no la satisface, una relación conflictiva con su madre y un padre preso al que hace mucho que no ve.

Paradójicamente, después de un diagnóstico médico que le augura una muerte temprana, Ann descubre el placer de vivir.


Hay una suerte de lista de cosas imprescindibles que se propone la protagonista, que incluyen repertirle hasta el cansancio a sus hijas cuánto las quiere, encontrar una mujer para su marido, lograr que alguien se enamore de ella, decir lo que piensa, hacer el amor con otros hombres sólo para ver qué se siente, etc...


La película me pegó una cachetada, sin anestesia y sin aviso.

Inevitablemente me puse a pensar en aquello que postergamos, en esos zapatos que esperan una ocasión para ser estrenados, en esos viajes programados para "algún día", en las frases a medio decir que guardamos para una mejor ocasión, en esa caja que habita en el fondo del placard y que contiene fragmentos de recuerdos que no queremos dejar escapar,en las cosas que dejamos por la mitad suponiendo que siempre habrá un mañana.

El mañana no debería ser más que este segundo que corre detrás del que acaba de irse, y la palabra DESPUES debería dejar de ser una excusa que postergue aquello que el alma nos pide hacer.

No hace falta escribir una lista de aquello que soñamos, no necesitamos recordar lo que nos moviliza, así como no hace falta pegarnos una etiqueta con nuestro nombre para saber cómo nos llamamos.

Vivir, debería ser una continua búsqueda de aquello que nos llene los bolsillos del espíritu, sin esperar a que algo nos obligue a devorarnos el tiempo que nos queda y a lamentar el que perdimos.


Mañana es ahora.





domingo, 3 de mayo de 2009

Pasaje a la felicidad



Ayer fue un día particularmente lindo.



Conocí a mi amiga blogger ,Flori, y juntas nos fuimos a pasar todo el día a la feria del libro.
Más tarde se sumó la gran Lor, y para rematar, mi amiga/socia S.

Nos paseamos entre stands con olor a libro nuevo, revolviendo mesas de ofertas, y descubriendo algunas joyitas que el mundo literario había escondido.

Pero el broche de oro fue estar de pie frente a Liniers, ofreciéndole mi librito de Macanudo para que lo autografíe y me dedique un hermoso Fellini hecho en el momento.
Son esas pequeñas cosas que nos regalan una enorme sonrisa que parece no tener vencimiento.


Para los que quieran leer mi Pasaje a la felicidad, pueden hacerlo en el blog organizador del concurso, haciendo click acá.


Espero que les guste.







Liniers en plena acción

viernes, 1 de mayo de 2009

Vivo escribiendo...escribiendo vivo.


Terminó el concurso organizado por Mamarracho, bajo el lema "Vivo escribiendo...escribiendo vivo".

Después de tres días de votación entre los lectores, hoy se anunciaron los ganadores.Y ahí estoy, en el primer lugar, compartiendo el podio con la Capitana del Espacio y P.Vargas.

Quiero agradecer a aquellos que invirtieron un minuto de su tiempo en enviar un mail con mi título participante, porque gracias a ellos me desperté con una sonrisa.

Este concurso no otorga diploma, ni trofeo, ni dinero en efectivo a los ganadores.
El premio es simplemente poder escribir el relato que lleve el título que elegimos para participar y que sea publicado en el blog organizador.Ni más, ni menos.

Es por eso que realmente me asombra que cierto sector del mundo blogger se haya visto revolucionado con esta iniciativa del amigo Mamarracho, porque significa que todavía queremos seguir escribiendo.

Próximamente, estaré publicando en su blog mi texto, y lo mismo harán los otros dos ganadores.

Quiero felicitar a todos los que enviaron un título al concurso, y especialmente a Ely y Café con tostadas que se ubicaron en el cuarto y quinto puesto respectivamente.


Gracias Mamarracho por la iniciativa y por la paciencia de clasificar cada mail recibido, y gracias a ustedes, una vez más.


Y como "vivo escribiendo....escribiendo vivo", ya mismo me pongo a redactar mi "Pasaje a la felicidad".


Buen fin de semana y felíz día del trabajador.