Ni con una grúa

No tengo ganas de bañarme y cambiarme para ir a la casa de Daniel que es donde nos juntamos hoy,pero tengo que ir, porque va Romina, y si yo no voy Ramiro se va a enterar de que no fui y queda obvio. Además, se que Daniel en parte ofreció su casa para que nos juntemos para hacerme la gamba a mi.Así que junto coraje y me meto en la ducha.

A la hora y me media, cuando son casi las dos de la mañana,llego a lo de Daniel.Cuando abre la puerta descubro que somos nueve y ya anticipo que esa reunión va a ser un fracaso.

No se si es porque yo estoy mal predispuesta, porque no hay suficiente alcohol, o porque tengo mi cabeza llena de cosas, pero la realidad es que lo que vaticiné se cumple a rajatabla.La reunión es un fracaso.

Para que me hubieran sacado del puff en el que me mantuve sentada toda la noche, hubieran necesitado una grúa y una orden judicial. Creo que me levanté una sola vez para ir al baño.El resto de la noche me la pasé con un vaso en una mano, un cigarrillo en la otra, y la mirada de a ratos observando a mis compañeros, y otro rato mirando hacia mi interior.

No hay nada peor que estar en el lugar en el que no se desea.Cada diez minutos uno mira el reloj esperando que la aguja se haya movido lo suficiente para decir "Uh,que tarde...me voy", y ahí uno descubre que solo pasó un minuto desde la última vez que lo miramos.

Así me pasé la noche,rogando que se hicieran las cinco de la mañana.