En penitencia

Dejarlo ahí parado, fue como ponerlo en penitencia.Y paradójicamente, siento que es lo mejor que pude haber hecho.

Sentí que era Julia Roberts en Novia Fugitiva, dejándolo de pie en el altar mientras me iba corriendo en zapatillas, pero la realidad es que yo no llegué a mi casa con el vestido de novia, ni el tocado. Llegué con mi camisa blanca nueva, y con el rimmel corrido por las lágrimas que derramé en el taxi.

Había llegado la charla que tanto había deseado, la que me aclararía el panorama, la que pondría las cartas sobre la mesa, la que me diría donde estamos parados.Pero estoy más confundida que nunca.

Estoy llena de preguntas, cubierta de incógnitas, repleta de ¿Y?.Como diría Bunbury "con las arterias llenas de etcéteras". ¿Y cuál es el etcétera?

¿Puede inhibir lo que siente?

¿Cuánto tiempo?

¿Cuánto siente?

¿Cuánto aguanto?

¿Cuánto quiero?

¿Cuánto puedo esperar?

¿Tengo que esperar?

La respuesta es NO.No tengo que esperar, pero se que voy a hacerlo.Quedé en la mitad del río, pero divisando la orilla, y dependo de mis dos remos o de que el viento cambie de dirección para llegar.Podría decidir volver al puerto del que partí, pero no quiero.Ya vi que del otro lado hay sol, y un paisaje distinto, y no me resigno a darme por vencida.

Estoy enojada,si.Pero no se bien por qué, ni se si es con él o conmigo. Se que mañana cuando lo vea no le voy a sonreír como siempre,lo presiento.Se que me va a preguntar que me pasa o si estoy enojada.No se que le voy a decir.Supongo que la verdad.Que no me gusta quedarme con un amor platónico, con él diciéndome que soy la mujer que soñó como si yo estuviera viviendo en La Quiaca y no quedara otro remedio mas que aceptar la distancia.Yo estoy ahí, y él a un paso, y el amor platónico entonces,no tiene lugar.

Además soy testaruda y caprichosa.Estoy acostumbrada a pelear, y esta no va a ser la primera vez.Nadie nunca me regaló nada y todo me costó más que al resto.Ya estoy curtida, y por eso me arriesgo.Mil lágrimas más no van a ahogarme, y quien sabe él se de cuenta que no se nadar y decida tirarme un salvavidas que me salve del llanto.

Tal vez pido demasiado, pero creo que al menos soy sincera.

Necesito, por mi amor propio, por mi autoestima o lo que queda de ella,que se juegue, ese poco, poquito que le pido.

Creo que no solo es Ramiro el que está en penitencia.

Yo también quedé arrinconada, esperando que venga alguien a decirme que ya pasó.

El tema es ver quien va primero al rescate del otro.