Mensajes que obligan a pensar

El viernes a la noche sonó el teléfono.Era mi papá para invitarme a un asado el sábado al mediodía.

Lejos estuvo de ponerme contenta su invitación. Yo le había avisado que puedo cualquier día menos los sábados porque voy a taller. Se lo recordé, por si lo había olvidado, y me dijo que se acordaba, pero que "por mi papito" podía faltar. Le aclaré que mi taller no se negocia, que es lo único que hago por mi, y me agregó " ver a papi es algo que también harías para vos", "dale, que una vez que faltes no te va a matar". No, claro, no iba a matarme, y de hecho terminé faltando de lo angustiada que me sentía. El punto era que él estaba siendo egoísta. Me insistió varias veces, usando todos los recursos posibles, y hasta diciéndome que era mala si me negaba.Después de 22 años de ausencia anteriores, y siete posteriores estaba reclamando una presencia que él no me había podido dar. Quise gritarle: "Egoissstaaaa!!!!!!!!!!", pero no pude. Sólo me quedé muda, del otro lado de la línea, hasta que me pasó con Liliana. Ella, que las pasó todas, y que además hizo mucha terapia, cuando le conté que estaba mal por la falta de guita me dijo: "Debe ser por la reaparición de tu viejo que estás mal, no tanto por la guita."

Y era cierto. ES cierto.

El mensaje de mi viejo, lejos de ser algo halagador, fue una patada en el hígado, una obligación a darme cuenta que a mi viejo siempre le importó él, pero calculo que está bueno ir dándome cuenta de a poco, como para poder desenmascarar a mi papá, y bajarlo de esa nube de ilusión donde lo tengo ubicado.

El segundo mensaje fue de Richard.

Su primer mail había sido muy escueto y sin firma, o sea que en caso de no haber recordado que las iniciales eran de él (esa es la dirección de su mail), todavía hoy estaría preguntándome quien me lo mandó. El caso concreto es que a ese mail yo le contesté simplemente: " No entiendo el sentido de este mail". Siguiendo su forma, tampoco firmé, ni agregué saludos ni besos.

Finalmente llegó su respuesta, y lejos está de parecerse a cualquiera que yo hubiera imaginado.

Parece que su técnica es el mensaje breve...

El asunto dice: "Recuerdos..." (si, con tres puntos suspensivos.)

El contenido fue tan raro como esto:

" Tan dulce y hermosa como siempre".

Yo, que odio la cursilería, y más cuando viene de alguien como Richard, casi casi que sentí nauseas. Mi respuesta, fue exactamente igual a la primera: "Sigo sin entender el sentido de estos mails". Lo cual es cierto. ¿Qué sentido tiene decirle a una persona del pasado que es dulce y hermosa?

La conclusión es que por más que pasen los años, sigo sin entender al género masculino.

El género, sin duda incluye a mi papá.