Desnuda

Hasta ayer no tenía la certeza de que hubiera entrado a mi blog, pero sí la duda.

Detesto quedarme con la duda, y suelo llegar hasta el fondo del asunto dentro de mis posibilidades.
Después de escuchar a REM por la radio, me fui a tomar un vinito con unos amigos, y cuando volví, me sumergí en los viejos mails que nos mandamos, intentando refrescar la memoria.

Entonces la duda se convirtió en certeza.

Ahí estaba la prueba del delito, las huellas digitales en la escena del crimen.Su primer mail donde dice que aún no tuvo tiempo de leer en detalle mis blogs (claro, si se cliquea mi carita aparecen este blog y tire y afloje), y en un tercer mail alude a mi recuadro que dice I`m blonde but I`m smart....más claro imposible.

Ya con las pruebas en la mano, sólo sentí una inmensa vergüenza, como si me hubieran desnudado sin aviso en plena calle Florida a las cinco de la tarde de un lunes.

Pensé en no hablarle más, en tomarme un avión y huir a otro continente, en cambiarme el nombre, en desaparecer sin dejar rastros...hasta pensé en cerrar el blog, pero este blog es parte de mi vida, a veces es mi cable a tierra y otras un pasaje al cielo, es una partecita mía y no tiene sentido cerrarlo con la intención de ocultarme.

Si me leyó ya está hecho y no lo puedo cambiar.Muchas veces me hubiera gustado borrar algo del pasado, de eso que hago a destiempo, o de aquello que hago confiando en que la suerte se ponga de mi vereda y que la moneda caiga del lado que me favorezca.Lo cierto es que es más fácil aceptarlo que intentar modificarlo.

Así que pensé: No soy condenable por interesarme en alguien con el que me escribo hace dos meses, ni por fantasear con que puede ser un tipo increíble, ni por escribir en este blog sobre la curiosidad que me despierta.

Por ende, me hago cargo de todo lo que está escrito en cada entrada, porque es lo que viví y lo que me permitió de alguna forma llegar hasta acá, a los golpes, lastimada, arrepentida, aprendida, airosa , modificada y distinta.

Lo que relaté a mi modo (desordenado, escaso de poesía, de mal humor o feliz) es lo que soy, ni más ni menos. Soy lo mismo que digo acá y que le contaría a él en un café con el transcurso del tiempo, o si lo preguntara, o si quisiera saberlo.

Soy ésta que hoy se siente desnuda y muerta de vergüenza porque alguien del otro lado tal vez descubre que soy imperfecta.
Me siento débil reconociendo que quiero enamorarme de nuevo y que a la vez me da miedo... en esa dualidad que me lleva a veces a aferrarme a mi soltería con uñas y dientes y a calzarme las pantuflas en la paz de mi casa , y que otras tantas me empuja a salir de cacería en mi traje de mujer dispuesta.

Siento vergüenza de que sepa que creo en el amor, como si eso fuera algo que me hace perder el encanto, o como si fuera un repelente que ahuyenta al más enamorado.
En ese caso, si camina hacia el otro costado, será porque lo que yo soy nunca le hubiera gustado, y entonces qué más da...
Después de todo, no conozco a mucha gente que proclame por la vida lo feliz que los hace la soledad, y todos, en el fondo, queremos tener a alguien a quien esperar sabiendo que vendrá, y un amor para abrazar en las noches de lluvia.

Yo soy una de esas, de las que todavía cree.