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sábado, 16 de agosto de 2008

El dia que el tiempo se detuvo




Ayer fue el día, el que estaba escrito en el destino de ambos, supongo.
Después de que Liliana me pasara a buscar por Palermo y de que hiciéramos un largo recorrido hasta llegar a provincia, demoradas en un tránsito insoportable de hora pico, llegamos.
A los diez minutos, cuando yo recién me aclimataba a esa sensación de estar a punto de ver a mi viejo, escuché el ruido del portón que se abría, y a Liliana diciendo: Ahí llegó.
Salí al jardín, para verlo entrar.No lo pensé, sólo mis pies se trasladaron hasta esa puerta detrás de la que aparecía manejando su auto.Su cara se iluminó al verme.No se si la mía, porque estaba como dormida, como si me hubieran golpeado.Se bajó del auto y me abrazó. Y el tiempo se detuvo.Eramos él y yo en medio del jardín y de un abrazo.¿Hoy?¿Ayer?¿Hace 6 años? Sentí que no habían pasado 2400 días sin verlo.Salvo porque lo encontré más lindo y mucho más delgado, el resto estaba igual.Hubo un silencio extraño que siguió al encuentro, y que nos acompañó hasta que Liliana arremetió con comentarios salvadores Después las brasas cocinando el asado, y la mesa que nos tenía a los tres poniéndonos al día.Dijo tanto, contó tanto, y tan junto, que todavía tengo que desmenuzar el relato.Me habló de mi hermano que fue papá, y de que mi sobrino es igualito a mi, de mi otro hermano y lo enamorado que está de su flamante mujer.De mi hermana, a la que más le cuesta asimilar toda esta historia de la que yo formo parte. De los intentos de los tres para que se arregle con la madre, la misma madre que durante años le impidió que me viera.La que nunca le dijo: Tenés una hija, llamala. Y después mis reproches, pero que no sonaban igual que cuando tenía 27 y lo vi aparecer después de 22 años, sino que sonaban tan adultos, tan racionales, que me sorprendí. Liliana, al escucharme, solo pudo expresar en voz alta: Te juro que otra no estaría acá sentada, lo más fácil hubiera sido que tuvieras un enorme rencor hacia tu padre. Pero no, no había rencor de mi parte.Sí un enorme arrepentimiento de parte de él.Sí el llanto en sus ojos y la voz entrecortada.De mi lado, el perdón, el decirle que "ya está", que la gente se equivoca, y que él tiene una forma particular de amar, que yo no soy quien para juzgar si buena o si mala, y que a pesar de todo, es mi papá, imperfecto, con actitudes egoístas, con ausencias, pero mi papá. Terminé racionalizando todo tanto, pero tanto, que puse en mi boca una suerte de explicación para lo que él había hecho conmigo.Y él enmudeció.Lo último que agregó fue: Me asombra verte tan madura.
La cena fue divertida, llena de anécdotas de este tiempo que no compartimos.Le regalé el cuento que había escrito para el concurso, y lo leyó.Me dijo que era brillante (hoy entiendo que exageró), y que mi hermano hace cuatro años que está escribiendo un libro y que la historia se desarrolla en Paraguay, por lo cual ya viajó varias veces. Me emocioné pensando en ese hermano al que adoro aunque no vea, empeñando su tiempo frente a una computadora escribiendo una historia, en un tiempo paralelo al mío.Mi hermana escribe para un diario de la costa, ahora que se recibió de periodista.Pensé en que todos habíamos heredado los genes de él, e imaginé nuestros nombres, con el mismo apellido, en la tapa de algún libro en un futuro no tan lejano.

La sobremesa se prolongó viendo fotos del casamiento de mi hermano, en el que hubiera querido estar.Cada foto era una lágrima contenida en mi interior, y equivalía a cada palabra que le hubiera dicho a cada uno de ellos si los hubiera tenido delante en ese momento. Descubrí que hay un amor al que no me acostumbro, ese amor fraternal que me fue ajeno por tanto tiempo.Recordé lo maravilloso de esa sensación que descubrí al conocerlos, y me pregunté por qué hoy no nos hablábamos.No encontré respuesta, más que la lógica absurda de que al distanciarnos mi papá y yo ellos habían quedado omitidos como por asociación.Ahora ellos no sabían de mi presencia en esa casa, ni de esa cena.Yo era tabú para ellos como ellos lo eran para mi mamá.Eramos un gran secreto, pero sin duda, eramos parte en la vida del otro.

4 Blondas y algunos rubios no se callaron:

LDB dijo...

Impresionante emoción.

Anónimo dijo...

Hey Blondie
Que dia tuviste eh?
Con respecto al concurso, no te deprimas. Pensá en lo bien que te hace sentir escribir y si estás convencida de que es lo tuyo, entonces dale para adelante.
Yo no entiendo mucho de critica literaria y eso. Solo te puedo decir si me gustó o no lo que leí, y tus historias me gustaron (aunque mi preferida era la de la amnesia, snifff ...).
Una vez leí que a la autora de Harry Potter, en la primera editorial donde presentó el libro, le dijeron que se dedicara a otra cosa ... y mirá ... . Asi que estimada, no te me vas a venir abajo por eso.
Con respecto a la reunión con tu viejo, veo que la cosa marcha. Hablar con el y empezar a sanar las heridas te va a dejar mas tranquila y mas contenta. El reencuentro con tus hermanos no puede estar lejos. Estás sumando afectos, no está bueno eso?
En fin, yo creo que mirando para atrás, hoy fué un buen día, porque a pesar de todo seguís intentando.
Te mando un abrazo.
Any

Blonda dijo...

Juani: Creo que me quedé corta...
Gracias por volver, jeje
Besos


Any:Lo primero que pensé fue que hubiera pasado si elegía el otro cuento, pero la vida está basada en decisiones.Tal vez haya elegido mal, tal vez el otro hubiera sido peor,quien sabe.Igual sigo firme junto a mi vocacion.Esto tiene que ser sólo una piedra mas en el camino.
Quizás el encuentro con mis hermanos esté cerca, no se, tal vez ellos no quieran verme.Lo importante es que estoy tratando de reconstruir una parte derrumbada de mi vida.
Gracias por tus palabras.
Besos!

Olivia Dupit dijo...

Admiro la sinceridad de tus palabras Blonda.. Entiendo lo que te pasó a la perfección, porque yo pasé por algo similar.
Quiero leer más! =) besote.