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martes, 19 de agosto de 2008

El Rubio perfecto



La historia se remonta al viaje a Bariloche.Si bien hace bastante de esa época tengo los recuerdos nítidos, supongo que por lo importante que fue para mi.No precisamente por el viaje con mis compañeras, sino porque en Bariloche me enamoré, y me enamoré en serio.
Pasó en Cerebro, el super boliche de aquella época, junto con Grisú.Si recuerdo como estaba vestida, juro que lloro de la risa.Tenía puesto un vestido trapecio, sin mangas, color turquesa (color que siempre me gustó), medias negras, zapatos negros de charol y un colgante enorme en forma de flor.Era de tan mal gusto que los pétalos podían usarse de cenicero, eran de metal, grandes y con la forma justa como para sostener un cigarrillo sin que se caiga. Estábamos en uno de los tantos pasillos de Cerebro bailando con tres amigas, cuando se acercan dos tipos a hablarnos.Uno petiso y feo y un rubio simpático y lindo.Muy lindo.Se nos ponen a hablar en una típica charla de levante barilochense.El rubio:Mauricio, el petiso: El sapo (asi se presentó, y su cara bien valía el apodo). Cuando estábamos en plena charla, se acercó un tercer amigo: El Rubio.Alto, buen cuerpo, cara perfecta, ojos verdes,camisa blanca, y pantalón de cuero negro, que para la época era sinónimo de tenerla clara en la vida, además de ser "cheto".Fue cosa de acercarse y quedarnos los dos con la mirada fija en los ojos del otro.De pronto, sus amigos y las mias se hicieron humo, y quedamos él y yo.Yo temblaba como una hoja, muerta de timidez."Un tipo así no puede estar hablándome tanto tiempo", era lo único que yo pensaba, mientras él me invitaba a sentarme en los reservados a tomar una cerveza. Debemos haber hablado cuatro horas, por lo menos, y antes de que se terminara la noche, vinieron los besos, de sueño, de película de sábado a la tarde.Me dijo que me buscaba al otro día en el hotel, pero eso era Bariloche, y él era demasiado perfecto como para creerle.
Al día siguiente, excursión.Típica excursión en catamarán que nadie recuerda y que todo el mundo usa para dormir porque el tiempo de sueño es poco... Después de la excursión, ducha,y cena multitudinaria en el hotel.En medio de las milanesas con papas fritas, entra el tipo de la recepción y grita: ¿Hay alguna de nombre Blonda?
Las caras de mis compañeras se giran hacia mi.Levanto tímidamente la mano, y digo: Yo.
El de la recepción agrega: "Te busca un muchacho (dijo muchacho) en la entrada.Ahí vino el grito de mis compañeras: "uhhhh"
Y me levanté, llegué a la entrada y lo vi.Sonriente, esperándome.Desde ese día no nos separamos más, por bastante tiempo.



3 Blondas y algunos rubios no se callaron:

Anónimo dijo...

Viaje a Bariloche, Cerebro, Grisú, que buena época!
Me matan los rubios, tengo una cuenta pendiente en ese terreno ... ojitos verdes, cara de angelito ... .
Será que el rubio te va a alegrar los próximos dias ???
Ojala.
Besos
Any

Blonda dijo...

Any: Tal cual, que buena época!!!Este era tal cual.La perfección hecha ser humano...jajaja. Y eso que a mi me gustan más morochos que rubios,pero éste...puff! Te paralizaba!!!
Ojalá fuera él quien apareció, pero es mi amigo de aquél entonces, y ni siquiera tiene contacto con mi rubio.Pero lo bueno es reencontrarme con él, además me dijo que al resto del grupo los sigue viendo, asi que va a ser increible volver a juntarme con ellos. (te cuento entre nosotras que eran uno mas lindo que el otro!)jajjajaj

besotessssssssssssss

Akina KIO dijo...

Te juro que se piantó un lagrimón...De chico uno amaba de una forma más tierna, con menos reparos, después los golpes nos van poniendo más mecánicos...Ahora en cuanto a las referencias de Bariloche, ni la más palida idea, jamás fui, debería ir algún día...