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miércoles, 6 de agosto de 2008

Black dress





Como a la noche tenía cena con las amigas del alma en lugar paquetón cerca del zoo, me estrené mi vestido negro que dormía colgado en un percha hace dos meses.
Son esas prendas que compramos pensando estrenarlo en alguna cita especial, o que cumplen la función de aplacar la angustia.La compra compulsiva y la recompensa de la ropa con etiqueta y olor a nuevo a veces nos hacen olvidar de alguna pena.Este es el caso de mi vestido negro, el consuelo de alguna tristeza.
Es sexy, obscenamente escotado, no muy corto, y con las botas altas negras me hizo sentir capaz de conquistar el mundo con un pestañeo.

Cuando subí al 130 para ir al restaurante donde cenaría con mis amigas, descubrí que en uno de los asientos, casi al final del colectivo, estaba sentado Matias (ya conté que me lo crucé varias veces en el centro y que compartí una convención con él a fines de Julio).
Cuando me vio me hizo señas de que ocupara el asiento vacío que estaba a su lado.
Lo primero que me dijo fue que estaba muy linda,y preguntarme si salía con alguien (los hombres piensan que sólo nos arreglamos para ellos, confirmado).Le conté que con mis amigas, cena de mujeres,dije.
Lo segundo que dijo fue : No te llamé porque tuve que viajar por trabajo.
A mi ni se me había ocurrido preguntarle nada, pero me pareció un buen gesto el querer excusarse.
Acto seguido, me preguntó por que no lo había llamado yo.
" No tengo tu teléfono", dije y agregué "tampoco te hubiera llamado".
Podría haberle dicho que si él me había pedido el mio y mi celular no había sonado sería simplemente porque él así lo quiso, pero en lugar de hablar, sonreí.
Yo me bajé a los quince minutos, por lo cual la charla fue bastante breve.
Antes de bajarme me dijo:

-¿No vas a anotar mi celular?

- ¿Para qué, si vos tenés el mío?- respondí

Siento que dije lo que sentía. No lograba nada con anotar su teléfono y tentarme alguna vez de llamarlo. En ese caso, jamás sabría si él realmente tenía ganas de hablarme.En cambio ahora, el día que suene mi celular tendré la certeza de que él quiso llamarme.



Quien sabe por qué en estos días estoy siendo particularmente sincera.Descubrí que eso logra incomodar al otro,como si viviéramos ensayando una conducta, repetida, que al verse alterada por una palabra fuera de lugar nos deja en pausa, sin saber que decir.
Si no soy sincera, si genero una parodia sobre mi persona, si me pinto como la mina perfecta, seguramente consiga más de lo que tengo hoy, pero la pregunta es: ¿Qué gano con vender algo que no soy?

3 Blondas y algunos rubios no se callaron:

*Alfa* dijo...

Blondita, ya sabemos que no se gana nada interpretando un papel q no es el nuestro. Me alegra muchisimo que te des cuenta de esto y que puedas verbalizar todos tus deseos, es un muy buen punto el poder identificarlos para despues ir en busca de lo concreto.
Leo estos ultimos post y me doy cuenta que tan lejos quedo ya Ramiro, me puse a revisar para ver cuanto hace que ya no escribis sobre el, me doy cuenta de que aparecio un Matias, un A y que puede aparecer un X o Z tambien...
Este cambio de actitud merece un aplauso... y de pie!!!! jajaja
Besotes!!!

Ni fu, Ni fa dijo...

Blonda!!! muy bien por esa actitud! mil felicitaciones a ti.. parece que te estas respetando y haciendo respetar.. lo cual es buenisimo!!! que sigan esas ondas! yo hace un par de horas rendi bien mi segundo final en una semana.. y eso es tb muy bueno.. o por lo menos para mi y para mis proyectos.. asi que brindamos otra vez? ajaja Besotes!

Blonda dijo...

Alfa: Yo también me asombro al pensar en que punto del camino se va quedando Ramiro y en que punto empieza a cruzarse gente distinta.
Igual, cada vez me gusta más mi solteria!!!
Gracias por los aplausos ;)
Beso!!


Ni fu, ni fa: Volvamos a brindar por ambas, para que venga una seguidilla de cosas buenas!
Besos