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lunes, 4 de agosto de 2008

Fin de semana agotador (Parte dos)





La charla con A fue bastante larga, con los típicos ingredientes de un primer chat: el descubrir las intenciones detrás de las palabras y los emoticons, el doble sentido encubierto, el rozar siempre las preguntas sobre sexo, la búsqueda de coincidencias de donde agarrarse para creer que el que está del otro lado es todo lo que uno siempre soñó y que por fin está delante nuestro, cruzándose en el camino.
De tanto machacar en terapia para derribar la idea de cuento de hadas a la que siempre fui adicta, no pude más que reflexionar ante el descubrimiento de A y concluir en que para ser mi príncipe azul va a tener que pasar el examen de ingreso, con test de dibujos incluidos y hasta placa toráxica.Injusto o no, es algo que nos sucede a todos y a todas.Después de una seguidilla de malos encuentros amorosos colocamos una suerte de enrejado protector, un vallado con alarma anti robo, blindaje y varios candados inviolables que el indicado deberá convencernos de abrir a su determinado momento. Mientras tanto, es un lugar aislado, pero seguro.

En medio de la charla con A, se conectó Gretel, frustrada por quedarse un sábado adentro cuando tenía ganas de salir (mas o menos como yo), sumando una nueva frustración al romper su dieta semanal bajo la tentación repentina y de madrugada de comer papas fritas de paquete acompañadas de un vaso de fernet. ¿Por qué será que las mujeres podemos matarnos a dieta durante 7 días completos para después aumentar los 400 grs que bajamos en un par de bocados que suplantan la angustia de un sábado hogareño? ¿Será que una porción de comida llena de grasas trans nos hace sentir un poco más felices cuando estamos al borde de la crisis de angustia?¿Son las calorías una especie de antídoto contra la mitad de la cama vacía en una noche de lluvia?
Uno de los tantos enigmas femeninos que jamás tendrá una única respuesta.

Después de pensar en la posibilidad de A como el Mc Gyver de los desencantos amorosos y en el poder sedativo de un volcán de chocolate , me fui a dormir, sola.

0 Blondas y algunos rubios no se callaron: