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domingo, 29 de junio de 2008

Fiesta de cumpleaños


Ben se acaba de ir.

LLegó antes que yo, apenitas pasadas las doce de la noche,y tuvo que esperarme.

Apenas me bajé del taxi, me apoyé contra la ventanilla de su auto para decirle Feliz Cumpleaños.

Se bajó y me dio un beso, y un abrazo.

Y nos quedamos mirándonos unos segundos.

Calculo que a él se le pasaron por la cabeza las mismas cosas que yo.

La primera, era que hacía bastante que no nos veíamos.

La segunda, era que después de casi dos años, lo siguiéramos haciendo.

Apenas abrimos la puerta del depto. se quedó mirando el naranja de mis paredes.Cuando él había venido por última vez, todavía estaba pintado con los colores que había elegido el propietario anterior.

Busqué su regalo y se lo di.Me llenó de besos, mientras decía que era la primera remera de manga larga que tenía.Me alegré de saber que le había gustado.

Le dije que no se moviera, que la sorpresa seguía, y saqué de la heladera la mini torta con una velita que le había comprado a la tarde.

Me hizo cantar el Feliz Cumpleaños al mejor estilo Marylin Monroe, cuando le canta al presidente.Era raro estar con sosteniendo la torta, y cantando la canción, mientras él pedía tres deseos.No por ser raro dejaba de ser un lindo momento.

Quise abrir el champagne, pero me dijo que no le gustaba, y que si no había cerveza, tomaba jugo.

Así que fui a la cocina a servirle y me interceptó en el camino, cuando estaba por abrir la heladera. Nos quedamos abrazados, uno sobre otro, contra la mesada, dándonos besos.En eso escuché sonar su celular.Le dije que atendiera, que era su cumpleaños, que estaba todo bien en que lo abriera delante mío.No quiso.Dijo que para leer mensajes tenía todo el día.Insistí, pero siguió empacado en su respuesta.Recién al rato pude convencerlo.Nunca me dijo quien lo mensajeaba, ni tampoco escribió respuesta.Supuse que era alguna chica, y entendí que era lógico que así fuera.

Recién después fuimos al cuarto.

Prendimos la tele y nos acostamos al lado de la estufa.

La última vez que miré la hora, cuando sintonicé la radio en el aparatito nuevo que me instalaron de Cablevisión, era la una de la mañana.

Si hay algo bueno de Ben en materia de sexo es que se toma tiempo para cada cosa.Con él, yo ya me meto en la cama sabiendo que voy a disfrutar, y eso no es poca cosa.Creo que a esta altura ya nos entendemos y nos conocemos lo suficiente,y eso también es una gran ventaja, sin descartar el tema de la confianza, que nos permite probar las mil y una posiciones sin ninguna timidez.

Cuando entre sexo y besos escuché la voz del locutor diciendo la hora, no podía creerlo.Las tres de la mañana, y recién íbamos por el primero.Pensé para mis adentros,que eso era lo bueno de cumpliera veinticuatro años.

El segundo fue más breve, pero no menos intenso.

No se por qué motivo este encuentro fue distinto a los demás.Si habrá sido porque mientras hacíamos el amor desenfrenadamente, hubo tiempo para que repetirle que le deseaba Feliz Cumpleaños, o porque esta vez realmente había sido la mejor.

Noté que habían pasado algunos meses desde la última vez, y pensé que esa mejoría en materia sexual tal vez se debiera a la práctica que había tenido con su ex.Solo por un momento me detuve a pensar en eso.Después,preferí concentrarme en las cosas lindas que siempre me dice.

Cuando lo vi caminar desnudo hacia el baño,me di cuenta que en ese tiempo, además de haber estado con otras, había engordado, y tenía pancita.No solo no me importaron esos kilos de más, sino que me alegré de que eso no modificara mi deseo en absoluto.

A las cinco de la mañana me dijo que tenía que irse, porque se levantaba a las ocho para ir al supermercado a comprar las cosas para el asado del mediodía.

Antes de dejarlo ir, le dije que me dijera su apellido.Que no podía ser que él de mi supiera mucho más que lo que yo se de él.No quiso.Le dije que yo era buena, y que no tenía por qué negarse conmigo.Dijo que era cierto, que yo era super buena, pero que me iría contando de a poco.Así que lo único que me dijo fue que Ben es su tercer nombre, y que desde hace relativamente poco que lo usa. O sea, que en realidad tal vez me había acostado todo este tiempo con un Martín,sin saberlo. Prometió contarme todo para mi cumpleaños.Y me reí, pensando lo reservado que es.

Lo acompañé a la puerta,donde nos despedimos prometiéndonos hablar, como siempre.Después lo vi manejar hacia Av Congreso.

Cuando subí, vi las sábanas arrugadas y las almohadas por el piso y me alegré por él, porque había pasado el cumpleaños tal como lo había elegido.

No me alegré demasiado por mí, porque aunque Ben, al que adoro con el alma, acababa de irse de mi casa, yo pensaba en Ramiro.

2 Blondas y algunos rubios no se callaron:

Anónimo dijo...

Me encanta Ben y tengo que hacerlo publico!!! jajajajaja
Besoss

Blonda dijo...

Alfa: Eh!!! Lo tuyo es voto cantado!!!!
Asi no vale!
besos.