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domingo, 22 de junio de 2008

Cada vez más juntos


Las mujeres solemos tener esa ropa que está separada para ocasiones especiales, que está clasificada como la de "la buena suerte".
Yo tengo una remera en la gama de los grises, que es la del buen augurio.
Cada vez que la usé me fue bien, así que decido usarla esta noche.
Me plancho el pelo, me delineo los ojos de negro, y lleno mis pestañas de rimmel.


A las doce de la noche llego a lo de Fer.
Descubro que Ramiro aún no llegó, y que los que están ya tuvieron tiempo de emborracharse.
La mesa está ocupada con seis de mis compañeros que juegan al truco.
Entre ellos está Leandro.
Justo cuando llego, una de las chicas dice que no quiere jugar más, así que la reemplazo.
Por suerte, me toca entrar en el equipo ganador, y con un "quiero vale cuatro" definimos el partido.

Suena el timbre.
Alguien pregunta quien vino.
Fernando contesta que es Ramiro.
En mi interior sonrío.
Sube con dos personas más.Un hombre y una mujer, muy jovencita, disfrazada de colegiala años setenta.
Pienso que vino con la novia, y por un instante me arrepiento de haber faltado al cumpleaños.
El alma me vuelve al cuerpo cuando me dice:

- Blonda, él es Román, un amigo y ella es Romina, mi hermana.

Sonrío, y ella también.Recién ahí puedo darme cuenta que es linda y de que tiene las pestañas tan largas como las de Ramiro.

Veo que él va hacia la cocina, y desde allá me llama.
Voy.

Lo veo con dos vasos en la mano.
Me dice, dándome uno:

- Traje Gancia.Te preparé un vaso para vos.No se si te gusta.

- Me encanta, gracias - contesto

La verdad es que no se si me gusta, pero creo que lo hubiera tomado igual con tal de no despreciarlo.Reconozco que igual está rico.


Ya nadie juega al truco.Están todos en el cuarto de Fer bailando con la música a todo lo que da.
Me sumo.Seremos como veinte personas amontonadas en una habitación de tres por tres.
El alcohol va surtiendo efecto, y ahora, el resto baila en el living, mientras que quedamos Román, Ramiro, Romina y yo, con el micrófono de la computadora, improvisando un Karaoke con los temas que van sonando.Ellos cantan y nosotras hacemos los coros.
Siento que tengo veinte años denuevo.Ellos, de verdad los tienen.


Ramiro no me deja sola ni un segundo.
Si no estamos cantando, me agarra para bailar.
A las cuatro de la mañana, algunos ya se fueron.Los que quedamos, decidimos ir al cumple de Mariano, que lo festeja en Palermo.
Me pongo la boa roja, y reparto las pelucas.
Cuando Romina me ve, me dice que estudia actuación y que justo está necesitando una boa de plumas para hacer de cabaretera, y que averiguó y que cuestan como ochenta pesos.Le digo que ni loca se la compre, que yo se la presto.Está contenta como si le hubiera dicho que le doy las llaves de mi casa o un cheque en blanco.


Bajamos y comenzamos a subirnos a los autos.
Cuando estoy por subir en el que va Ramiro, un Peugeot se para a mi lado.

- Subí, vamos - escucho

Es Leandro.
Me subo.Cada vez que paramos en un semáforo veo la cara de Ramiro que me mira desde el asiento trasero del auto de Bruno.

0 Blondas y algunos rubios no se callaron: