La incógnita

Un día que no recuerdo cuando, en la oficina, me dice Daniel que un hombre llamó a mi casa preguntando por mí, y que él le dijo que yo me había mudado.
Lamentablemente, no recordaba el nombre del tipo en cuestión.


Otro día, de este 2008, mientras estoy frente a la pc, me llega una invitación de un contacto al que desconozco.
Por costumbre, acepto.
Cuando empezamos a chatear, siento miedo.
Me conoce, sabe cosas mías como donde trabajo, que estuve en Ushuaia, y que me mudé.
Descubro que es Lucho, al que en un momento, después de haberme peleado tanto, decidí bloquear en el Msn.Esta vez, me habla desde una dirección de mail nueva.

Cuando empiezo a entender, le pregunto si fue él quien llamó a mi antigua casa esa vez, y dice que si.La verdad es que a esta altura no recordaba haberle dado el teléfono.

Está cambiado, no es agresivo, sino todo lo contrario.
Podemos mantener un diálogo normal,contra todas las probabilidades.
Dice que ya no es el mismo de antes, que su vida hizo un click.
Hasta me pide disculpas y tolera que le reproche los malos momentos de chat que me hizo pasar.

A partir de ahí, y durante un mes o mes y medio, mantenemos un diálogo sano y amistoso, todos los días.

Lucho, es como una gran incógnita a averiguar.