Almorzamos juntos.
Yo descubro, que es la primera vez , desde el sábado con Fernanda, que voy a volver a comer.
Cuando me enamoro, mi estómago suele cerrarse,como si fuera un acto reflejo.
Vamos a Burguer King y pedimos dos hamburguesas de la que yo como solo la mitad.
Hablamos mucho, de todo,como siempre.
En un momento Ramiro dice algo, que a priori suena genial, pero que supongo que transmite algo que solo su mente entiende:
- Vos tendrías que conocer a mi viejo.Es un genio, te morirías de risa.Le voy a decir que un día de estos me pase a buscar para ir almorzar y vamos los tres.
Sonrío, porque la verdad es que no se que decirle.
¿En concepto de qué podría integrar yo esa mesa de almuerzo?¿De compañera?¿De amiga que le lleva 11 años?
La idea retumba en mi cabeza durante el resto del día.
Más tarde dice:
- Estaría bueno que hablaras con mi hermana.Viste como es Romi, y creo que le haría bien una charla con vos que tenés las cosas tan claras.
Bueno, parece que piensa que tengo las cosas claras.Si supiera las cosas que dan vueltas en mi mente y para las que no descubro qué hacer, estoy segura que cambiaría de idea.
Por otra parte, si sumo lo que dijo del padre a lo que acaba de decir de la hermana, pensaría que no contento con verme todo el día, intenta involucrarme con el resto de la familia.
La verdad, que me resulta extraño.
Para rematar el día, me dice:
- Te traje algo para que veas.
Entonces, saca del cajón del escritorio, una tarjeta amarilla hecha en cartulina que tiene impreso en el frente una mano chiquita en color verde, como con tempera.La leo, y veo que dice "Feliz día papá.Miranda".
Es de su hija, y me emociona.
- Quería que lo vieras, por eso lo traje - dice
Su padre, su hermana , su hija.
¿Y él?¿Para cuando?
0 Blondas y algunos rubios no se callaron:
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