En mi escritorio hay dos sillas.
Están fijas e inamovibles, como si siempre ese lugar hubiera estado ocupado por dos personas.
Son nuestras sillas.
Es nuestra computadora.
Es nuestro mueble.
Es nuestra hora de almuerzo.
Es nuestro recreo para fumar.
Todo de a dos.
Hasta nos avisamos cuando vamos al baño:"Hago un pichin y vengo" o " No tardes mucho que me quedo solito".
El viernes a la mañana,escucho que uno de los chicos está haciendo planes para la noche.
Finalmente deciden que a las 23 hs nos encontramos en la casa de Obi.
Por suerte no tengo ningún plan , y ese es el mejor que podría haber surgido.
A las seis de la tarde, veo que Ramiro agarra sus cosas para irse.
Viene a mi escritorio a saludarme.
-¿Vas hoy, no? - dice
-Si,claro.¿Vos? - pregunto
- Si, si, también - contesta
Me saluda.
Cuando está llegando al ascensor se da vuelta y guiñándome el ojo me dice:
- Reina, te prometo que hoy la vamos a pasar todavía mejor que el otro día.
Su propuesta suena más que interesante.
0 Blondas y algunos rubios no se callaron:
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