Al día siguiente nos juntamos en la casa de Betty para nuestra primera reunión.
Yo voy con la ropa con la que fui a trabajar.Pienso que de ahora en adelante no voy a poder ir ni siquiera al almacén de los chinos sin los tacos aguja.Ese es el único problema de que a uno le atraiga el vecino.
Estamos reunidos más de dos horas.
Cuando ya no tenemos tema para tratar, y estamos en la puerta despidiéndonos, se me ocurre algo y le digo:
- Beto, ¿vos de casualidad no tendrás un taladro?
- Si, tengo.¿Lo necesitás? - contesta
- ¡Qué bueno! Es que compré un cuadro y aún no lo pude colgar. ¿Vos me harías ese favor? - pregunto
- (mirando el reloj) Hagamos así, voy al gimnasio, y cuando vuelvo te toco timbre.¿Te parece?- dice
- Me parece. Mil gracias. -digo sonriente
Beto se va al gimnasio, y yo entro a mi casa.
Calculo que tardará por lo menos una hora en venir.
La llamo a Renata para contarle, al mismo tiempo que ordeno, cuelgo el abrigo, prendo los hornitos, y hasta un incienso de canela.
Solo resta esperar a que me toque el timbre.
0 Blondas y algunos rubios no se callaron:
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