Si con Leandro trabajábamos hasta altas horas de la noche, ahora que somos dos, lo hacemos hasta el amanecer.
Dormimos un promedio de tres horas diarias.
Los fines de semana solo damos una vuelta por el centro y comemos algo.El resto, trabajamos.
Alguna que otra vez nos juntamos en la casa de algún compañero de la sucursal, con quienes nos hicimos muy amigos.
Dos veces por semana voy una hora al gimnasio con Alejandra, una chica de la sucursal que tiene mi edad, y con quién tenemos una relación de amistad como si nos hubiéramos conocido de toda la vida.
El clima cambió, y ahora es usual que nieve.
Ver nevar es una de las cosas más lindas que existe en este mundo.
Aunque ya nos acostumbramos, cada vez que nieva, con Daniel nos avisamos.
- Che, está nevando
Y siempre nos emociona, y salimos a sacar fotos.
Después, seguimos trabajando.
Éstamos tan cansados que un día Dani se quedó dormido en la bañadera.
Yo, en el asiento de una recepción esperando que me reciba en su oficina un cliente.
Vendemos lo que venderían cuatro sucursales de la capital.
Y somos solo dos personas.
El agotamiento no puede describirse.
Nos levantamos, trabajamos, comemos, dormimos tres horas, y así cada día.
El tiempo pasa demasiado rápido.
0 Blondas y algunos rubios no se callaron:
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