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domingo, 15 de junio de 2008

El adiós


A partir de esa noche, estuvo claro que había algo entre ambos que siempre iba a quedar pendiente.

También entendí, que por algún motivo, Leandro no podía dar un paso adelante conmigo.

¿Histeria?¿Fobia?

Probablemente, una mezcla de ambas.

Por más que tratara de racionalizarlo, e intentara convencerme de que él no era lo que yo necesito, la atracción seguía, y se acrecentaba con un afecto desmedido.

*****

Los días siguientes fueron más de lo mismo.

Solamente que sin situaciones de borrachera que generaran una pérdida del decoro de mi parte.

Era un señorita, y ni rastros había de esa noche en que a toda costa había intentado retenerlo en mi habitación.
Les hacía el desayuno, cocinaba, les combinaba la camisa con la corbata y hasta les cosí algún que otro botón.

Finalmente llegó el día en que Leandro debía regresar a Buenos Aires.

*****

El vuelo sale de Ushuaia a las 23 hs.

Desde que amanece que estoy triste. La llamo a Renata un par de veces durante el día para que comentarle mi angustia.

Cuando lo veo despedirse de la gente de la sucursal, tengo que encerrarme en el baño para que no me vea llorar.

Lo ayudo a armar la valija y lo acompaño a comprar chocolates y regalos para su hijo.

Todo me lo consulta.

*****

A las 21 hs estamos en el aeropuerto.

Después de hacer el check-in y despachar el equipaje, nos tomamos una cerveza en el bar del hall principal. Brindamos.

Intento sonreir,pero me cuesta.Hago un esfuerzo sobrehumano para no dejar caer un lagrimón sobre la mesa.

Leandro dice que la pasó genial, que fuimos de gran ayuda para que soporte la distancia, que fue un placer trabajar con nosotros, y que hay momentos que va a almacenar en la retina de por vida.

No se a cuales se referirá.

A las 22.15 hs suena por altavoz el primer llamado para embarcar.

Mi angustia es más grande que mi cuerpo.Siento que voy a romperme en pedazos cuando se suba a ese avión.

Realmente lo quiero.

Realmente voy a extrañarlo.

Se despide de Daniel.Lo abraza.Se dan palmadas en la espalda y esas cosas que hacen los hombres. Yo miro hacia abajo para no llorar.

Entonces le toca despedirse de mi.

Dice:

- Blonda,vení.

Y extiende sus brazos.

Me acurruco en su interior.Me abraza fuerte.

Dice muchas cosas, pero de la tristeza que tengo se me bloquearon los oídos, y percibo solamente la vibración de su pecho al hablar, pero no distingo nada.

Ultimo llamado a abordar.

Va hacia la puerta 5.

Se da vuelta todo el tiempo para saludarnos.

La última imágen que tengo de él, es mirándome antes de perderse detrás de una columna.

*****

Daniel pide un taxi.

No hablo. Creo que él se da cuenta del por qué y no pregunta.

El taxi avanza por la ciudad iluminada.

Cuando veo las calles en las que Leandro ya no va a estar conmigo riéndose,lloro.

LLoro fuerte, y entrecortado.

LLoro hasta que me falta el aire.

Daniel, sentado a mi lado , me pregunta:

- Estás así por Leandro,¿no?

- Si- contesto

Y eso es todo lo que nos decimos.

0 Blondas y algunos rubios no se callaron: