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lunes, 30 de junio de 2008

A destiempo




Fui a la oficina con las mismas ganas que si estuviera yendo de vacaciones a Punta Cana.


Me estrené la camisa blanca que me compré el sábado, y que como es talle 1 me hizo sentir más flaca de lo que estoy.Me planché el pelo, me delineé los ojos, me puse un toque de rubor, y salí, dispuesta a llevarme la vida por delante.Pero cuando llegué a la oficina, la vida, y un camión con acoplado, me pasaron por encima.


Todo lo que pensaba NO hacer, y NO decir, se evaporó de mi cabeza en el instante en que lo vi.


Ni hablar cuando escuché su voz y vi como me miraba.


Y eso no fue nada.


Al ratito de estar en la oficina, Ramiro bajó a fumar con otros tres compañeros nuevos.


Cinco minutos después,bajé yo con Serena y Felipe.


Quedamos en dos grupos de fumadores distintos,cerca, pero no juntos.


Yo estaba hablando con mi grupito, cuando se dió vuelta, me miró a los ojos, y me dijo:


- Blonda, te necesito.


La cara de Serena, que sabe todo lo nuestro, fue increíble.


Yo sabía que él se estaba refiriendo seguramente a algo laboral, pero no dejaba de pensar que podría haber usado otra palabra menos comprometida.Digamos que "te necesito", era demasiado para mis oídos.


La tarde siguió como siempre, juntos en mi escritorio.


A la hora de salir, con paro de subte de por medio, me preguntó si me tomaba el tren con él.


Agarré las cosas y salí.


Lo primero que me dijo cuando me puse el tapado beige fue:


- Te dije mil veces que amo tu abrigo,¿no?


Y ahí salimos caminando,como si nada, como dos compañeros de trabajo.


Hablamos de cosas de la oficina, hasta que yo, contándole un relato intrascendente, le dije:


- Es una paparruchada.


Esa palabra, desató una carcajada de su parte y un consecuente abrazo en la vía pública rematado de la siguiente frase:


- Qué pena que estemos a destiempo.


Puse cara como de quien ve pasar una mosca, y seguí hablando como si nada,pero la realidad es que en las diez cuadras siguientes lo único en mi mente eran esas seis palabritas,que me daban vueltas y vueltas.


Cuando subimos al tren, se le ocurrió preguntarme por mis ex novios.Le conté de algunos, y me escuchó atentamente, y hasta opinó.Cuando terminé de hablar noté un silencio,y lo noté pensativo.Entonces arremetí.


- ¿Qué me quisiste decir con eso de que estamos a destiempo?


Sonrió.


Me miró y me dijo:


- Yo no tuve la opción de elegir.Ella quedó embarazada cuando estábamos por separarnos.Ella fue la única novia.¿Entendés? Nunca pude compararla.Hoy se que si tuviera la posibilidad de elegir te elegiría a vos.Vos sos la mina ideal, la que siempre soñé. Pero la realidad es que tengo una novia y una hija y no puedo darte nada.


Como vi que lo que decía era lo que yo estaba esperando escuchar, o probablemente mucho más, pisé el acelerador, y dije:


- A mi no me importa que me hables teniendo en cuenta el contexto, me importa que me digas lo que te pasa realmente, más allá de todo, saber lo que sentís.


- ¿Te das cuenta que me tengo que bajar en la próxima? -contestó


- No importa, decime -dije


- Pero ya me bajo -insistió


- Ese no es problema.Me bajo con vos.


Y así hice.Me bajé para poder terminar la charla que tanto había esperado.

2 Blondas y algunos rubios no se callaron:

Anónimo dijo...

ah nooo vos nos queres matar!
yaaa necesito que siga este relatoooo
que nervios dios jaja...
espero una charla con todas las letras, que diga TODOOO!
besos!

Blonda dijo...

Julita: La estoy escribiendo!
Tampoco esperes demasiado...tengo mas dudas que antes!
besos!