Conociéndonos más

Los días siguientes, nuestro diálogo se va incrementando.

Cada mañana, cuando lo saludo, además de sonreír me llama Reina, o Bonita, o alguna palabra del estilo.

Cada vez que baja a fumar, me avisa, y ahí es cuando más hablamos.

Me entero que él es uno de los que contrataron para trabajar también los fines de semana.

Dice que está feliz, porque deseaba entrar a esta empresa y porque además , comparado con la empresa en la que estaba antes, esto es la gloria, empezando por el sueldo.

Me entero de que además de una hija, tiene una novia, que es la madre de su hija. Cuando ella tuvo a la beba tenía solo 19 años. El, uno más que ella.

Tiene un modo de hablar increíblemente dulce.

Cuando hablamos de cine y le pregunto qué películas le gustan, me cuenta que prefiere las comedias y sobre todo las de amor. Ese dato me enternece. Creo que jamás conocí un tipo que reconozca que disfruta de las películas románticas sin pensar que por eso va a ser tildado de gay.

Vive por Belgrano, bastante cerca de mi casa y tiene varios hermanos.

Su novia es empleada en un restaurante, y trabaja de noche, por lo que tienen horarios inversos.

Cuando habla de su hija, se le ilumina el rostro. Se llama Miranda.

Me pregunta por mi vida, y le cuento bastante.

Los últimos días de la semana, me consulta más cosas que las habituales.

Cuando alguien del grupo me pregunta algo, escucho que él siempre agrega frases como:

- Preguntale a ella que es una diosa ó

- Ella seguro lo sabe, y seguro te va a ayudar porque es "lo más".

No creo ser lo más, ni ser ninguna diosa, pero es muy lindo que alguien, de vez en cuando, me lo haga creer, al menos por un ratito.