La charla que tengo por teléfono con Sami me deja pensando,mucho.
Sami dice que no puedo correr el riesgo de estar embarazada, que todo bien si yo a Ramiro lo conociera hace más tiempo, o si estuviéramos juntos hace unos meses, pero que por una noche cargar con un hijo toda la vida es una locura.
Parece que existe una pastilla para tomar en esos casos.Yo la desconozco, porque nunca corrí este tipo de riesgos.
Sami dice que vaya a la farmacia y me deje de joder.
Corto con ella.
Sigo sin moverme de la cama.
Mi mente es un torbellino.No, es un Tsunami .
No entiendo donde estoy parada.
No me reconozco en esa falta de acción , salvo para pensar.
Pienso, pienso y pienso, y van pasando las horas.
A las seis de la tarde, mensaje de Sami:
- ¿¿Ya la tomaste???
- No, ahora llamo a la Farmacia - contesto
- ¡YA! -escribe ella
Busco en la guía barrial alguna farmacia con entrega a domicilio.
No estoy dispuesta a cambiarme, ni a salir de casa.
Pienso que si no me la traen, no la tomo.Hasta ese punto llega mi inercia.
Dos horas después,tengo la pastilla en mi mano.
Dudo varias veces antes de tomarla.
Tomarla es mucho más que ingerir un comprimido.
Es tomar conciencia, de mis actos y de lo que quiero.
Y para procesar eso,necesito mucho más que un vaso de agua.
1 Blondas y algunos rubios no se callaron:
Se van aclarando mis dudas planteadas en posteos anteriores...
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