Me da asco cuando acerca su mejilla para saludarme.
Creo que él lo percibe, aunque intento disimularlo.
Quisiera poder mentirle y decirle que se equivocó de persona, que yo vengo a ver a una amiga del cuarto piso, pero recuerdo que él vio muchas fotos mías, así que es imposible. Sabe que soy yo, la misma que le decía que lo extrañaba.
Siento una desilusión inmensa.Todos mis castillos de arena fueron devastados por un gran huracán, en menos de diez minutos.Me siento tonta, ingenua.Una total y absoluta imbécil por haber creído que alguien podía ser sincero detrás de un monitor.
¿Quién pudo haberle dicho que se parecía a Birabent?¿ Un ciego,un enemigo, una abuela internada en un geriátrico?
Tengo que tratar de aguantar media hora y después invento cualquier excusa y me voy,pienso y con eso intento consolarme. Tarde o temprano el martirio terminará y estaré sentada al calor de mi casa enfundada en mi pijama.
Subimos casi sin hablarnos.
Algo creo que él dice, en realidad, pero no lo registro.
Abre la puerta de su departamento.
Es tan feo como él.
Las paredes que según él estaban pintadas de celeste intenso, descubro que son grises. Los marcos de las puertas que en su imaginación eran violetas, son de un marrón tristísimo. El espejo que cubre toda una pared, no es un espejo moderno,sino de esos con manchas que se usaban en los años cincuenta y además está rajado. El sillón es de pana verde oscuro y por algunos sectores se escapa parte del relleno.
Siento naúseas. Quiero vomitar.Mucho más cuando lo miro.
Tiene el pelo largo,oscuro, atado en una colita. Le llega a la cintura.Cuando miro su cabeza descubro que son más o menos cuarenta pelos los que tiene, y que sus raíces acumulan suciedad y grasitud de una semana por lo menos.
Tiene puesto una remera de manga larga color azul marino, con unas manchas en la parte de adelante que imagino que serán del tuco del mediodía.
El pantalón que usa es de jean,con unas costuras color naranja flúo en el costado.
Lo único normal son sus zapatillas. Negras, supongo que para disimular la mugre.
Voy a la cocina a dejar el tiramisú.
Habla:
- Lo pongo en la heladera,para después de cenar - dice
Respondo con rapidez mental:
- No me siento muy bien, no voy a comer - digo (en realidad tengo miedo de que me envenene como Yiya Murano)
- Pero estuve cocinando para vos - dice apenado
- Bueno, lo comés mañana.No me siento bien - repito
Creo que no le cae bien mi comentario,porque deja de sonreír.
Veo pasar a su gata. Es lo único lindo de toda la casa. La agarro, la abrazo fuerte como si fuera mi única protección en ese lugar.
Volvemos al living. Me siento junto a la mesa de vidrio.
El dice:
- ¿Viste lo que me compré para vos? - mientras señala su jean - Es imitación.Lo pagué cuarenta pesitos en La Salada.
Quiero salir corriendo.
Me imagino que si Birabent se enterara de que este engendro anda por la vida diciendo que ellos dos se parecen, mínimo se pega un tiro.
4 Blondas y algunos rubios no se callaron:
Clap Clap Clap (de pie) EXCELENTE!!
no pare de reirme, mientras un par de compas de laburo me miran con cara extraña jajaja
Besos
Fan 1
Fan 1: Qué bien te queda el nick! Creo que estás exagerando!
Igual, gracias!!
besos
Brillante! La creaciòn de climas de lo siniestro mezclado con el sentido del humor es magistral. Hacia tiempo que no me reia tanto y que no disfrutaba asi una historia de suspenso. Y encima es real!.
jajajajaja empece a leer tu blog hace unos dias... fantastico!! me encanta como relatas... siento como si estuviera viendo una peli... y biravent una masa!! jajaja que ego alto ese pibe por Dios!!!! jajajaja
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