Tercer encuentro

La rutina de los mensajes matutinos no paraba de sorprenderme.¿Cómo podía enviarme el mismo mensaje durante 2 meses? Significaba que apenas se despertaba se acordaba de mi y que sentía el impulso de escribirme.Para mí no había otra alternativa.
Por las noches,lo de siempre,larguísimas charlas por el Msn (llegamos a estar 8 horas escribiéndonos).
Norman manifestaba un deseo cada vez más concreto de mudarse, para lo cual necesitaba mi apoyo y mi consejo.Por supuesto que yo estaba siempre dispuesta a bríndarselo.Así que quedamos en encontrarnos para hablar un poco del tema.
Me pasó a buscar un domingo, a mediados de Enero.Fuimos a Cinema de Belgrano a comer una pizza.El comía,yo hablaba.
De los nervios que tenía sólo comí dos pequeñas porciones.El arrasó con el resto.
Como se había quedado con hambre,de postre se pidió frutillas con crema.Yo no entendía como un cuerpo de mediana contextura y baja estatura podía almacenar tanta comida.
La mayor parte de la charla se basó en la enumeración que hice de los aspectos positivos de vivir solo,a modo de decálogo. Norman se mostraba entusiasmado con la idea, y me pidió que lo ayudara a hacer números para saber si podía arreglarse con su sueldo para materializar su sueño.
Estuvimos un par de horas yendo y viniendo sobre el tema,mechando de vez en cuando con las recaídas de su madre y las infidelidades de su padre.Cuando hablaba de él, hacía hincapié en el odio que sentía con una gran convicción, llegando a decir que lo mejor que podía pasarle es que su padre estuviera muerto.Cuando hablaba de su madre, en cambio, se mostraba resignado.
Antes de dejarme en mi casa, me pidió si lo ayudaba a conseguir un departamento para alquilar,que fuera chico no importaba,pero sí que fuera económico.
Me bajé con esa consigna,prometiendo conseguirle algo.
A cambio,recibí un fuerte abrazo.