No disfruto de la semana,sino que dejo transcurrir los días.
Estoy como anestesiada.
Desde el Domingo que Norman no me manda mensajes y tengo la sensación de que está enojado.El enojo no es conmigo,sino con él.
Si hay una cualidad que tiene Norman es la de ser inteligente.Esa inteligencia le habrá permitido percibir mi estado de enamoramiento, mi grado de incondicionalidad, mi tenacidad inclusive ante sus evasivas.Eso notoriamente lo enoja, porque tira por la borda todas sus teorías sobre las mujeres, que fue construyendo con sus malas experiencias.Como por efecto rebote, lo descarga en mi.Me pasa su mochila pidiéndome que me haga cargo,porque él sencillamente no puede hacerlo.
Y yo,desprovista de autoestima,me prendo en su juego.Dejo que haga y deshaga a su antojo,amoldándome como la plastilina.
Me pregunto hasta que grado lo ayuda que yo esté dispuesta y accesible.El amor no es una ciencia exacta,así que no tengo certeza de que cuanto yo más me entregue,él más me corresponda.Hasta puede suceder lo contario,y que cuanto yo más le de,él más se escurra.Por consiguiente,no tengo garantías de nada.Estoy en medio de la neblina,sin encontrar el camino que me conduce al final feliz.
Norman no está.Ni en mi celular, ni en mi computadora,ni en mi vida.
Es hora de que lo asuma y trate de volver a estar bien.
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