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sábado, 24 de mayo de 2008

La espía









Desde que nos confirmaron que vamos a viajar al Sur, Sandro,Lean y yo nos pasamos todo el día juntos.
Supongo que es algo lógico,si vamos a tener que convivir por un tiempo.


Así que esta mañana,cuando llegué a la oficina, ahí estaban los dos esperándome para desayunar.

Nos metimos en la cocina, nos servimos una enorme taza de café y empezamos a imaginar como sería el lugar, el hotel,la sucursal, la gente y ,por supuesto, el frío.

Estuvimos unos cuarenta minutos hablando.Cada tanto entraba algún compañero,al que ni siquiera prestábamos atención.
La cocina está contigua a la oficina o sea que permite visualizar todos los escritorios.De pronto, levanto la vista, y veo que detrás de un monitor dos ojos de mujer me miran fijos. Es Carla, la que hace poco que entró. Alzo la mano y hago un gesto tímido que simula ser un saludo, aunque ella no me lo retribuye. Pienso que su intención entonces , no era saludarme sino clavarme la miraba por algún motivo que desconozco. Como buena mujer que soy, automáticamente me miro la ropa, pienso que me mira porque tengo la camisa desabotonada y estoy dejando ver el corpiño, o porque tengo el cierre del pantalón bajo.Pero no, todo en mi vestimenta está en orden. Sandro, al verme inquieta y desconcentrada, me pregunta si me pasa algo.


- La chica nueva.Me mira - le contesto

-¿ Quién , la pretendiente de Leandro? - dice mientras se ríe.

- ¿Carla está atrás de Lean? No sabía- Digo algo desconcertada

- Sí.Vos el Miércoles no viniste a Opera. Te lo perdiste. - Dice mientras lo mira a Leandro,que se ríe incómodamente.

- ¿Qué me perdí? - pregunto a ambos

- Ella le hizo marca personal toda la noche - dice

- Pero no pasó nada - acota Lean

- Por eso está así pendiente - dice Sandro

- Entiendo- digo


En realidad no entiendo mucho.

La nueva, Carla, de 27 años ,separada, madre de una hijo de cinco, con enorme delantera y un diente negro que capta la atención de cualquiera cuando sonrie, estuvo persiguiendo a Leandro el miércoles cuando salieron después de la oficina. Según el mismo Lean, no pasó nada, pero la mina me mira como si deseara que la tierra me tragara o que me trasladaran a una sucursal en Siberia.
Un sexto sentido femenino me dice que esta participación de Carla en mi vida recién está empezando.


Una vez más, y por desgracia, no me equivoco.



















1 Blondas y algunos rubios no se callaron:

Luna dijo...

Lástima, que ese tipo de mujeres no ponen la energía en "superarse a ellas mismas" y la lograr la "conquista" por eso, en lugar de querer "aniquilar" a la competencia, debe ser parte de su inseguridad, no?...Besos