Al rescate

De casa al trabajo.Del trabajo,a casa.
Me cuesta pensar en otra cosa que no sea en él.Me cuesta hasta tener que vestirme por las mañanas.Estoy como dormida,anestesiada,desganada.
Ya pasaron quince días sin noticias de Norman.Quince días,pienso,y hago un rápido cálculo mental.Escribo un mensaje.

- ¿Ya volviste?

Busco Ben en el directorio y presiono send.
Al rato me responde:

- ¡Hola!Llegué anoche,que olfato tenés.(Me acordaba que él también había tenido buen olfato para aparecer cada vez que Norman había querido verme)

- Parece que estamos conectados.¿Nos podemos ver? - pregunto

- Claro, ya te estaba extrañando - contesta

- Venite a la noche.

- Ok,nos vemos después.


A las 21 hs llega.Me abraza con cariño,como si realmente me hubiera extrañado.
Le pregunto si quiere comer,me dice que ya comió en la casa y pedimos helado.
Me cuenta de sus vacaciones y que se compró pantalla solar (cuando dice esto se rie).Ben no es de hablar mucho de él.Generalmente me cuenta cosas triviales,pero nunca profundiza. Antes de que llegara Navidad me llamó un día para consultarme sobre qué regalarle a sus sobrinos.Ahí me enteré que tiene una hermana (que es de "mi edad",según me dijo) que vive acá y otra que vive en Estados Unidos.Se que vive con los viejos en Palermo,pero nunca me dijo las calles,solo que está cerca de la Av. Las Heras.Estudia odontología,eso lo se porque le gusta contarme de sus prácticas.Ahora que lo pienso,tampoco conozco su apellido.Confirmo que lo nuestro,es solo sexo,pero así y todo,mientras saborea el helado,le digo:

- Qué pena que no tenés 11 añitos más.

- Qué pena que no naciste un par de años después - me contesta

Sonrío.
Juro que sonrío desde el alma.