Con Ben las cosas se daban espontáneamente.Por supuesto que con él no pretendía nada formal,por lo que nuestros encuentros eran directamente proporcionales a nuestras ganas de vernos.
Ese viernes Ben vino a mi casa.
Generalmente nuestro ritual consistía en ver un dvd con delivery de helado que comíamos en la cama,concentrados en la tv,pero sin dejar de prodigarnos algún que otro mimo que preparaba el terreno para nuestra sesión de sexo tierno pero desenfrenado que teníamos una vez que terminaba la película de turno.
Cuando estábamos en lo mejor,escucho a lo lejos el vibrar de mi celular.Por supuesto que no interrumpí lo que estábamos haciendo para chequear quien mehabía escrito,pero al rato volvió a sonar.A los quince minutos otra vez y asi durante varias veces con intervalos de 20 minutos mas o menos.
A esa altura hacía fuerza por concentrarme.Mi cerebro se dividía entre el sexo oral y los posibles mensajes de texto de Norman cayendo sin parar en mi teléfono.
A las tres de la mañana Ben se fue.
Apenas cerré la puerta me avalancé sobre el celular.En la pantalla se leía:
8 mensajes nuevos
Empecé a leerlos.
1- Hola Bonita! Qué hacias?
2- Estarás ocupada que no me contestás...
3- Estoy en Jackie O con un amigo,no querés venir?
4- Son las 12 de la noche ya...y nome contestás.Por qué no venis?
5- Tengo ganas de verte y llenarte de besos.Donde estás?
6 -Rubia,vení!Quiero un besoooooooooo
7- Son las 2 de la mañana.Nos estamos yendo.Que pena que no viniste...
8-Rubia,ya llegué a casa.Que descanses.
Por supuesto que no descansé.No pude pegar un ojo pensando en que tal vez me había perdido la ocasión de estar con él y que me llenara de besos como anunciaba en su mensaje y que tal vez esa oportunidad no volviera a repetirse.
Y para mi desgracia,estaba en lo cierto.
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