La anécdota del Sábado

El Sábado me encuentro con las chicas.
Las chicas pueden ser Renata y Sami, o el grupo de la facu.Esta vez es con las dos primeras, sobre todo considerando que es fin de semana y que las chicas de la facu están recientemente casadas. Renata también lo está,pero desde hace más tiempo que ellas,lo que aparentemente la convierte en acreedora de un poco más de libertad.Sami esta divorciada,y tiene una nena de seis años que los Sábados se va con el papá.
Nos encontramos en Cabildo y Juramento, y de ahí vamos caminando hasta Big Mamma.Nos sentamos afuera porque la noche está linda.
Hablamos de trabajo,poco , pero hablamos.Renata me cuenta que a Angie,su socia,también le dijeron quien es su alma gemela.Parece que la pobre Angie está tan complicada como yo con ese tema.
Sami se queja.Dice que está harta de servir café cuando tiene un título, y lo peor, es que además de título tiene vocación.Yo no me quejo,a esta altura el trabajo es lo que menos me hace mal.
Renata me pregunta si hay novedades de Norman.Le hago que no con la cabeza y me río.Intuye que hay algo que no le cuento,porque me conoce más que mi vieja. Sigue preguntando y le cuento,que estaba tan triste que lo llamé a Ben y que nos vimos.Le cuento lo que hablamos.

- Es divino el pendejo - Dice Sami

- Si.Está bueno que sabiendo que ustedes tienen limitaciones, que no podrían tener nada serio,formal,igualmente se hagan bien. A esa edad son más sinceros,sin tanta vuelta - Agrega Renata

Asiento.Digo que hay más para contar mientras le pedimos a la camarera tres sandwiches de pollo y una cerveza.
Les cuento la historia de Juan, del pibe spaghetti.Y nos reímos,nos reímos mucho,y agradezco que hay Sábados así en que puedo ser feliz un par de horas con mis amigas.